Blas Piñar: Mis recuerdos y contactos con… Arturo Frondizi (XXIV)
Por Blas Piñar.- Ciertamente tuve relaciones con Arturo Frondizi y me complace dar cuenta de ellas por escrito. Tuvieron lugar en España y en Argentina. Antes, sin embargo, para comprender el motivo y el alcance de los mismos, me gustaría decir que en su trasfondo late mi devoción por la Hispanidad, y de tal forma que, sintiéndome ciudadano de la misma, todo lo que hace referencia a las naciones del Mundo Hispánico, lo contemplo y vivo como propio, intensamente.
Por esta razón conocí y hablé con Frondizi, como conocí y hablé con Juan Carlos Onganía y con Juan Domingo Perón, que fueron también presidentes de la República.
Mi primer contacto con Juan Carlos Onganía fue epistolar y databa de enero de 1.971. A mi felicitación del día 3, por haber consagrado su país al Inmaculado Corazón de María, me contestó el día 29 de Marzo del citado mes. Me decía:
“En su oportunidad, tuve la certeza de haber interpretado un profundo anhelo nacional, y de haber respondido a la acuciante necesidad del hombre de hoy, de dar un sentido espiritual a un mundo que se debate en la confusión, el descreimiento y la ausencia de los valores del espíritu”
En uno de mis viajes a Buenos Aires, habiendo ya cesado Onganía como Presidente, tuve con él una larga y reservada entrevista. Era un hombre sencillo y super-amable. Comprobé, que desde el punto de vista ideológico estábamos en la misma trinchera, pero también advertí que su información sobre lo que estaba ocurriendo en España no era correcta. Tuve la oportunidad de aclararle que la Transición política no fue pacífica, y que nos conduciría a la situación que estamos viviendo.
A Juan Domingo Perón le conocí en Madrid. Vivía en un chalet de “Puerta de Hierro”. Fue en una época subsiguiente a mi apartamiento de la Dirección del Instituto de Cultura Hispánica y antes de la fundación de Fuerza Nueva. Con independencia de los asuntos de carácter profesional, la conversación, como era lógico, hizo referencia a temas políticos. Con humor, y refiriéndose a algunos de sus partidarios justicialistas, me dijo sonriente; ¿”Qué quieren, que después de ser Presidente me nombren Emperador? Me sorprendió que me hablara del “aggiornamento” eclesial, que ya se había puesto en marcha en su país y de sus consecuencias.
Quiero dejar constancia de una prueba de afecto, para el que esto escribe, de Juan Domingo Perón, y que recoge Enrique Pavón Pereyra, en su libro “Perón tal cual es” (Edit. Buenos Aires):
“Un español ilustre, Don Blas Piñar, cuando todavía era director del Instituto de Cultura Hispánica, dijo en un magnífico artículo (se refiere a “Hipócritas”) algo que todo el pueblo español admiró y aplaudió. Naturalmente, él cayó y fue reemplazado por el presidente de la Coca-Cola. Pero dejó allí, para todos los españoles, un ejemplo, porque nadie olvidará nunca que, frente a la claudicación, aún quedan quijotes en la tierra de Cervantes”.
Reproduciendo algunas frases del párrafo transcrito, me obsequiaron los argentinos integrados en la Delegación de Fuerza Nueva en Buenos Aires, con una placa, fechada el 21 de Mayo de 2.006, en la que, encabezada por una banderita de España, leo “La representación de Fuerza Nueva en Argentina a don Blas Piñar, ejemplo de vida y amor a Dios y a la Patria española”, concluyendo así: “Viva Argentina! ¡Arriba España!”
Y dicho esto, me ocupo de los contactos y relaciones con Arturo Frondizi Ercoli, que comenzaron con su visita a España, tan pronto como ocupó la Presidencia de la República, en Julio de 1.960. El día 8, visitó el Instituto de Cultura Hispánica.
Le recibimos en el salón de Embajadores. Le acompañaba su señora. Hubo discursos. Mis palabras de recepción y bienvenida fueron las siguientes:
“Señor: Bienvenido seáis porque venís en nombre de Argentina, la patria fraterna, ceñida de blanco y azul. Nos traéis el cielo y la pampa, y nosotros, en trueque, os ofendamos la espiga y la sangre. Así lo anuncian las banderas que estaban aguardando, en silencio, una al lado de la otra. Ha sido una guardia de siglo y medio. Pero al fin, Don Quijote y Martín Fierro cabalgan unidos – Madrid, Buenos Aires- como buenos camaradas, a caballo del mundo
Ayer y hoy y mañana.
Somos, señor presidente, los pueblos del futuro. Pero ese futuro nos pertenece si acertamos a unir, como ellos –héroes y banderas- los símbolos que se adelantan.
Sabemos hasta qué punto tenemos conciencia de la unidad de los países hispánicos y sabemos que la patria de Yrigoyen –creador de nuestra fiesta de familia- lucha por anudar los lazos de una gran economía, lozana y floreciente, sin la cual el espíritu sucumbe a la materia”.
El presidente argentino Arturo Frondizi contestó así:
“Señor: Deseo agradecer, no en nombre propio, sino en nombre de la nación argentina, esta ceremonia, porque sé que sus palabras están dirigidas a un país y no a un hombre; a una nación que tiene una historia, un presente y un futuro.
“Hace 150 años, aquella lejanas regiones del entonces Virreinato del Río de la Plata iniciaron el proceso histórico de su emancipación entre España y aquella zona del mundo que España había hecho nacer con su sangre, con su fe y con su esperanza. Pero he venido como presidente de la nación argentina ciento cincuenta años después. Por primera vez, un prescindente pisa esta tierra española en el ejercicio de su mando, porque he querido venir a decir a España que aquello que se inició hace ciento cincuenta años como hecho histórico no fue un acto de separación sino fue un acto de unidad.
Pero para ser unidos teníamos que ser nosotros en la plenitud de nuestra personalidad. Por eso hoy podemos decir, a través de la Historia, que España y la Argentina forman una unidad verdaderamente indestructible.
Pero habéis tenido también el recuerdo para esa figura, legendaria ya del mundo hispánico, que es el Quijote, y lo habéis asociado a un hombre como Martín Fierro, creado por la imaginación de quien sentía a España con profundidad en la acción y en el pensamiento y que se expresó a través de versos inmortales que defendían el sentido de la tierra argentina. Y habéis querido también nombrar a Yrigoyen, un nombre caro para nuestros sentimientos, pero especialmente caro para los hombres que seguimos sus enseñanzas. Yrigoyen no sólo estableció el día 12 de Octubre como homenaje, sino que era un hombre que sintió con profundidad todo lo español. Y sabía que lo español, con lo particular que es, tenía precisamente un sentido universal que haría que los pueblos de América unidos a España abarcaran el proceso general de la civilización.
También, esta ceremonia colma mi espíritu de satisfacción, porque he predicado, muchas veces desde el anonimato, la necesidad del entendimiento del mundo hispánico; he predicado muchas veces en nuestra América la necesidad de la unidad en los grandes ideales, esos grandes ideales de la fe y de la esperanza que nos enseñó España”.
En el año 1.961 celebró Argentina los 150 años de su independencia. Se invitó a España con cariño especial. Por Decreto de 7 de Abril de 1.960 fue nombrada una delegación, que presidiría el ministro de Marina almirante Felipe Abárzuza y Oliva. Yo formaba parte de la misma. Me puse enfermo y no pude incorporarme a ella. El disgusto tuvo una compensación grata e imprevista. El Gobierno argentino me envió algo así como un cheque en blanco para que pudiera desplazarme no sólo a Argentina, sino a cualquier país hispanoamericano, por su cuenta, y tan pronto como me encontrara repuesto. Por decreto número 3033 de 17 de Abril de 1.961 fui declarado huésped oficial.
Una invitación tan sumamente generosa tenía una explicación de la que me permito dar cuenta. El presidente de la República Argentina Arturo Frondizi había nombrado a un gran amigo suyo, personal y político, José María Mazar Barnett, director general de Cultura, el que más tarde sería ministro de Obras Públicas y director del Banco de la Nación. José Mazar había creado las Universidades populares. Asistió en París a una reunión de la UNESCO. Vino a España. Quiso conocerme. La simpatía mutua fue inmediata y creciente. Fue él, sin duda, el que intervino para hacer posible el viaje, que lógicamente aproveché. Estuve en Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile, aunque, como es lógico, a la Argentina dediqué el mayor número de días. Estuve, no solo en buenos Aires, sino en la Plata, Córdoba, Mendoza y San Juan. Di conferencias e hice amistades que aún perduran. En el Palacio Errazuriz, sede de las Academias y del Museo de Arte Decorativo, en un ambiente cultural del más alto nivel, y después de presentarme José Mazar, hablé de la Mística y Política de la Hispanidad. Presidió el acto Luis R. Mac Kay, ministro de Justicia y Educación.
Con José María Mazar Barnett, que se volcó, y José María Alfaro, embajador de España en Buenos Aires , fui a la Casa Rosada, es decir al Palacio presidencial. Nos había concedido audiencia el presidente. Yo tenía un asunto entre manos al que solo Frondizi podía dar una respuesta afirmativa. Se trataba de la construcción, en la Ciudad Universitaria, del Colegio Mayor Argentino. Lo había en París, pero no en Madrid. Mi propuesta, luego de argumentarla, fue la siguiente: El protocolo Franco-Perón, relacionado con el envío de trigo a España cuando el bloqueo internacional después de la guerra, es decir, después de 1.945, exigía que España compensara a la Argentina con la entrega de unos barcos de guerra que debían construirse en nuestros astilleros. España podía –así lo dije- hacer esa compensación, en parte, con barcos de guerra, tal y como estaba previsto y, en parte, edificando y poniendo a disposición del Gobierno argentino un Colegio Mayor. No hubo nada que discutir. A Frondizi le agradó mi propuesta. El Colegio Mayor Argentino funciona desde hace años en la Ciudad Universitaria de Madrid.
Coincidí en Tokio con Arturo Frondizi, que se hallaba de visita oficial en Japón. Fue en un restaurante de las afueras. El almorzaba con personas del más alto nivel político en una mesa, distante de la que yo ocupaba con algunas amigos españoles que residían en la capital. No me pareció oportuno ir a saludarle e interrumpirles. Creí que Frondizi no se dió cuenta, ni podía imaginarse que yo me encontrara allí.
Volví a verle, y por última vez, en Buenos Aires. Me invitaron y asistí a una Misa convocada por una Agrupación de intelectuales católicos. En un banco se sentaba Arturo Frondizi, que oyó la Misa con profunda devoción y con la misma devoción fue a comulgar. Al salir de la Iglesia, pudimos hablar. No estaba bien de salud. Le encontré muy desmejorado.
*Fundador de Fuerza Nueva, Blas Piñar López es escritor, político y notario.
Mi abuelo y él se quisieron MUCHO.
Es todo un privilegio ser lectora de Alerta Digital y poder gozar de los relatos del patriota por excelencia de este país, Don Blas Piñar.
Argentina es un pais digamos, de claroscuros, tiene un territorio y unos recursos naturales FORMIDABLES, bien administrado ese pais seria sin problemas una de las 5 principales potencias economicas del mundo, se dice que por ejemplo sus fertiles tierras son capaces de producir alimento para 400 millones de personas ( e increiblemente siendo solo 40 millones de habitantes, hay varios millones de argentinos que pasan hambre). Tambien ha sido una patria generosa que ha dado asilo a millones de inmigrantes italianos y españoles que han marcado su cultura, que es mas europea que indigena o mestiza. Pero lamentablemente ha tenido… Leer más »
Señor Blas Piñar, como argentino, deseo agradecerle profundamente por evocar tan enjundiosos episodios históricos, que ponen de claro manifiesto las raíces comunes y la solidaridad de destinos que enlazan indisolublemente a mi país con el suyo. Desconocía las palabras del Presidente Frondizi. Veo en ellas con agrado la corroboración de mis ideas acerca de la independencia que Argentina declaró en 1816. Este hecho debe ser interpretado como la emancipación por “mayoría de edad” de mi Patria respecto de la Madre Patria, el Reino de España. Y no, como han querido liberales y marxistas, como una ruptura con la Hispanidad, que… Leer más »
Muy interesante el discurso traído a colación.
Reconozco públicamente mi admiracíón y respeto por D. Blas.
Patriota hasta la médula, consecuente con sus ideas y el mejor orador que ha pasado por el Congreso.
Además de todo ello, profeta.
Sr. Blas Piñar: No sé qué hace Vd. escribiendo para Alerta Digital, donde no les gustan los argentinos. En este capítulo Vd. hace alusión a varias personas argentinas que conoció, mientras que en Alerta Digital hablan peyorativamente de “argentinadas” cuando aluden al Papa Francisco. En serio, sr. Piñar, no sé qué hace Vd. escribiendo para un diario con unas ideas tan clasistas y racistas hacia un país, Argentina, que nos ayudó después de la guerra civil.
Estos escritos forman parte de una obra, no son escritos para este medio, salvo mejor opinión. Gracias a Alerta Digital yo puedo leerlos e informarme de primera mano con fechas, testigos, detalles sobre diferentes personalidades a los que de otra manera no accedería. Precisamente eso es lo que hicieron con el Sr Blas Piñar, silenciarlo para mantener a la masa en la ignorancia. Por otro lado, que un artículo califique de esa manera a SS Francisco no quiere decir que eso sea algo habitual. En eso estoy con Ud, no se puede estar con nadie que esté contra el Papa,… Leer más »
Pues no me entero, pues dice Ud que este medio no es Católico Apostólico Romano dado que no le debe lealtad al Papa de Roma y entiendo por tanto que no reza el Credo Católico, pero no me dice a qué iglesia le debe lealtad y quién es su pastor, si es que esa iglesia lo tiene. Por otro lado queda patente su falta de fe en la Providencia y en la participación del Espíritu Santo en la elección. En este punto me pregunto si el Sr Piñar sabe que este medio le niega lealtad al Papa Si me hiciera… Leer más »
Le dejo aquí una idea del testamento espiritual de San Luis rey de Francia (el último cruzado, nieto de Alfonso VIII el de las Navas de Tolosa y primo de Fernando III el Santo) a su hijo
“Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía.”
Onganía fue un dictador, y frondizi fue un gobernante espurio surgido de la proscripción del justicialismo; el único verdaderamente democrático fue perón