El jefe del partido de la UDC del cantón de Turgovia, Benjamin Kasper, había pedido públicamente que se parara la expansión del islam. La Alta Corte de Justicia no considera que esas declaraciones sean racistas, ya que no ven en ellas ningún desprecio global hacia los adeptos del islam

Defender los valores cristianos influenciados por la identidad cultural suiza contra la progresión del islam no puede ser considerado como racismo. Eso es lo que ha decidido un tribunal federal suizo en un pleito judicial entre el responsable de la UDC de Turgovia y la Fundación Suiza Contra el Racismo y el Antisemitismo.

La Fundación Contra el Racismo y el Antisemismo publicó en su día un informe en la categoría de “racismo verbal” en su balance anual acerca de un discurso del presidente de la UDC acerca de la puesta en marcha de la prohibición de los minaretes en una reunión pública en la ciudad de Frauenfeld.

Benjamin Kasper declaróen esa ocasión que: “Ya es hora de parar la propagación del islam y que la identidad cultural suiza basada en el cristianismo no debía ser suplantada por otras culturas. La prohibición de los minaretes protege la identidad cultural de Suiza”. Según el fallo unánime de los jueces, estas declaraciones no expresan un desprecio global por los adeptos del islam, ni un desprecio, por lo cual no pueden ser tomadas como racismo verbal.

Mostrar las diferencias entre dos grupos no es racismo, según la Alta Corte. Ese sería el caso “si la diferencia es concebida como un desprecio de la víctima y si se utiliza esas diferencias como un medio de mostrar a las víctimas de manera negativa y como forma de menosprecio de su dignidad”. La Alta Corte ha añadido que el artículo de la Fundación Contra el Racismo y el Antisemitismo atenta contra la reputación de la UDC y difama a su presidente de una manera injustificable.