Por Enrique de Diego.- Obran en mi poder documentos que muestran y demuestran que el Partido Popular es la peor mafia de la historia de España. El Partido Popular ha llegado a niveles de corrupción muy superiores incluso al partido socialista. De hecho, al margen del hundimiento de las cajas, el PP llegó a instalarse en el Estado para financiarse directamente de la Administración. Un esquema que sólo se había dado en tiranías totalitarias y que nunca se había intentado en una democracia formal, aunque lo que padecemos es una mierdocracia.

Recientemente uno de los cabecillas de la conocida como trama Gürtel, Pablo Crespo ha concedido una serie de entrevistas presentando a la trama como “proveedores de eventos políticos”, destacando la calidad del servicio. Esta aseveración está muy alejada de la realidad. El dato de que Pablo Crespo haya sido secretario de organización del PP en Galicia es de una relevancia clave. De hecho, el concepto judicial-periodístico de “trama Gürtel” induce a engaño, como si fuera algo paralelo al PP o una parte del PP. Incidiendo en esta apariencia, el PP en su día estableció el argumentario de defensa de que eran cuatro aprovechándose del partido. La trama Gürtel no es otra cosa que el PP, todo el PP. Téngase en cuenta datos delirantes pero significativos como que el empresario alicantino Enrique Ortiz pagó mítines de Esperanza Aguirre, en cuyo entorno tomó cuerpo la degeneración mafiosa del PP, aunque son José María Aznar y Manuel Fraga quienes lo pusieron en marcha. Según mis fuentes, Aznar ya ponía en práctica la técnica de los sobres en negro en Castilla y León con los cargos de su ejecutiva.

El estallido del caso Bárcenas, que en un primer momento fue parado merced a las maniobras oscuras del corrupto moral Federico Trillo y la banalidad del juez Antonio Pedreira, confirma plenamente que se trata en propiedad de la trama PP. Es una estructura orgánica de corrupción que implica a todo el partido y que se convierte en el modus operandi habitual de la mafia PP.

Aunque las comparaciones siempre son odiosas, siendo el PSOE un partido esencialmente corrupto, el Partido Popular ha alcanzado niveles muy superiores de corrupción. En toda su gravedad el caso de los EREs de Andalucía palidece al lado de todo el partido dedicado a la financiación ilegal, al enriquecimiento de sus dirigentes, a la defraudación fiscal y más todavía a la instalación en las estructuras del Estado para financiar al Partido Popular de la Administración. Un esquema corrupto que sólo se había dado en las tiranías totalitarias donde Estado y partido único se confunden.

En términos sinópticos, el funcionamiento de la mafia PP es el siguiente:

1.- El PP segrega su logística –organización de actos y campañas electorales, con su consiguiente financiación- hacia una trama de empresas. Sus responsables son personas de la directa confianza de Aznar.

2.- El director de esa trama es el propio tesorero del partido, Luis Bárcenas, puesto que se trata de una estructura orgánica.

3.- Esa trama de empresas, que no es otra cosa que el partido como tal, financia los actos de campaña.

4.- Las empresas de Gürtel reciben contratos inflados de las administraciones, como en el caso de la organización de los stand de Fitur de la Generalitat valenciana, de modo que si bien siempre hay un flujo de financiación corrupta a través de comisiones de empresas (el empresariado español no es digno de tal nombre, son corruptos y corruptores por lo general), el estadio final de la estructura corrupta es instalarse en la Administración para parasitarla, con identificación Estado-partido.

5.- La estructura corrupta PP reparte beneficios entre sus comerciales, que son los políticos, en diferentes cuantías dependiendo de los correspondientes niveles y en algunos casos financiando con cargo a la mafia la vida privada y social de algunos de sus dirigentes, como es el caso notorio de Ana Mato, incluyendo coches, viajes de recreo y primeras comuniones, pero también de Aznar al que se le organiza y costea parte de la boda de su hija.

Aunque llegó a establecerse una fianza de 200 millones para cinco imputados, el dinero depredado, el fraude fiscal cometido a través del funcionamiento en B, es incalculable. Ello significa que no se puede calcular porque es estratosférico: todo un partido, toda una estructura funcionando de manera ilegal, sin facturas, sin pagar impuestos.

El PP como estructura de corrupción toma completa luz a raíz de mis investigaciones sobre el PP deElche –donde ni tan siquiera existe fiscalmente- y la trama de asociaciones que usa el Partido Popular en toda la Comunidad Valenciana como tapadera. Funcionamiento que se da en todo el ámbito nacional y que ha sido llevado al nivel máximo de corrupción por Nuevas Generaciones, que ha generado una red de asociaciones con las que capta subvenciones de todas las instituciones –locales, provinciales, autonómicas- gobernadas por el PP, con lo que la identificación de Estado y partido se reproduce en niveles de picaresca.

Es la confirmación de que todo el PP es una estructura corrupta, sin excepción; una marca comercial que funciona mediante franquicias a grupos corruptos locales. Gráficamente, en el PP hay un Bárcenas por cada localidad española. El estadio último del negocio estriba en financiarse del Ayuntamiento, de la Diputación o del Gobierno autonómico, cuando se accede al dominio del Presupuesto.