El Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio que dirige Leire Pajín, inauguró ayer el primer Congreso Internacional de Ecofeminismo. “La ecología y el feminismo luchan por un mundo más justo, son imprescindibles para el progreso de la humanidad”, afirmó con solemnidad Teresa Blat, directora de este organismo, que presentó el acto en ausencia de la sucesora de Bibiana Aído, la nueva secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, que no pudo acudir al simposio.

El congreso, que incluye ponencias como “Mujeres mapuches ante la expropiación neocolonial”, tiene un coste 120.000 euros según una fuente de la organización vinculada al sindicato UGT. El evento congresual arrancó promocionando la colección Feminismos, que dirige la editorial Cátedra. Su directora, Isabel Morant, dedicó la ponencia marco a alabar la editorial y al Instituto de la Mujer, que coedita la colección. De paso, aprovechó para promocionar el último título de esta serie: Ecofeminismo para otro mundo posible, de Alicia H. Puleo, que fue la encargada de presentar la primera ponencia.

Soraya González, de la cooperativa feminista que organizó el acto, la presentó como “una de las pioneras del ecofeminismo en el Estado español”. Puleo se dedicó a ensalzar la figura de François d’Eaubonne, “una anarquista feminista que conectó con las feministas radicales de Estados Unidos”, según expuso esta profesora de Filosofía. “Consideró que el feminismo tenía una clave fundamental en la ecología porque a las mujeres se les había negado el control sobre el propio cuerpo en una Francia donde el aborto estaba prohibido”, explicó.

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad repartió entre los asistentes los recursos bibliográficos del congreso titulado“Cuerpos y territorios por un mundo justo y sostenible”, en el que se incluían publicaciones de editoriales tan polémicas como Akal, conocidas por su anticlericalismo, y del periódico Diagonal, de marcado carácter izquierdista.