BD.- El 3 de octubre de este año, el Día de la Unidad Alemana se celebrará en Hamburgo con una grandiosa oración musulmana en la iglesia Kapernaumkirche que antes pertenecía a protestantes luteranos.

Líderes del Islam sostienen que de esta manera los musulmanes se están insertando en la sociedad alemana y europea. Sus detractores temen que este proceso marcará irremediablemente la decadencia del crsitianismo en occidente.

No es la primera vez que el antiguo puerto alemán da muestras de una milagrosa tolerancia étnica. En agosto pasado, el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, firmó un convenio con las comunidades islámicas locales, por primera vez, permitiéndoles oficialmente a nivel regional observar sus hábitos religiosos e inmiscuirse en los asuntos de educación escolar. Recientemente, estremeció a la opinión pública la noticia de que la organización Nour Center compró el edificio de una iglesia luterana en Hamburgo. De acuerdo a la versión oficial, la transacción fue posible debido a una brusca reducción de la parroquia luterana. Supuestamente, la iglesia ya no le hacía falta a nadie. Al mismo tiempo, algunos medios de comunicación aseveran que la compraventa del edificio no fue del todo legal.

El portavoz de la comunidad musulmana de Hamburgo, Daniel Abdin, dice en los últimos dos años la prensa ha ido creado deliberadamente una imagen muy negativa de los musulmanes. En realidad, los musulmanes jamás han tenido la intención de convertir las iglesias cristianas en objetos de su propaganda religiosa. En entrevista con La Voz de Rusia, Daniel Abdin señaló:

–No buscamos precisamente una iglesia. Durante veinte años oramos en un estacionamiento subterráneo y más de ocho años buscamos un edificio para orar con dignidad. Por fin, se nos ofreció esta iglesia. En parte entiendo los temores de los cristianos que se debe al poco contacto entre ellos y los musulmanes. Creo que nuestra tarea es organizar un diálogo. El edificio de la iglesia está en ruinas. Lo vamos a restaurar para que recupere su condición de monumento arquitectónico y la respectiva protección estatal.

Ese templo permanece cerrado desde 2002, aclaró el portavoz de la Iglesia Evangélica de Alemania, Mathias Benkert. Pero sigue siendo considerado como un símbolo religioso y un santuario cristiano. El propietario del edificio lo vendió a principios de este año sin haber avisado a la Iglesia Evangélica en Hamburgo, precisó el señor Benkert, en entrevista a La Voz de Rusia:

“Desde luego que lo vemos mal. En los años 2004-2005, no podíamos imaginar que el edificio sería vendido, y menos aún, a una organización no cristiana. Al mismo tiempo, no nos oponemos a la existencia de comunidades musulmanas. En Hamburgo hay un diálogo interreligioso muy activo y, por nuestra parte, apoyamos a los musulmanes en su deseo de profesar abiertamente su religión. Pero tenemos que marcar las diferencias. Y aunque la situación no sea de nuestro agrado, es así como es”.

Según datos de los medios de comunicación locales, más de ochocientas iglesias han sido cerradas en Alemania desde 1990. No todas han sido transformadas en mezquitas. Pero tales casos ocurren y no solo en Alemania. En Francia, representantes de las diversas corrientes del cristianismo llevan ya muchos años tocando alarma por la misma razón: cada vez más personas renuncian a la religión tradicional de Europa.

El caso de Hamburgo y de Alemania en su conjunto demuestra que el cristianismo occidental está en decadencia, acota nuestro experto en Islam, Román Silántiev, profesor docente de la Universidad Estatal de Literatura, en Moscú:

“La carrera en busca de los nuevos valores de un mundo que rápidamente está cambiando para un lado no muy bueno les ha jugado una mala pasada a los cristianos occidentales. Podemos hablar de un colapso simbólico del cristianismo occidental otrora considerado como el primer candidato a la dominación global, como la corriente más progresista, pero que hoy día se está rindiendo sin luchar. Me parece que esta rama del cristianismo terminará simplemente seca y caída”.

Según Román Silántiev, todo indica que Europa está renunciando a la tradición cristiana. Pero, contrariamente a las expectativas de los ateos, los valores que vienen a sustituirla no son seglares ni ateos, sino islámicos.