Los daños causados por las llamas han sido cuantiosos.

Varios despachos arrasados por el fuego, documentos revueltos y esparcidos por el suelo, el robo de un ordenador y, sobre todo, los dos focos de origen de las llamas son razones más que suficientes para asegurar que el incendio que calcinó la madrugada de ayer parte de las instalaciones del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB) fue intencionado, con el agravante de que la sede del organismo dependiente de la Diputación se encuentra en la primera planta de un edificio de viviendas. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, aunque sí materiales que, en una primera evaluación, superarían los 60.000 euros.

La clave que impidió que el suceso acabara en tragedia y que incluso hubiera que evacuar el inmueble ubicado en el número 16 del Paseo de Reding está en que una vecina, que padece asma, duerme cada noche con la ventana abierta, por lo que no tardó en percatarse del olor a quemado y avisar al servicio de emergencias 112. Eran las 4.48 horas y apenas seis minutos después ya había en la zona tres dotaciones del Cuerpo de Bomberos de Málaga. Tras la extinción de las llamas, la Policía Científica se desplazó al lugar para iniciar la pertinente investigación de los hechos, registrados apenas unos días después de que se conociera la sentencia del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de la capital que declara nula la convocatoria y las bases del concurso público aprobado por los anteriores gestores de la entidad, y denunciadas por el PP, para hacer funcionarios a 271 bomberos que actualmente trabajan como interinos.

A la espera de lo que determine el Cuerpo Nacional de Policía, todo apunta a un sabotaje ya que, según pudo saber este periódico, la puerta no había sido forzada, por lo que se está intentando averiguar cuántas personas poseen las llaves de la sede, que ocupa tres pisos de este bloque con unos 600 metros cuadrados. Esta hipótesis cobra aún más fuerza si se tiene en cuenta que los destrozos se produjeron principalmente en los despachos de Recursos Humanos, Secretaría-Intervención y Gerencia, donde también fue sustraído un ordenador portátil. En cuanto a las llamas, afectaron de manera directa a un ala del inmueble, dañando la instalación eléctrica y el mobiliario de las dependencias. El resto de las estancias sólo se vieron afectadas por el humo, aunque gracias a que el segundo foco encendido en el otro extremo del piso no fue a más y se consumió en un despacho. «Los que han hecho esto no han medido las consecuencias de sus actos, ya que podrían haber causado una gran tragedia», afirmaba el gerente del Consorcio, Manuel Marmolejo, quien quiso agradecer la colaboración vecinal y la efectividad de los bomberos en la extinción del incendio.