Agentes de la policía inspeccionan el vertedero de Dos Aguas.

Vanessa R. V. y Pura Ángela M. S. se encuentran en libertad provisional desde el pasado lunes tras pasar cerca de nueve meses en prisión. El juez ordenó su ingreso a principios de junio del pasado año. Las dos mujeres, de nacionalidad boliviana, están implicadas en la muerte y desaparición de Johan David, el hijo de tres años de una amiga al que cuidaban.

Las dos imputadas arrojaron el cuerpo sin vida del menor a un contenedor de basura en Valencia. El cadáver fue encontrado al cabo de varios días en el vertedero de Dos Aguas. Mientras, para eludir su presunta responsabilidad en los hechos se inventaron que el joven había sido secuestrado. Su sangre fría les llevó incluso a colaborar con la madre en la colocación de carteles por la ciudad de Valencia con la foto del niño y un texto que explicaba el falso rapto. No tardaron en confesar el engaño tras una ardua investigación.

Sin embargo, entonces esgrimieron que el pequeño se había dado un golpe accidental. La otra posibilidad era que le hubieran causado la muerte de manera intencionada. La confirmación de la autopsia, que recientemente llegó al juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, no determina de manera concluyente ninguna de las dos opciones. Las fuentes judiciales consultadas admiten que existe un golpe, pero se desconoce si este pudo ser accidental o propiciado por alguna de las dos sospechosas. En definitiva, no se aclara cómo se produjo este hecho, clave en la investigación. Además, esta lesión -la de la herida en la cabeza- se causó al menos 48 horas antes del fallecimiento, apuntan algunas de estas fuentes judiciales.

La titular del juzgado decidió dejar en libertad a las dos mujeres al debilitarse su posible grado de participación en los hechos. Sin embargo, se les ha retirado el pasaporte y se les obliga a comparecer tres veces por semana en la oficina de presentaciones. El abogado de la familia del menor, Lucas Boloix, anunció ayer que recurrirá la puesta en libertad de las dos sospechosas. No quiso hacer más declaraciones.

La estancia de las dos imputadas en la prisión de Picassent no fue fácil. Las implicadas recibieron amenazas e insultos tras su ingreso en la cárcel. Para evitar incidentes de mayor gravedad, la dirección de la cárcel decidió su traslado inicial a un módulo de aislamiento donde fueron vigiladas por algunas internas de confianza.

Las dos mujeres, que mantenían una relación sentimental, eran íntimas de Lohammy, madre del menor. Su vida no ha sido fácil. El último suceso ha acrecentado todavía más su particular calvario. Emigró de Bolivia con 16 años en busca de una vida mejor. Madrid fue su primer destino. Luego llegó a Valencia, ciudad en la que nació Johan. En el momento de los hechos, trabajaba en París como asistenta doméstica. Cada mes mandaba unos 600 euros a sus supuestas amigas para atender los gastos de Johan. Confiaba ciegamente en sus dos compañeras, una de las cuales tiene además dos hijos en Bolivia. Estas vivían con una anciana a la que cuidaban. En el mismo domicilio, murió Johan.