BD.- Laurent Obertone, de 28 años, ha escrito un libro que levanta ampollas y despierta conciencias: “Francia Naranja Mecánica”, un retrato crudo y sin tapujos acerca de lo que él llama el “asalvajamiento” de la sociedad francesa, es decir su bajada a los infiernos de la hipercriminalidad que ensangrienta un día si y el otro también a un país que era hasta hace pocas décadas todavía uno de los más seguros y civilizados del mundo y de todas las épocas. Hoy Francia vive el horror cotidiano de una criminalidad sin freno, y lo que es peor: casi sin respuesta de parte de un Estado en manos que quienes sólo conciben, para enfrentar este problema capital, la negación del mismo y la excusa de la disculpa y la justificación del criminal. Así pues, las víctimas de esta marea de criminalidad, de este asalvajamiento, no son tales, viven el espejismo de una inseguridad creada por la propaganda de la extrema derecha, y esa sensación fruto de la autosugestión sólo sirve a los intereses espúreos de los racistas y los fascistas, agrupados políticamente detrás de las banderas del FN. Conocemos el estribillo.

Toda la prensa del sistema se ha lanzado a degüello contra este libro que molesta y dice las verdades que nadie ignora ni puede negar, pero que algunos quieren esconder. Los guardianes del fuego sagrado de los dogmas de un sistema podrido hasta la médula, pues está basado en la mentira y la manipulación, han sentido su sectario y tiránico edificio tambalearse sobre sus carcomidos cimientos. Alguien se ha atrevido a informar sobre un tema tabú, y la cabeza del hereje es reclamada por los histéricos peones de un orden que ya no puede esconder la íntima naturaleza de la pudrición que lo sustenta. Pero como los datos expuestos no son discutibles, ya que son sacados de la crónica diaria, de los informes policiales y hasta las estadísticas oficiales, es contra su autor que la jauría mediática lanza sus dentelladas más rabiosas.

En vano, pues el libro es un éxito de ventas, y la polémica suscitada por la violencia de sus detractores no ha hecho más que acrecentar el interés por la obra. A eso se ha sumado la propia Marine Le Pen, quien ha recomendado encarecidamente a sus militantes y al público en general la lectura de este trabajo imprescindible. Eso es tanto como la prueba definitiva del carácter satánico de este trabajo y de la entrega de su autor a los designios del Maligno, que hoy funge bajo el nombre del Odio, la Discriminación, el Racismo, la Xenofobia. Porque claro, como ya podemos imaginarlo, los datos ofrecidos en las páginas del libro revelan lo que ya todos sabemos: que la criminalidad desatada, el brutal asalvajamiento de Francia (y el caso puede ser extensivo a toda Europa Occidental) es la obra de ciertos grupos raciales y étnicos que no guardan relación con la población autóctona del vecino país (ni de Europa en general). Su autor no se anda con tapujos ni rodeos: Sí, hay una relación directa entre poblaciones de origen inmigrante y la explosión de criminalidad que padece Francia desde hace décadas. Un único ejemplo: según datos recopilados de fuentes oficiales, si se restara la criminalidad de origen extranjero (magrebíes, africanos, ex-yugoslavos -sobre todo kosovares- rumanos, etc), habría un 60% menos de delitos y crímenes en Francia. Y las categorías más graves de crímenes: asesinatos, violaciones, mutilaciones, agresiones a ancianos, etc, son la obra de la población de origen inmigrante casi en un 80%.

Ya las voces de los profesionales de la indignación piden, con temblores de vírgenes ofendidas en su pudor, la retirada del libro y su quema pública en modernos autos de fe. Los voceros de la moderna inquisición que hoy ejercen los autoproclamados guardianes de la Verdad, los paladines del Antirracismo, los campeones de la Diversidad, los amigos de la Inmigración, han tocado zafarrancho de combate y se han puesto en marcha los engranajes de la máquina represiva, y los editoriales y las descalificaciones se suceden en las páginas de los diarios y en los platós de televisión franceses. Trabajo inútil, pues la verdad se abre camino a través de la mentira, la ocultación, las descalificaciones y las calumnias. El libro se porta bien y su autor no rectifica una coma. Mejor todavía: la segunda edición saldrá en breve, y Obertone acaba de anunciar que su próxima obra será publicada en mayo.

Este es el vídeo en que Marine Le Pen aconseja encarecidamente la lectura de “Francia Naranja Mecánica”.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=S7BkHwsrhS0#

“Mis queridos compatriotas. Por una vez, os voy a hablar de un libro. Se trata de “Francia Naranja Mecánica”, de Laurent Obertone. Este libro debéis leerlo a toda costa y darlo a conocer en vuestro entorno. Este libro impacta desde las primeras páginas, al descubrir en detalle el horror de la salvaje agresión de la que fue víctima una joven de vida tranquila, elegida a azar, que se encontraba en el lugar equivocado en el mal momento, que vio una noche como su vida fue destrozada por el salvajismo de un hombre: una vida rota como tantas otras.

Este libro es un trabajo serio, documentado, no tiene falsos pudores. Muestra la vida diaria de los franceses y nos ofrece una visión cruel sobre la verdad del asalvajamiento de nuestra nación. El término de asalvajamiento es acertado. “Francia Naranja Mecánica” nos muestra, con el respaldo de numerosos documentos, como en algunas décadas, Francia, antaño un país seguro, ha caído en el salvajismo. El libro descubre lo que todos sentimos y sabemos: nunca en toda su historia, Francia había conocido un nivel tal de violencia, y eso prácticamente en medio de la indiferencia de nuestros gobernantes. Peor aun: es la ley de la omerta (la ley del silencio de los mafiosos) la que reina. La mayoría de los crímenes que se cometen a diario no son recogidos por la prensa y el aparato estadístico del Estado oculta y disfraza la gran mayoría de la delincuencia y la criminalidad.

Con “Francia Naranja Mecánica” nos hundimos en el horror de una situación fuera de control, pero lo hacemos con inteligencia, porque este libro, además de ser auténtico, invita a la reflexión para reaccionar. No se trata de una visión frívola, superficial o sensacionalista del fenómeno. Aquellos que dicen eso son los mismos que hasta hace muy poco se atrevían a reducir el sufrimiento de los franceses aun simple sentimiento de inseguridad.

Decir la verdad sin rodeos, molesta, hace daño, es verdad. Y también es cierto que uno no sale indemne de la lectura de este libro. Pero si son necesarias palabras y frases para despertar las conciencias dormidas, entonces no lo dudemos un instante. Las víctimas del salvajismo no han sido golpeadas por palabras y páginas, sino por golpes muy reales, a menudo fatales.

“Francia Naranja Mecánica” toma partido, y eso me satisface. Se coloca decididamente del lado de las víctimas. Desmonta la inversión de la culpabilidad, esa tendencia insoportable de querer relativizar la responsabilidad del criminal y encontrarle todas las disculpas habidas y por haber. La inseguridad diaria se ha convertido en una plaga. La UMP y el PS han caído en el laxismo y han dejado con su política cobarde que Francia se “descivilizara” y se “asalvajara”. Y eso yo no lo acepto.

Esta verdad, el FN la proclama en voz alta: siempre estaremos del lado de las víctimas, del lado de los débiles. Exigimos la tolerancia cero y la aplicación real de las penas de prisión, e iremos hasta el final para conseguirlo.

No tenemos miedo a decir que la inmigración sin control ha acrecentado de manera considerable la inseguridad en nuestro país,m porque tenemos la ambición de responder a ello, de volver a dar a Francia la tranquilidad y la seguridad que ha perdido.

Difundid el libro. ¡Que se rompan los tabúes! ¡Que provoque esa toma de conciencia indispensable para hacer posible todos los cambios necesarios! ¡Y si las élites quieren quemar el libro, eso si que es una buena señal!