Sadismo izquierdista
En el verano de 1936, en el pueblo toledano de El Campillo de la Jara, donde no había frente de guerra y el pueblo estaba en paz, las autoridades republicanas se reunieron y elaboraron listas de hombres que debían ser fusilados con criterios tan dispares como ser agricultor propietario, ser médico, ser criado del médico o rezar el rosario.
En los pueblos pequeños las noticias vuelan de boca en boca y estando mi abuelo y bisabuelo (de 22 y 49 años de edad respectivamente), pequeños agricultores que no se habían significado políticamente nunca, cenando tras una dura jornada de trabajo en el campo, alguien del pueblo se llega a nuestra casa y espeta “idos corriendo que os van a matar”, lo cual hacen. Salen corriendo con lo puesto y se ocultan a las afueras del pueblo aprovechando la oscuridad de la noche e inician marcha monte a través, en dirección al pueblo de Puente del Arzobispo, donde estaba la línea del frente y donde esperaban encontrar amparo. Por el camino se van encontrando con otros hombres huidos y hacen grupo. Ven en la oscuridad de la noche en la lejanía la luz de un cigarro, lo que desencadena su huida en tropel al creer que eran sus perseguidores (narra mi abuelo que era tal la desesperación con la que corría para salvar su vida que no se dio cuenta que su padre desfallecido se había quedado retrasado).
Tras toda una noche a marcha forzada, llegan a Puente del Arzobispo y un soldado moro que guarda la entrada del pueblo les da el alto, teniendo que esperar los huidos a la autorización de las autoridades nacionales para poder pasar a zona nacional. En esto, se ve llegar a un hombre joven por el camino al que reconocen como el médico del pueblo, Don Valeriano, hijo del secretario del Ayuntamiento, Don Fidel, al que habían matado los milicianos unos días antes en una cuneta a las afueras del pueblo. El médico era hombre joven como mi abuelo, con la carrera recien terminada, no acostumbrado a la dureza del trabajo del campo y venía huyendo de las sacas de las autoridades republicanas. Entonces el grupo de huidos empezó a llamarle para que se acercara sin miedo y este al oir las voces se dio media vuelta y volvió sobre sus pasos como un zombi. Entonces mi abuelo tomó una caballería de las que solía haber atadas pastando en los cercados a las afueras de los pueblos y montándola de un salto salió corriendo en su busca. Cuando lo alcanzó, el médico se encontraba destruido moralmente y físicamente por la peripecia vivida en los últimos días que le había destrozado la vida, hasta el punto de no reconocer a mi abuelo.
Ante la huida de estos hombres, como represalia encarcelaron y torturaron a sus mujeres, las cuales pasaron la noche rezando el rosario en la checa a la espera de lo que decidieran hacer con ellas las autoridades republicanas al día siguiente. A una de ellas la liberaron, ya que estaba amamantando a un hijo de meses y al resto las llevaron a las afueras del pueblo y las fusilaron. Fueron 6 mujeres, mi bisabuela, la mujer del médico, la mujer del chofer del médico (pues en estos tiempos lo normal era que el médico no supiera conducir y necesitaba a alguien que le llevara a las visitas en lugares apartados) y otras 3 mujeres más. También saquearon sus casas robando muebles, enseres, aperos y ganados.
Nunca pensaron los perseguidos que llegarían al extremo de ensañarse con sus madres y esposas las salvajes autoridades republicanas. El brazo ejecutor de los fusilamientos, al parecer fueron unos milicianos llegados desde el pueblo toledano de Polán, que iban de pueblo en pueblo haciendo este tipo de trabajitos, de los cuales nunca se supo terminada la guerra.
Enterado de rumores según los cuales iban a destruir la placa conmemorativa de estos hechos que había en la fachada de la iglesia del pueblo, me desplacé desde Madrid donde resido para obtener fotos, pero llegué tarde pues ya habían picado toda la fachada de la iglesia. Me desplacé entonces al lugar donde fueron asesinadas, pues sabía que allí había un monumento conmemorativo.
Probablemente por lo apartado del lugar, en una carretera abandonada, no han reparado en su existencia y a lo mejor no lo destruyen. Efectivamente, allí se encuentra la cruz.
Un testigo presencial vió a Carrillo quemando los senos de una monja con su pitillo.
Y ahora hay que poner una calle a su nombre.
.. la Izquierda, hacer ver la historia al revés…. va la derecha, y se lo cree, sin rechistar. … estalla la guerra; Madrid,como casi todas las regiones, queda bajo el dominio de los rojo..republicanos-.sociatas-anarquistas y la peor ralea de la sociedad española, bajo el dominio de los jefes de LA COMINTER,…. torturan y asesinan a diestro y sinisestro,NO hay oposición, NOhay resistencia,NO hay juicios, NO defensa….como locos enfuerecidos campan a sus anchas… detienen y arrastran a la muerte a mas de 10 MIL personas… y tiene la cara dura de decir que luchaban por la libertad … y la derecha… Leer más »
Gracias Sr, Pio Moa, ojalá hubiera historiadores como Ud.
Tristemente , historias parecidas y con mas ensañamiento ,si cabe, ocurrio por toda la zona roja, que era casi toda España…. lamentable que casi lo cuenta , ecepto Ud. gracias de nuevo .
D. Pío, muchas gracias por toda la información que recibo sobre la guerra civil y todos aquellos años anteriores y posteriores. Reconozco mi ignorancia al respecto pero gracias unos cuantos -pocos- hombres honestos en el conocimiento de la historia estoy topándome con la realidad que no sé porqué pero intuía.
Mi padre, médico militar, vio en 1936 en Toledo como ejecutaban a golpes a un pobre hombre, no pudiendo hacer nada por salvarlo. Preguntó que quién era y le dijeron que era el alcalde fascista de un pueblo cercano. Poco después se supo que había sido un error , asesinaron a otro cualquiera, en plena calle y a golpes.La república desde 1931 dió rienda suelta a la gentuza más feroz, a todos los resentidos, los envidiosos, los delincuentes, los tarados mentales, siempre ocurre lo mismo en todos los países, cuando hay desorden sale lo peor a la calle. Prefiero la… Leer más »
Pues lo mismo hicieron los nazifascistas en la zona azul, exactamente lo mismo, por ejemplo en Galiza. Busca en internet la expresión “LO QUE HAN HECHO EN GALICIA” y te encontrarás un documento contemporáneo a aquellos acontecimientos. Claro que a ti sólo te deben doler los hechos como los que describes si se cometieron por los republicanos, se ve claramente que si ha sido al revés la cosa te la refanfinfla. Aquí fueron fusilados alcaldes, escritores, artistas, personas cuyo único delito había sido usar las armas de la dialéctica. Claro que se ve, sin tapujos, que para vosotros es más… Leer más »
No estés tan seguro galleguiño rojales. Los tarumbas que tu dices responderán a las mismas provocaciones del 36, pero 70 años después, todo se esta repitiendo con clamorosa exactitud. Lee la historia pulpo a feira.
Psoe y pc, fueron los responsables de la guerra civil. En la transición engañaron a los representantes del poder en España, que cayeron como pichones. Trajeron las autonomías , el partido comunista y un psoe marxista, colaborador de los nacionalistas. El ejército se dió cuenta en seguida y pactó con rey y políticos para hacer ciertos cambios con el fin de salvar la democracia que todos queríamos. Fueron traicionados y se dijo que el golpe había sido parado y que JC había salvado la democracia. Desde que la izq. llegó al congreso se convirtió en mentiras, insultos y diálogos rubalcabianos,… Leer más »
Tremendo testimonio, así pasó y parece mentira que la gente se haya olvidado.
Y tremendo el que el autor fuera izquierdista tantos años, demuestra el poder terrible de las ideas marxistas.
Y estos casos no fueron aislados sino bastante comunes.
Lo que asusta es que ahora nos vamos acercando a un nuevo conflicto civil, Mas, los etarras, Zapatero, Rubalcaba, Rajoy, el Rey, nos arrastran y no sé si se podrá parar.
Teniendo esta historia en su familia ¿Cómo se atrevió a pertenecer a los GRAPO?
Vaya historia de terror Dn. Pio.Me deja ud.hecho polvo.Otro día le contare lo del alguacil del pueblo de mis padres en Aragón.Hoy con lo contado por ud. i el 1er post ,ya he llenado el saco.¡Asco de país!
Mi abuelo era maestro del pueblo de Almendral de la Cañada (Toledo). Fueron por él, además del cura y el farmacéutico. Cuando estaban alineados para ser fusilados, mi tío Pepe (ya fallecido y que tenía siete años) corrió hacia él y se abrazó a mi abuelo. Debo decir que apareció un miliciano y echó en cara a los demás: “¿Váis a fusilar a Justino! ¡Pero si es un buen hombre! Mi abuelo se salvó. Los demás, no. Mi abuelo coincidió con uno de sus casi asesinos en una de las calles de Talavera de la Reina. No le denunció. Tal… Leer más »