EP.- El desalojo de María Teresa Alsina, una jubilada de 71 años que no puede pagar su deuda con Cajasol, ha sido suspendido a última hora por la presión popular para evitar el desahucio. Más de un centenar de vecinos, acampados de la plaza de Catalunya de Barcelona y hasta algún representante político se han congregado este miércoles frente a su casa, en el número 257 de la avenida del Marquès de Montroig, en Sant Roc (Badalona), para hacer frente a los funcionarios de los juzgados y la policía que supuestamente iban a desalojarla.

Pero, para sorpresa de todos, la comitiva nunca ha llegado. La entidad financiera, que embargó el piso a la anciana por la mitad de su valor de tasación, prefirió cancelar la acción prevista.

María Teresa Alsina había acudido varias veces a la plaza de Catalunya de Barcelona a mostrar su apoyo a los jóvenes manifestantes. Y este miércoles decenas de acampados le han devuelto el gesto. Se han presentado frente a su casa, donde han cantado victoria al conocer que la entidad no la echaría.

“Éxito inesperado”

La jubilada y su hijo han expresado su agradecimiento a todos los asistentes, entre los cuales también estaba el concejal de ICV en Badalona, Carles Sagués, que ha dicho que los servicios municipales de cada ayuntamiento deberían ofrecer servicios de mediación entre los bancos y los hipotecados que no pueden hacer frente a sus deudas. “Ha sido un éxito inesperado. Es una alegría muy grande”, ha explicado David Colmenero, hijo de la afectada.

María Teresa sirvió como avalista para un crédito al que su hijo no pudo hacer frente. Tras la muerte de su marido y después de que su vástago cayera en el paro, no pudo afrontar la deuda familiar. Ahora se ha quedado sin piso y además debe al banco 160.000 euros porque la vivienda se adjudicó por la mitad de su valor de tasación, según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.