Eurodiputados

Socialistas, populares y UPyD en el Parlamento de Estrasburgo pasaron por alto el detalle de que en tiempos de crisis la austeridad se impone y rechazaron una enmienda de un colega comunista portugués que instaba a la institución a eliminar los viajes en primera clase, tanto en avión como en tren, para aquellos trayectos inferiores a las cuatro horas y media.

Ha sido la reacción social, a través de decenas de miles de comentarios en las redes sociales y en las páginas web, la que ha hecho ver a estas fuerzas políticas la contradicción que supone apoyar en Bruselas los planes de ajuste y ahorro del Consejo Europeo a la par que mantener el privilegio de viajar en las plazas más caras de los aviones y trenes a costa de los impuestos de los ciudadanos.

Una verdadera marea de comentarios, algunos ingeniosos y otros meros insultos, ante la que han tenido que reaccionar los grandes partidos. PSOE y UPyD rectificaron por escrito -una posibilidad que existe en el Parlamento europeo- el signo de la votación del miércoles, y pasaron del ‘no’ a la abstención. El PP optó por mantener su rechazo a la propuesta «extemporánea» presentada por la izquierda, aunque dejó claro que en diciembre, cuando se voten los Presupuestos de la Cámara para 2012, abogarán por acometer un plan de austeridad acorde con la situación actual, según indicó ayer Jaime Mayor Oreja, portavoz de los populares españoles en Bruselas. Pero aunque lo dejó entrever, no fue taxativo a la hora de asegurar que se opondrán a los viajes en ‘clase bussiness’ o preferente.

El cambio de decisión de los 21 eurodiputados socialistas y el de UPyD, sin embargo, no supondrá modificación alguna en el resultado final de la votación, ya que la enmienda fue rechazada con 402 votos en contra, 216 a favor y 56 abstenciones. Esto significa que, al menos durante lo que resta de año, sus señorías podrán optar por sacar sus billetes como hasta ahora. Si los dirigentes políticos estaban preocupados por la desafección de los ciudadanos hacia la política -en los sondeos del CIS es el tercer problema de los españoles detrás del paro y los apuros económicos-, la reacción social ha incrementado esta percepción. La ‘marea’ dejó claro que, con Internet y las redes sociales, no es necesario acudir a una manifestación para que una protesta sea efectiva.

Eurodiputadoscaraduras

La etiqueta que emplearon los usuarios para agrupar los comentarios de este tema en ‘Twitter’ fue más que significativa, #eurodiputadoscaraduras. Las referencias muestran, en general, repulsa y frustración, como demuestran comentarios como «jamás los políticos han pensando en sus votantes, solo nos han utilizado para poder tener-mantener su sillón»; «con un viajecito de esos, una familia normal tiene para vivir con dignidad un mes» o «nos congelan las pensiones, nos reducen el salario y luego ellos no se aplican el cuento».
La respuesta de los aludidos mostró disparidad de opiniones. El popular Alejo Vidal-Quadras defendió que no se trata de «lujo, el placer o el capricho» y calificó los pasajes en primera como «una necesidad objetiva para personas obligadas a hacer muchas horas completas de vuelo para que puedan viajar en condiciones de comodidad».

Vidal-Quadras explicó, asimismo, que tiene que realizar una media de 150 vuelos al año y que sus compañeros de Canarias o Baleares superan los 300. No entiende, por tanto, que deba pedir disculpa alguna y negó que esta prebenda atente contra «la ética de un político».
El presidente de los socialistas españoles en el Parlamento europeo, Juan Fernando López Aguilar, admitió que cometieron «un error» que atribuyó a que durante «durante horas se votan cientos de enmiendas». La secretaria de Política Internacional y portavoz del comité electoral del PSOE, Elena Valenciano, reconoció que la negativa socialista fue «un error», que achacó a que la enmienda «estaba mal planteada, y era un informe no vinculante».

El representante de UPyD, Francisco Sosa Wagner, tras ser desautorizado por la formación que preside Rosa Díez, también dio marcha atrás, aunque matizó que si bien apoya que se estudien medidas para abaratar los viajes, reclamó que se haga sin «demagogia» y «sin perjudicar» labor parlamentaria.

Los eurodiputados, en general, aducen que optar por la tarifa de turista en los viajes en avión podría resultar más cara ya que no admite cambios y, por tanto, cada vez que se retrasa una reunión o una votación «habría que emitir un billete nuevo», algo que no ocurre con los pasajes en preferente, que permiten cambiar de fecha y hora sin penalización económica.