Los incalificables episodios de violencia que han protagonizado bandas organizadas de inmigrantes en Salt hacen añicos la falacia de la integración y la multiculturalidad. Lo venimos repitiendo hace tiempo: las sociedades multiétnicas se convierten en multiconflictivas: Salt es la enésima prueba de que tenemos razón.

Hay que reaccionar rápidamente y con valentía, hay que hacer el despliegue policial necesario para asegurar la tranquilidad de toda la población de Salt, hay que identificar rápidamente a los agresores y a los organizadores de los disturbios, si como todo apunta se trata de inmigrantes, deben ser expulsados inmediatamente del Estado español.

Como presidente de la Plataforma per Catalunya (PxC), acuso a la casta política de la más absoluta irresponsabilidad en materia inmigratoria: les han abierto las puertas, les ha dado todos los derechos, han dicho que se integrarían con normalidad en la sociedad. Todo era una mentira. Esta casta política ha mentido durante décadas al pueblo catalán, que es quien paga las consecuencias de toda este disparate.

Sirva como ejemplo  la alcaldesa socialista de Salt, Iolanda Pineda, que en los disturbios acaecidos en Salt hace casi un año se puso del lado de los inmigrantes, castigando cualquier reacción de los ciudadanos de su municipio, calificándola de “xenófoba”. Esta misma señora que entonces se fotografió sonriente con el delincuente reincidente y entonces portavoz de los inmigrantes, Marad-El-Hassan, no está capacitada para seguir al frente del Ayuntamiento de Salt.

El único antídoto efectivo será la entrada de PxC en los consistorios catalanes” y la única solución al despropósito que están sufriendo los habitantes de Salt es que el candidato de PxC, Jordi Bonet, se convierta en su alcalde el próximo mes de mayo.

*Presidente de la Plataforma per Catalunya (PxC).