Conforme se acerca la hora de la llegada a España del Papa Benedicto XVI crece la inquietud sobre las tensiones que está creando la izquierda social española para que el Santo Padre encuentre el testimonio de una sociedad fragmentada en odios cainitas que han sido avivados durante los siete años y medio de Gobierno zapaterista. Esa política de odio y frentismo ha encontrado un buen número de adeptos entre los conmilitones del 15-M, algunos de los cuales expresan ya sin ambages alarmantes signos de insurrección terrorista contra sectores vinculados a la derecha social y al catolicismo.

AD ha tenido acceso a un documento interno que ha sido redactado por los encargados de organizar las movilizaciones contra el Santo Padre y los cientos de miles de jóvenes que se darán cita en España para participar en la JMJ 2011. Sus autores relacionan “la violenta carga policial desmedida y sin provocación que la justificara contra los indignados del 15M” con “el nerviosismo de los poderes públicos ante la visita del Papa”. Y añaden desafiantes: “Pues bien, démosles aún más motivos para que se pongan nerviosos. Preparemos movilizaciones durante la visita, además de la manifestación del 17 de agosto”.

En el documento se detalla “un plan de acción” que no pasa por alto la presencia prevista de unos 18.000 efectivos policiales para garantizar el orden.

La jornada del 18 agosto será la primera del Papa en nuestro país. De forma telegráfica se hace hincapié en la forma de sabotear los actos litúrgicos programados:  “A partir de las 19:15”, señala el documento, “el Papa cruzará la Puerta de Alcalá hacia Cibeles para, una vez allí, dar el discurso de marras a las 19:30. El grueso del 15M debería repartirse por los diferentes accesos a la plaza de Cibeles, con pancartas de protesta y silbatos con los armar jaleo al unísono. Otro grupo aguantaría en Sol, para obligar a que los efectivos tengan que repartirse aún más y dando oportunidad a la reconquista de Sol”.

Al día siguiente, Benedicto XVI mantendrá una entrevista con el presidente del Gobierno en la Nunciatura Apostólica de Madrid, situada en el número 46 de la avenida Pío XII. El plan de los ‘indignados’ para ese día se recoge en el escrito de forma somera: “De nuevo, división del 15M esta vez en tres grupos. El primero de ellos hacia la Nunciatura, el segundo tomando posiciones en Cibeles y el tercero en Sol”.

A las 19,30 horas, coincidiendo con el Via Crucis con los jóvenes en Plaza Cibeles, donde el Papa pronunciará un discurso, la canalla desarrapada prevé la misma estrategia que el día anterior. “Repartidos por los accesos y con silbatos. El grupo de Sol, a por la reconquista”. Incluso se adjunta un plano del escenario y vista aérea del aeródromo de Cuatro Vientos, el lugar que servirá de escenario al acto más multitudinario de la visita papal, con la presencia prevista de un millón de jóvenes y de importantes personalidades del Estado. “Es muy importante en este punto que durante la tarde del sábado el Movimiento se divida en dos, un grupo en Sol para la reconquista -con posible cierre de Sol y, por tanto, de la estación de Cercanías que lleva a Cuatro Vientos- y otro en Atocha, dificultando el acceso a la estación y, más concretamente, a los trenes que llevan al aeródromo. No es una manifestación, es una aglomeración. En ambos puntos, sería idóneo hacer noche, pues al día siguiente las actividades en Cuatro Vientos continúan”, se detalla en el dossier.

Con respecto al día 20, se desgrana con todo lujo de detalles tanto los horarios como el itinerario papal y las principales vías de comunicación que tomarán los jóvenes peregrinos. “A las 9:30 comienza la misa del Papa en Cuatro Vientos y a partir de las 08:00 arrancan los refuerzos de trenes en Atocha, para la línea C-5 (entre Atocha y Móstoles El Soto). Idéntica estrategia que el día anterior, más aún si se ha conseguido hacer noche. Además, el grueso del 15M, camino de Cuatro Vientos, repartiéndose por los accesos, con sus silbatos y pancartas (adjunto vista aéra). El grupo de Sol no se mueve de allí, a por la reconquista”.

Por último, los autores del informe lanzan una inquietante advertencia: “Si los poderes se quieren poner nerviosos, que tengan aún más motivos para ellos”.

AD pone a disposición de los encargados de velar por la seguridad del Papa tanto el contenido del dossier como los datos sobre su procedencia.