Yuri Slezkine

Yvan Blot.- Se trata de un libro extraordinario. Su tesis es la siguiente: “La edad moderna es la edad de los judíos, y el siglo XX es el siglo de los judíos. La modernidad significa que todos nosotros nos convertimos en urbanos, móviles, educados, profesionalmente flexibles, etc… En otras palabras, la modernidad significa que nos hemos vuelto todos judíos”. El autor de este libro es profesor de Historia en la universidad Berkeley en California.

Yuri Slezkine explica que los judíos han tenido tres Tierras Prometidas en en siglo XX: los EEUU capitalista y liberal, el Israel nacionalista y la Unión Soviética socialista. A través de las peregrinaciones de una familia, el autor estudia estas tres formas de sociedades. Opone el “mundo apolíneo”, que es el de los campesinos y guerreros, basado en la ética del honor y en enraízamiento, y el “mundo mercuriano”, mundo de comerciantes y de intermediarios de toda clase, basado en la búsqueda del poder y del saber, asumiendo una pérdida de raíces esencial, un mundo que es el de los judíos, pero también el de todas las minorías comerciantes alógenas (libaneses en África, diáspora china en el sudeste asiático).

Israel sería una tentativa de volver al pueblo judío apolíneo, ¡o cuanto menos de hacer la síntesis entre apolíneos y mercurianos! Los EEUU serían la forma más lograda, según el autor, de la modernidad judía totalmente mercuriana.

Pero fue la Unión Soviética, durante un tiempo, la creación judía más impresionante. El autor acumula los números y los estudios para demostrar que la URSS era un Estado judío aunque Stalin trató de romper la tendencia. Cita a Lenin (en el libro se nos dice que tenía una cuarta parte de sangre judía, lo que Stalin trató de censurar) que dice que sin los judíos la Revolución Bolchevique habría fracasado, ya que proporcionaron la mayoría de los mandos superiores más dotados de la Revolución. Los judíos fueron en la primera URSS lo que fueron los alemanes bajo los zares: la minoría extranjera instruida e indispensable. El autor, que es a la vez un especialista del mundo eslavo y de los judíos y que ama la raíz de donde ha salido (judío ruso) no es, sin embargo, tierno en sus análisis. Las reflexiones íntimas de los bolcheviques judíos dan escalofríos por su odio mortífero y su voluntad de venganza contra el orden zarista. ¡Estamos realmente frente a los “poseídos” de Dostoïevski! ¡El autor llega a hablar de violación de Rusia por los revolucionarios!

Más allá de los tabúes, Yuri Slezkine, apasionado de rigor histórico, no duda en decir que es la persecución hitleriana lo que permitió a los judíos adquirir una posición moral y por ende política dominante, incluso soberana, en el mundo actual: ¡son las víctimas por antonomasia y no se les puede criticar!

No se crea que el libro es antisemita, aunque insiste fuertemente en la responsabilidad de los judíos en la enorme extensión de los crímenes soviéticos: el libro ha sido galardonado con varios premios, entre ellos el National Jewish Award y ha sido considerada como una obra maestra por la crítica norteamericana, ¡incluso la judía! Hay que decir que muestra el éxito intelectual y social innegable de los judíos en los EEUU y en la URSS, las dos grandes potencias que se han repartido el mundo de 1945 a 1989.

Es un libro indispensable, insistimos: ¡indispensable para comprender el mundo actual!