Canadá denuncia el desvío de carne ‘halal’ para consumo de no musulmanes
ND.- La carne ‘halal’ ha entrado en el circuito alimentario de los no musulmanes en Occidente sin que estos lo sepan. Excedentes de carne procedente del ritual islámico de sacrificio -degollamiento con el animal consciente y bendiciones rituales musulmanas- están siendo desviados al consumo general sin que quien la ingiere conozca su origen. Primero en Francia y después en Canadá, autoridades y varios de los principales partidos han dado la voz de alarma. Desde la izquierda, aliada con las organizaciones islámicas, se condena la nueva manifestación de “islamofobia” porque, en su opinión, el rechazo a la carne ‘halal’ supone otra forma de “exclusión”.
En Francia, la polémica se desencadenaba después de que Marine Le Pen asegurara que la mayor parte de la carne consumida en la región de París procedía de animales sacrificados bajo el rito islámico. La líder del Frente Nacional añadió que los consumidores no musulmanes no conocen la forma en que se ejecutó el sacrificio. En plena campaña presidencial, Nicolas Sarkozy, se preguntó si “merecía la pena abrir una polémica” sobre ese tema.
“Extranjeros imponen el ‘halal’ a los niños”
Pero su propio ministro del Interior, Claude Guéant, sí creyó que merecía la pena y denunció cómo inspectores y proveedores extranjeros (musulmanes) estaban “imponiendo” carne ‘halal’ en los comedores de los niños franceses no musulmanes. También el primer ministro, François Fillon, creyó que merecía la pena, y así dijo que los ritos de sacrificio ritual de judíos y musulmanes obedecen a problemas higiénicos ya superados en Occidente desde hace siglos. Y, finalmente, el propio Sarkozy también consideró que merecía la pena llevarse la contraria a sí mismo y salió defendiendo un etiquetado donde se dejara claro si el animal había sido sacrificado bajo prácticas y rituales religiosos.
Las poblaciones musulmanas, pero también las judías, consideran que un etiquetado particularizado de sus productos alimenticios ‘estigmatiza’ sus productos. Organizaciones judías británicas de producción alimentaria ‘halal’ han llegado a afirmar que un etiquetado específico de sus productos ‘kosher’ equivale a “la estrella amarilla del siglo XXI”
El 9 por ciento de votos ‘halal’
Pero es la musulmana la comunidad que, debido a su desproporcionado peso demográfico frente a la judía, ha conseguido que los excedentes de su enorme producción cárnica hayan pasado al circuito general para consumidores no musulmanes. Como sucedió con algunas de las mayores cadenas de comida rápida que impusieron menús ‘halal’ en sus establecimientos, en especial en los situados en las ‘banlieues’ de abrumadora mayoría islámica -sometidas a una abierta radicalización islamista, la situación se plantea de forma bien simple para los no musulmanes: en muchos lugares de Francia de supuesto uso y acceso general, o comes ‘halal’, o no comes.
Debido precisamente a ese enorme peso demográfico que los musulmanes están consiguiendo en Francia y dados los estrechos márgenes de diferencia que separan a Sarkozy respecto a los socialistas, el presidente francés decidió arañar en lo que pudiera el 9 por ciento de votantes mahometanos y, por tanto, rebajar el nivel de tensión con los ofendidos y ‘estigmatizados’ musulmanes. De forma que se plantó en la mayor mezquita de París para abogar por un “islam de Francia y no un islam en Francia”, y para decir de paso a sus anfitriones que no se dejaran enredar por “polémicas que no tienen razón de ser”.
Québec: “No son nuestros valores”
Sin embargo, en otro lugar de la francofonía también se ha visto que la polémica, una vez más, ‘sí’ tiene razón de ser. El Partido de Québec, principal de la oposición en la provincia canadiense de mayoría francófona, asimismo denunciaba cómo carne ‘halal’ está siendo consumida por el público en general sin que este conozca que los animales han sido sacrificados por el rito islámico. Para este partido independentista, el degollamiento de los animales sin aturdimiento previo va contra los “valores” de los habitantes de Québec. Como era de esperar, la reacción en los principales medios ha sido la de promover el etiquetado, pero no el de la carne musulmana, sino el de quienes exigen reconocerla en su plato. Desde un editorial, el Globe and Mail relacionaba estas denuncias con “otra manifestación de las políticas de exclusión” con los musulmanes.
Uno de los principales fabricantes canadienses de productos derivados del pollo en el país, Olymel, ha sido señalado como una de las compañías que estarían elaborando sus productos, sin avisarlo, con carne ‘halal’. Un portavoz lo ha desmentido, pero otros partidos minoritarios en la región canadiense se han unido a las peticiones de boicot contra la compañía -que también ofrece producción porcina- bajo el argumento de que, dada su gran distribución ‘halal’, consumir sus productos derivados del pollo equivale a financiar mezquitas. Por su parte, representantes de la comunidad musulmana relacionados con la industria alimentaria no desmienten en absoluto las denuncias sobre el desvío masivo de carne sacrificada bajo prácticas islámicas hacia el consumo general. El imán que “bendice” a los animales antes de su degollamiento en plena consciencia asegura que él sólo reza antes del ese acto y que no hay otros cambios en el método de sacrificio respecto a los ordenados por las leyes canadienses que regulan los sacrificios.
Etiquetas sí, pero de “islamofobia”
Pero, además de no encajar con la rígida orden coránica de degollar al animal sin que antes se le aturda como, desde hace décadas, se hace en los países occidentales, desde el Partido de Québec, por boca de su responsable de política agrícola y alimentaria, André Simard, se insiste en que lo que fue hace tiempo una excepción, ahora se ha convertido en norma general. “Los consumidores tienen que ser informados”, exigía Simard. Pero la opinión publicada canadiense, desde sus principales medios, ahora desde el National Post, insiste en que esta “irresponsable (…) agitación pública” del tema en Québec no puede sino responder a la campante “islamofobia” iniciada con el 11-S.
El matar un animal cortándole el cuello es una maldad, porque permanece con todos sus sentidos vigentes aunque sea por el tiempo más corto, posible. En algunos casos y especies la anastomosis de las carótidas irrigan el cerebro por mucho más tiempo. La agonía y el dolor de estos seres debería conmover hasta al más animal. Los países civilizados prohíben causarle dolor innecesario a un animal que también es criatura de Dios.
Matar a un animal sin aturdirlo, hace que se produzcan toxinas por el sufrimiento, lo cual contamina esta carne y hace que muchas enfermedades se produzcan en los humanos por esta causa.
Ademas, este tipo de sacrificio, como muchos otros mandamientos para la salud, se dieron en la biblia, por causa de que en aquellos tiempos no habia los controles sanitarios sobre los animales que hay hoy , ni existian las medidas higienicas tampoco, pero algunos se han quedado estancados en el pasado.
Jamón,lomo,chorizo,morcilla,panceta,mortadela,salchichón,fuet.Sin problema 100% cristiano
La diferencia entre los alimentos KOSHER y las matanzas morunas ,es que unas se hazen estrictamente “limpias”,hablo de higiene ,mientras que , las matanzas morunas son una orgia de suciedad,tanto fisica como mental.
A ningun judio se le ocurre andar haciendo proselitismo ,ni con la palabra ,ni con su alimentacion. Los moros ” y allegados ” precinden de esos principios porque no saben lo que es. No hay mas que algo indiscutible : el repugnante halal con sus repugnantes comensales tendran que ser prohibidos ,antes o despues.No cabe ninguna duda de que asi sera,aunque esto tarde tiempo.Europa esta despertando!
Siento vergüenza ajena de usted. No sabria si tacharle de racista o sionista o ambas cosas.
Su comentario es incoherente y carente de sentido fruto de sus sentimientos de rechazo radical hacia la poblacion musulmana.
Ruego se informe de fuentes objetivas para corregir su punto de vista tan alejado de la realidad.
Me rio de usted y de sus fantasias XDDDD
Como hecho puntual no dudo que se produzca, pero como norma general no es posible que esto suceda ya que el matar un animal de la forma judia o musulmana requiere mas tiempo y en consecuencia CUESTA MAS, luego no es competitiva frente a la carne normal del mercado.
A mi esto no me afecta porque como ecologista yo crio los animales que mato y como, y solo como carne no matada por mi cuando estoy de viaje o voy a un restaurante.
Yo, como no como carne, me libraré de comer cualquier basura islámica que se infiltre…
Bueno, creo que no me libraré, porque el comercio del tomate se lo va a quedar Marruecos 🙁
¿Por que tenemos que comer carne satanica por obligacion?. Etiquetar la carne no es islamofobo ni judeofobo, tenemos derecho a saber si lo que nos estamos comiendo ha sido sacrificado decentemente o por el contrario ha recibido una muerte brutal.
Exacto, es nuestro derecho, a ver si va a resultar que solo van a tener derechos los judios y musulmanes.
Esto pasa por la gilipollez de mezclar culturas que no sólo no tienen nada que ver sino que son totalmente antagónicas.
Supongo que los ideólogos de esta hecatombe occidental deben estar contentos.