Un alto cargo de la Junta de Andalucía utiliza el coche oficial para cargar muebles de Ikea y hasta para ir al karaoke
La juez del Juzgado número 17 de Sevilla ha citado a Antonio Llaguno Rojas, ex consejero delegado de la Empresa Pública Desarrollo Agrario y Pesquero S. A y actualmente, vocal del consejo rector de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía ,para declarar por el uso abusivo del coche oficial . Al parecer, Llaguno usaba el vehículo de consejero delegado de la empresa pública para ir a Ikea, el Corte Inglés o cargar muebles. Incluso para ir al karaoke, a comer o a lo que fuera.
La declaración será el próximo día 10 de febrero y lo hará en calidad de denunciado por un presunto delito de malversación de fondos públicos. Llaguno ha sido citado en el juzgado tras descubrir un «uso extraño de un vehículo público con funciones instrumentales de representación» que corría a cuenta de la Junta de Andalucía. Y todo por «la posibilidad de que se hubiera producido un delito de malversación, consistente en el destino a un uso ajeno a la función pública, de los caudales o efectos puestos a su cargo por razón de sus funciones».
Llaguno, un histórico del PSOE almeriense, fue alcalde de su pueblo Cuevas de Almanzora entre 1987 y 1999 y a pesar de haber sido citado una primera vez por el Juzgado, no acudió el pasado 24 de noviembre. Al parecer, su citación ha sido consecuencia de una investigación realizada por la Policía a raíz de una denuncia que la propia empresa pública presentó para que se indagara el excesivo gasto en gasoil del vehículo oficial que tenía asignado.
La Policía Judicial comprobó que el consumo de combustible del coche de gama media alta, un Peugeot 607 típico coche de la flota de la Junta de Andalucía tiene en su flota, era muy elevado en septiembre de 2009 pese a que el consejero delegado de la empresa (es decir el usuario del coche) estaba de baja en esas fechas.
Se trataba de un coche que debía estar «destinado exclusivamente para servicio de representación de las personas titulares de las consejerías». Y que se adquirió por tener la empresa pública a la que estaba adjudicado consideración y categoría de viceconsejería de la Junta de Andalucía.
Aunque en primer lugar la policía pensó que el responsable era el conductor del vehículo, la declaración de éste trabajador de la administración dejó claro que el trabajo que como conductor realizaba para Llaguno y otros dos consejeros delegados de la misma empresa iba más allá y sacó a la luz el uso abusivo del coche. Según el testimonio del conductor, llevaba «un género de vida laboral cercano a la servidumbre», porque actuaba como chófer privado de los consejeros y no como conductor de un vehículo público.
Viajaba muchas veces con Llaguno a la provincia de Almería, concretamente a Cuevas de Almanzora, donde tiene una casa; a la capital almeriense o a Cala Panizo, en Murcia, donde el alto cargo tiene también un chalet en una cala. El chofer debía recogerlo en su casa de la provincia de Almería, pernoctando fuera con mucha frecuencia y siguiendo su vida privada. «Muchas veces —recoge el testimonio— debía llevarlo a realizar comprar particulares como al Ikea, al Corte Inglés, compras particulares de otro tipo, traslados de familiares a su casa…» También afirmó que con el vehículo oficial llegó a cargar muebles para el domicilio de Llaguno.
Pero el conductor denunció además el trato que recibía de parte de su jefe al que, según aseguró en su testimonio, tenía que esperar durante horas, «muchas veces sin comer, a altas horas de la madrugada en la puerta de «restaurantes y karaokes» y sin respetar sus horas de descanso. O incluso que en una ocasión tuvo que llevar en el coche un obsequio de una maqueta de un barco a la Comisaría de Pesca de la Unión Europea situada en Bruselas.
También, siempre según consta en las actuaciones, el trabajador declaró que tuvo que cargar cajas de libros de una publicación privada de Antonio Llaguno (escribió un libro sobre El legado Andalusí) en el vehículo oficial para llevarlas a diferentes eventos de la presentación del citado libro.
Llaguno se alojaba en hoteles cada vez que acudía a su pueblo natal, aunque parecía lógico alojarse en la casa propia. Estos alojamientos tenían lugar durante el fin de semana y otros cinco en jueves, víspera de fin de semana». Además el atestado policial refleja que «no se explica bien el hecho de acudir en tantas ocasiones a la localidad de Cuevas de Almanzora», sobre todo cuando se detectan tres repostajes en sábado y domingo «de extraña justificación laboral».
Para la Policía, Antonio Llaguno ha ocasionado unos gastos a la Hacienda Pública de cerca de 6.000 euros, a los que habría que unir los gastos de alojamiento y manutención ocasionados por el conductor empleados exclusivamente en sus desplazamientos desde su centro de trabajo a su domicilio particular en Almería pese a que la Junta también le costeaba una vivienda en Sevilla.
El conductor no sale indemne porque parece que cargaba importes de gasolina que realmente no se repostaron. Todo esto manifesta el descontrol existente en las “Agencias” y “empresas públicas” de la Junta.