Los resultados electorales y su interpretación tienen no poco de juegos malabares. Más todavía cuando hay voto y transmisión electrónica de lo que vomitan las urnas, en manos de la empresa que los controla. Ya hay quienes recelan, sobre todo tras experiencias en otros países, de la pureza de esta innovación en los comicios catalanes. No creo que se haya falseado el recuento. Ni marraron mucho las encuestas, salvo en lo concerniente a la abstención.

Me acostumbré durante la corresponsalía en Roma a dejar de lado los porcentajes de los resultados electorales y las valoraciones que, generalmente a partir de los mimos y asidos a eufemismos retóricos, manipulan los partidos afectados y los medios afines. Trabajar con las cifras en vez de con los porcentajes permite una más fiel estimación de lo sucedido. Cosa distinta al uso que el partido ganador, sobre todo si no alcanza la mayoría absoluta, haga del poder adquirido y de los chalaneos con otros para mantenerlo. He dedicado bastantes horas en la aplicación de ese mismo método a los resultados de las elecciones catalanas. Creo que son ilustrativas las siguientes precisiones numéricas:

LOS NÚMEROS CANTAN

– EL censo electoral sólo creció en 10.657 personas respecto de 2006. Señal inequívoca de la parálisis democrática que España padece.

– La abstención se redujo a 207.593 con relación a 2006. Pero aumentaron en 33.077 los votos en blanco y en 1001.097 los votos nulos, la mayoría de los cuales fueron de protesta. La suma de los tres arroja la cifra nada desdeñable de 2.210. 180, sólo 66.543 menos que en 2006.

– A efectos de representatividad de los partidos que obtuvieron escaño deben contabilizarse los 327.299 votos de los muy numerosos que quedaron fuera.

– Sumados unos y otros antes reseñados nos sitúan ante la cifra de 2.537.471.

– El total de votos de los partidos con representación parlamentaria fue 2.826.885, sólo 28.904 más.

EL CERTERO DIAGNÓSTICO DE AMANDO DE MIGUEL

EL comentario del sociólogo Amando de Miguel creo que es el más certero y el menos tópico de cuantos se publicaron el pasado lunes. La distinción entre el bajo abstencionismo en las elecciones generales y el muy alto en las autonómicas de Cataluña ponen de manifiesto que “la principal línea de fricción política no es derecha-izquierda (se refiere a las autonómicas), sino la de más o menos nacionalismo”. Una disputa interna de la que, como evidencian los números, pasa casi de la mitad del censo. Y eso que no pocos de los votantes, señálale profesor De Miguel, lo hacen sin entusiasmo y por inercia.

También evidencian los números que si en España existiera un sistema electoral similar al de la mayoría de los países europeos ni tan siquiera CIU tendría representación en el parlamento nacional, si es que a estas alturas se le puede llamar así. Una distorsión que tiene sus raíces en la Constitución de 1978. Un arbitrio encaminado a justificar el compromiso preconstitucional de reconocimiento de supuestos derechos históricos de Cataluña y Vascongadas que se buscó enmascarar con el bodrio del Estado de las Autonomías. Arbitrio al que, según algunos autores, no fue ajena la CIA.

Los resultados de las elecciones generales de 2008 en Cataluña avalan lo expuesto por el profesor Amando de Miguel. Recojo a continuación los datos más significativos:

PSOE-PSC, 1.672.777
CIU 774.317
PP 604.964

Los resultados de la autonómicas del pasado 28 de noviembre se prestan a muy variadas interpretaciones sobre el trasvase de votos de lo perdidos por el tripartido, los ganados por CIU, PP y C,S y los muy llamativos alcanzados por Laporta. Respecto de este último, el partido es él, parece que su radicalismo pudo atraer votos perdidos por el tripartido, en particular ERC. Pero es difícil discernir cuantos de esos votos proceden de los forofos del club de fútbol que presidió. Evidente es asimismo que los votantes del tripartido, de CIU y de Laporta obviaron la lacra de la corrupción que aqueja a todos ellos. Parece que la sociedad ha asumido lo que escuché en1966 a Forlani, secretario de la DCI: la corrupción es inseparable de la democracia partitocrática.

DURÁN TIENE LA SARTÉN POR EL MANGO

HAY ocasiones en que las imágenes son más expresivas de lo que los números dan a entender. Me refiero en concreto a las televisadas de la comparencia de la plana mayor del CIU triunfante. Allí estaban lo que puede tenerse por las tres almas del partido: Mas entre Durán y Pujol. Habló Durán en primer lugar y dio la impresión, por tiempo y contenido, que él era el protagonista del triunfo y quien tenía la sartén por el mango. Al contrario del énfasis soberanista exhibido durante años, Mas hizo gala de una moderación que no siente. Pujol, manijero en la sombra y hábil marrullero político, permanecía serio y callado. Los tres son conscientes de algo que dijo Durán meses atrás: la independencia de Cataluña es una utopía, pero útil para obtener concesiones del gobierno español. Un juego que CIU ha practicado con asiduidad y frutos consistentes desde 1978. E incluso bajo el franquismo.

CIU, que no sólo es Mas, aumenta su capacidad de chantaje sobre el gobierno Rodríguez. Pero precisará, como esté, de otros partidos para sacar adelante cada una de sus iniciativas. Gobernará sobre el filo de la navaja de acomodos ocasionales e incluso contradictorios. Aunque algunos le llamen moderación, el chalaneo está servido.

Corre el rumor de que Durán será nombrado consejero jefe del gobierno Mas. Si esa eventualidad se confirmara sería señal de que quienes manejan los hilos del juego desde detrás de las bambalinas no se fían de Mas y le colocan un comisario político de su máxima confianza. Durán posee, sin duda, superior entidad intelectual y política que Mas. También cintura más flexible, además de una notable capacidad de adaptación una vez que los valores morales atribuibles a la democracia cristiana en su origen fueron arrollados por el relativismo liberalista. Lo confirmó Durán, por ejemplo, al facilitar en el Congreso de los Diputados la aprobación de la ley del aborto. Algo así como Rubalcaba respecto a Rodríguez, aunque en versión edulcorada. CIU y la burguesía catalana del dinero no tienen en el Congreso de los Diputados un representante con las dotes de Durán. Pero éste puede enlazar directamente con Rodríguez, Rubalcaba y los ministros desde su posición ejecutiva de consejero jefe.

CIU no renunciará a lo conseguido con la aprobación del Estatuto y, como el tripartito, reclamará “moderadamente” que, como prometió Rodríguez, se anulen por la puerta de atrás los recortes del Tribunal Constitucional. Le respaldarán el engendro Laporta y los restos del tripartito para justificarse a sí mismos. La piedra de toque será la actitud que tome respecto de los excesos y abusos intervencionistas y esperpénticos del tripartitito de una catalanización a golpe de decreto y de multas coercitivas. Acaso haga una limpieza de lo más grotesco e irracional. ¿Pero restaurará el bilingüismo en las instituciones, la enseñanza, los servicios y el tráfico comercial?

CATALUÑA ESTÁ ATADA A LA HECATOMBE ECONÓMICA NACIONAL

EL futuro gobierno de Mas pondrá especial énfasis en la recuperación económica de la maltrecha Cataluña. Ya ha anunciado que disminuirá en un 20% la estructura de su gobierno. Pero eso es el chocolate del loro. Sobre todo si tomamos en consideración la gigantesca inflación de organismos, sociedades, empresas, fundaciones y demás, amén de un desmesurado entramado funcionarial en que se lo deja el tripartito. ¿Resistirá a la tentación de colocar a los suyos en los puestos directivos, en vez de abordar el problema con rigor y deshacer la maraña??

El problema económico de Cataluña es el mismo que en el resto de España, sólo que agravado por la política desquiciada del gobierno Montilla, siempre bajo la sombrilla facilitadora de Rodríguez y compaña. Y ahí jugará de manera decisiva la alta burguesía del dinero cuyo futuro está inexorablemente ligado a la crisis general. No faltaron algunos de sus miembros a la firma del manifiesto de los cien que, a petición del monarca, elaboró Eduardo Serra y también desde la Zarzuela forzó la reunión de Rodríguez con una representación selectiva de los mismos. Y es de sobra conocido que CIU, siempre ambiguo, ha sido desde antiguo el instrumento político de dicha burguesía, tanto en épocas de proteccionismo económico del poder central como de liberalismo. Las grandes sociedades catalanas, en particular las de los sectores energético y financiero, tienen un gran despliegue nacional e internacional. Se juegan demasiado y es consecuente que postulen a uno de los suyos para presidir la CEOE.

Rodríguez se ve asediado por la Comisión Europea, el FMI, Alemania, Francia y los Estados Unidos desde el exterior. Y por los centros de poder financiero y empresarial en el interior, además de por el borboneo del monarca. Y por los “agentes sociales” en dirección contraria, pillados entre dos fuegos y necesitados de salvar la cara, al menos.

Rodríguez acaba de anunciar una serie de medidas que se aprobarán en el Consejo de Ministros del viernes. Son de corto alcance e insatisfactorias para las partes en litigio. Algo así como curar un cáncer con cataplasmas. Mera huida hacia adelante. Vende una parte sustancial del capital de AENA y de Loterías Nacionales para hacer caja. Pero elude una vez más afrontar el dislate institucional y económico de las autonomías, provocado en su extremosidad actual por él mismo en aras de un confederalismo suicida. Es obvio que CIU no perderá la ocasión para sacar nuevas tajadas.

La presión exterior ha debido ser e tal calibre que a última hora se hace publico que Rodríguez no viajará junto al monarca para participar en la Cumbre Iberoamericana que reúne en Buenos Aires. Prefiere presidirle el Consejo de Ministros en que anunciará nuevas medidas para afrontar la crisis económica, añadidas a las insuficientes que ya anunció. ¿Cuáles serán? Se desconocen cuando escribo esta crónica. Pudo adelantar la reunión ministerial y viajar luego a la Argentina. Pero no logra dominar su afán de protagonismo. Está persuadido de que esas nuevas medidas satisfarán a quienes se las imponen recoger en Madrid los aplausos internos y sobre todo exteriores que pueda cosechar. Barrunto que varias de ellas en la línea liberalista de las avanzadas por el PP, el cual habrá de reestructurar su posición. Pero si son las que se suponen, levantarán ampollas en los sectores de la sociedad más castigados por la crisis y con menos recursos defensivos.

LAS SUERTE DE RODRÍGUEZ ESTÁ EN MANOS DE RUBALCABA

POLÍTICOS, columnistas e incluso barones del P(SOE) comparten el criterio de que el hundimiento electoral del PSC arrastrará a Rodríguez y ha dictado sentencia de muerte política para el presidente del gobierno y secretario general del partido socialista. Parecen no conocer la catadura de Rodríguez. Su remoción solo puede procurarse desde el interior del partido. Y la llave la tiene Pérez Rubalcaba. No sólo por los poderes que ha acumulado. Más aún por tratarse del personaje de confianza del NOM y de su rama masónica, lo que le sitúa en posición de privilegio con Obama. Actuará en la medida que estas fuerzas ocultas y sus titiriteros políticos crean llegada la hora de modificar el escenario y los actores. Pero el tiempo apremia, las elecciones generales están a tiro de piedra y escaso es el margen para una rectificación profunda de la política institucional y económica que la realidad exige.

El crédito interior e internacional de Rodríguez está por los suelos. Lo ratifican los hechos y las recientes revelaciones de Wilkileaks. Bien es cierto que los informes de las embajadas norteamericanas sacados a la luz no son otra cosa que un refrito informativo de lo publicado en los medios. Algo bastante común desde antiguo en centros oficiales y empresariales. Cosa muy distinta sería que los rastreadores piratas de Wilkileans conocieran y divulgaran las comunicaciones de la CIA. Eso sí que provocaría un gran escándalo. Acaso también si se descubriera qué es en realidad Wilkileaks y quien está detrás.

CIU, que acarició el poder en dos ocasiones con mayoría relativa, ha conseguido su propósito gracias a la esquizofrénica política del tripartito y el consecuente hundimiento electoral del PSC. Mas no incidirá, como le era habitual, en la vía de un independentismo que arruinaría aún más a Cataluña. No lo quiere la pragmática burguesa del dinero. Seguiremos en las mismas. Salvo que el NOM nos sorprenda con un volantazo.