El que fuera presidente de la Generalitat de Catalunya durante 23 años, Jordi Pujol, protagoniza el Salvados de este domingo en La Sexta. En una extensa entrevista, Jordi Évole somete al expresident a un cuestionario que incluye los temas más polémicos de sus más de dos décadas de mandato y de la actualidad, como la política lingüística, la crisis económica, los recortes en el estado del bienestar y las relaciones entre Cataluña y España. He aquí un avance.

-ÉVOLE: Hoy tendremos que hablar en castellano.

-P: Ya, ya, de acuerdo, también lo sé hablar.

-E: No sabía que todavía iba en coche oficial. Tenga cuidado con los recortes…

-P: Ya me han recortado cosas, afortunadamente.

-E: Mejor que le recorten a un expresident que a la sanidad pública, ¿no?

-P: Por desgracia, habrá que recortar en casi todo. También en partidas que suponen un gran volumen.

-E: Y la del expresidente, no es un gran volumen…

-P: No, pero también hay que recortarla aunque solo sea por un tema de ejemplaridad. Además lo pedí yo mismo que redujeran la partida de mi escolta.

-E: Yo no sé si a usted le afecta personalmente la crisis.

-P: A mí personalmente no.

-E: ¿No tiene ningún hijo ni ningún nieto en el paro?

-P: Tengo un hijo al que ahora salir adelante con su trabajo le es más difícil. Pero no hay nadie que esté parado.

-E: ¿Nos hemos comportado como nuevos ricos?

-P: Sí, totalmente.

-E: ¿Pero solo los ciudadanos o también los gobernantes?

-P: También los gobernantes, por supuesto. España en su conjunto se ha comportado como un nuevo rico. Era un país que venía de décadas y siglos de decadencia hasta que en los años 60 con el desarrollismo empieza a subir, cosas que se reflejan en la serie Cuéntame, que está muy bien. Y el cambio fue extraordinario, enorme. Pero llega un momento en el que aquella persona que ha vivido modestamente empieza a tener un cierto resentimiento, una cierta envidia del vecino al que las cosas le van mejor y que se compra un coche nuevo cada tres años y él se lo tiene que comprar cada siete. Pues bien, llega un momento en el que este personaje se encuentra con que es rico, más rico que el vecino ¿Y qué hace? ¡Se compra un Ferrari! Y se dedica a pasear con él por su pueblo y a acelerar sobre todo cuando pasa delante de la casa de su vecino… ¿Pero qué le pasa a uno que se compra un Ferrari y no lo había conducido nunca? ¡Que tiene un accidente y acaba en la UVI! Y España ahora está en la UVI.

-E: Hablemos de inmigración. ¿A usted le da miedo la última oleada inmigratoria? Por ejemplo, el islam.

-P: El islam es un problema nuevo. La mentalidad vinculada a una religión es una mentalidad muy profunda. El que fue ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, me dijo una vez que en la relación que tenemos con los musulmanes llevamos las de perder. Porque ellos creen en lo suyo y nosotros, los europeos, no creemos en nada. ¿Quiere esto decir que no hay manera de que haya buen entendimiento y buena mezcla? Porque se trata de eso: de que la gente se mezcle… si quiere mezclarse. Y una de las características de los musulmanes es que no quieren mezclarse.

-E: ¿No quieren mezclarse?

-P: No, es evidente. Usted sabe que no. Desde una perspectiva catalana, es importante que las colectividades que son distintas se mezclen y se casen entre ellos. A nosotros nos interesa que la gente se case, los que son catalanes desde hace 500 años y los que llegaron anteayer…

-E: Usted se está refiriendo a ese éxito musical que ha habido en Cataluña, de los Jordis y las Jennifers… Usted que es un Jordi, ¿se hubiese enamorado de una choni de Castefa?

-P: Sí, aunque en mi ambiente era difícil, ahora sería más fácil porque ha habido más mezcla.

-E: Estábamos hablando de los nuevos ricos. ¿Qué gobernante simboliza el nuevo rico en España?

-P: Aznar y Zapatero. No porque lo simbolicen, sino simplemente porque eran los presidentes en aquel momento y también por la política de arrogancia. Más arrogancia en Aznar que en Zapatero, y en Zapatero más vanidad que arrogancia.

-E: En su último libro de memorias está escrito que, para usted, Aznar era un nuevo rico.

-P: Aznar se permitió incluso humillar en una reunión en Berlín al canciller Schroeder, que pasaba un mal momento.

-E: ¿Era un poco chulo?

-P: Es un hombre de carácter fuerte. ¡Ah, y tiene una virtud! Es cumplidor. Rodríguez Zapatero no es cumplidor.

-E: Usted ha sido muy duro con Zapatero…

-P: Zapatero ha tenido el problema de que ha engañado mucho a la gente.

-E: ¿Le está llamando mentiroso?-P: Yo he dicho que ha engañado a la gente. Cuando el Tribunal Constitucional dictó una sentencia sobre el Estatut que nosotros rechazamos él dice, porque supongo que ya no sabía qué decir: «¡Misión cumplida!». ¿Qué coño quería decir con «misión cumplida»?

-E: Usted ha pactado con Aznar, con Felipe, con Zapatero, ahora con Rajoy. ¿Es bueno pactar con tanta gente diferente?-P: Tú lo que no tienes que perder nunca es tu objetivo. Yo ante todo soy catalán y defiendo Catalunya, su lengua, su cultura… Y esto es una prioridad. ¿Esto es compatible con ser español? Sí.

-E: ¿Qué está pasando en Cataluña?

-P: Hay una sensación creciente de que Cataluña ha sido maltratada. Hay la sensación de que Cataluña paga mucho más de lo que recibe. Siempre se ha aceptado que Cataluña, por ser un país con una renta alta, tiene que hacer una aportación solidaria. Pero eso debería tener una limitación, porque tal y como se ha estado haciendo desde hace muchos años deja a Cataluña en una gran indigencia pública. Y así no podemos sacar adelante al país como quisiéramos y como debiéramos. Creo que hay una voluntad clara de España de llevarnos a la residualización. Que poco a poco Catalunya se convierta en algo residual. Y la residualización es el paso previo a la desaparición. Y yo soy catalán, soy español además… si puedo serlo. Vamos a ser más precisos: ahora se hace difícil ser español.

-E: Hay mucha gente que puede estar viéndole y que piense: «Pero si lo que han pedido se les ha dado; cuando quisieron el 15% de IRPF se les dio, cuando quisieron el 30% se les dio, cuando quisieron el 40% se les dio…».

-P: Se nos daba y se nos quitaba al día siguiente. Ahora, realmente, después de la sentencia del Tribunal Constitucional tenemos una autonomía mucho más imperfecta que antes.

-E: ¿Se ha radicalizado usted con el tiempo?

-P: No me he radicalizado, se han radicalizado las circunstancias. Hay un antes y un después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. A nivel español no se llevó bien, ni por parte del Partido Socialista ni por Rodríguez Zapatero, que tiene una gran responsabilidad por irresponsabilidad. Ni el Partido Popular con sus campañas de catalanofobia. Y además, está el hecho de que el Constitucional tomase una decisión cuando era un tribunal de dudosa constitucionalidad. Un país en el que se pueda decir, con la rotundidad con la que lo decimos, que su Tribunal Constitucional actúa de una forma bochornosa, pues, oiga, ya no tenemos la obligación de sentirnos… ya no tenemos muchas obligaciones. Durante 60 años de mi vida he luchado por otra cosa.