Blas Piñar: Mis recuerdos y contactos con… monseñor Cirarda (XXV)
Por Blas Piñar López.- José María Cirarda Lachiondo ha sido, sin duda, uno de los obispos más controvertidos y polémicos del episcopado español. Su modo, no sé si de pensar pero si de conducirse, explica los cambios decisivos de la que podríamos llamar su pastoral política.
En este aspecto, y por lo que a mí respecta, he de confesar que me produjo impresión muy buena cuando le conocí personalmente, por razones profesionales. Le pregunté si su primer apellido, Cirarda, se escribía con “C” o con “Z”. Me contestó sonriendo: “Con “C”. Yo no soy separatista”.
Siendo rector del Seminario de Vitoria, casó a uno de los oficiales de mi Notaría. De Franco llegó a decir que “tras la victoria supo, con su entrega total, llevar los destinos del pueblo español hasta la transformación de España cambiando su faz, universalizando la instrucción y la cultura y elevando el nivel de vida”.
Es más, según recojo del “ABC”, de 6 de diciembre de 1.964, se manifestó muy preocupado por el tema de la libertad religiosa, en sustitución de la tolerancia, que un año después aprobaba la Declaración “Dignitatis humanae”, del Concilio Vaticano II. Monseñor era entonces obispo auxiliar de Sevilla, manifestando que se estaba en “un momento de confusión y de disputa, no siempre serenas, que vienen alargándose demasiado, sobre este tema tan apasiónate en España y fuera de España”.
Coincidí en Pamplona con monseñor Cirarda en marzo de 1.968. Éramos él y yo, conferenciantes, en un ciclo convocado por el arzobispo de la Diócesis, don Enrique Delgado Gómez, del que tengo un recuerdo gratísimo.
Monseñor Cirarda, como Administrador Apostólico de Bilbao, publicó, conjuntamente con el Obispo de San Sebastián don Jacinto Argaya, (estoy seguro que éste muy presionado, pues le conocí muy bien) una carta fechada el 22 de Noviembre de 1.969, en la que, refiriéndose al famoso proceso de Burgos, se decía: “Reiteramos nuestras condenas de toda clase de violencia, las estructurales, las subversivas y las represivas”. Ni qué decir que la carta recibió entusiastas elogios de la prensa marxista de todo el mundo.
Esta carta equiparaba la violencia delictiva, penada por la ley, con la violencia que se ejerce por la comisión de un delito. Por otro lado, se hizo notar el silencio de los obispos por los asesinatos terroristas del comisario de Policía Melitón Manzanas González, del guardia civil José Pardinas Azca y del taxista Fermín Monasterio Pérez.
También, siendo Administrador Apostólico de la diócesis de Bilbao, monseñor Cirarda levantó la clausura canónica a quienes ordenados “in sacris” se habían encerrado en el Seminario de Derio, haciendo declaraciones que da espanto leerlas.
La jurisdicción militar pidió en 1.969 autorización para juzgar al Vicario Pastoral de la Diócesis de Bilbao, José Ángel Ubieta, por la sospecha, de algún modo fundada, de haber ayudado a la fuga del activista de ETA Francisco Echevarría Extueta, asesino del taxista antes citado.
Muerto Franco, y abriéndose paso la llamada Transición (que fue una ruptura), monseñor Cirarda, en una conferencia que dio en Pamplona, siendo arzobispo de la diócesis, habló de los graves inconvenientes que podían derivarse de salir triunfante el “No“ en el referéndum del día 6 de Noviembre de 1.978
Con estos precedentes no puede sorprendernos los encontronazos que tuvo monseñor Cirarda siendo arzobispo de Pamplona, con el sacerdote José Ignacio Dallo Larequi, fundador y director de la revista “Siempre p´alante”, de la que se ha dado cuenta detallada y documentada en varios de sus números.
En esta línea puede situarse lo mas delicado y doloroso de mi relación con él, de la que, también con detalle y documentos doy cuenta en “Escrito para la Historia” (tomo I pags. 394 y ss). De ese relato transcribo de lo que creo suficiente:
“Siendo obispo de Córdoba monseñor Cirarda, me visitó un grupo de personas muy destacadas de Castro del Río, pueblo de aquella diócesis y provincia. Iba a conmemorarse el cuatrocientos aniversario de una Cofradía antiquísima –la del Santísimo Cristo de la Misericordia- y entre los actos que se proyectaban había una conferencia que debería versar sobre la historia de dicha Cofradía, la del pueblo, y el conocido drama de Lope de Vega Fueteovejuna. Me pidieron que yo fuera el conferenciante. Accedí, y durante el verano preparé mi disertación. Incluso pude conseguir algún libro de la Biblioteca Nacional, no fácil de obtener, para completar y verificar mi documentación.
Al aproximarse las fechas, la Comisión, presidida por el párroco, fue a Córdoba a invitar al señor obispo. Éste les recibió con su simpatía acostumbrada. Preguntó: “¿Quién pronunciará la conferencia?”.-“Don Blas Piñar” –contestó el párroco-, “hablamos con él y le comprometimos hace meses”. Monseñor Cirarda se puso en pie y, según me han contado los visitantes, exclamó: “Ese hombre no hablará en mi diócesis”. Los visitantes se quedaron estupefactos. El señor obispo debió caer en la cuenta de que su exclamación no había sido prudente, ni respetuosa, ni caritativa y que, además, aquella prohibición abría un hueco, a esas alturas, difícil de salvar. Monseñor Cirarda se ofreció a dar la conferencia. Los visitantes, profundamente disgustados, le dijeron: “no es necesario que la prepare, porque las fiestas del cuatricentenario se suspenden”.
En carta de la Hermandad, firmada el 18 de Junio de 1.974, por Justino Criado García, entre otras cosas se decía:
“No podemos consentir que la injusta arbitrariedad cometida con usted, y con nuestra Cofradía, sea puesta en duda”.
La noticia del veto a mi persona, de monseñor Cirarda, tuvo enorme eco en la prensa y agradecí muy de veras a quienes salieron en mi defensa, incluso sin conocerlos. Destaco lo que me dijo por escrito don José Guerra Campos al conocer, y no por mí, la reacción de su compañero en el episcopado: “tristísimo e increíble… pertenece al género dictatorial”.
Este tipo de cargo la capilla de mi hermandad de jerez a principios de los años 60
El que digo no es el monseñor Cirarda, pero es otro.
Ex guardaespaldas de Blas Piñar convertido al islam, salió en el programa “salvados”:
http://www.youtube.com/watch?v=kkYDiLgUN6Y
Y ahora aparece en un vídeo hecho por sharia4spain, diciendo que está a favor de la sharia, que no tiene miedo de morir por la causa de Allah, entre otras cosas:
https://www.facebook.com/photo.php?v=480292598706553&set=vb.100001774501100&type=3&theater
Como veis las drogas le han dejado muy mal.