Ramón Espadaler, consejero de Interior de la Generalitat

El pasado marzo, el Departamento de Interior de la Generalitat anunció la convocatoria de un nuevo concurso, que se resolverá este mes, para provisionar varias plazas fijas de Mossos d’Esquadra en toda Cataluña. Un concurso de traslados que, como viene siendo habitual, según denuncias de varios agentes al rotativo ABC, propiciará un mercado negro de compraventa de plazas. Como suena.

Algunos agentes, denuncian, optarán a alguna de estas plazas sólo con el objetivo de permutarlas con otros compañeros que las anhelan -hasta aquí un procedimiento regulado y que se aplica en muchos cuerpos de funcionarios… pero a cambio de dinero. Algo ilegal. Como en todo mercado, impera una norma básica: si hay más demanda que oferta, el precio sube. Así, de las plazas de traslado que salen a concurso las más cotizadas son las de la zona de Lérida (Región Policial Ponente) y de Gerona, ya que salen muy pocas a concurso. Por una permuta para conseguir una plaza de mosso en Lérida se llegan a pagar unos 45.000 euros, casi el doble del sueldo de un agente, según informa ABC recogiendo el testimonio de varios policías autonómicos que no quieren desvelar su identidad.

«Hay profesionales de este negocio que en los últimos años han llegado a hacer dos o tres permutas por dinero», indican estos agentes. El perfil de este «vendedor» suele ser un agente con bastante antigüedad y mucha formación, dos de los parámetros por los que se concede más puntos a la hora de asignar las plazas entre candidatos. «Hay algunos que justo después de que se le asigne ya piden una excedencia y buscan como venderla. Alguno, incluso, la empiezan a comercializar antes de que la tengan» , señalan los agentes. Sus trapicheos indignan a los compañeros que optan a una plaza fija para, como es la mayoría de casos, acercarse a su lugar de domicilio. Para estar cerca de la familia y ahorrar en transporte, alojamiento, etc.

Fuentes del Departamento de Interior de la Generalitat afirmaron que por ahora no tienen «conocimientno directo» ni les consta ninguna queja al respecto. Pero hay quién les desmiente. Además de estos agentes que lo denuncian anónimamente, algunos sindicatos ya se han quejado a los responsables de la policía autonómica sobre estos casos. «Nos hemos quejado, aunque no por escrito», corrobora el portavoz del sindicato de Mossos SME-CC.OO., Antoni Castejón. Además, asegura que le consta que algunos agentes han sido expedientados por traficar con permutas.

De hecho, aunque esta práctica se ampara bajo el sigilo interesado de comprador y vendedor, a veces las evidencias afloran. Más allá de que a Interior debería hacerle sosospechar que un mismo agente pida tantas permutas en poco tiempo. Hay foros de Internet en que los agentes solicitan permutas a compañeros. De entrada no hay por qué sospechar que no son honestas. Lo que ocurre es que a veces la bisoñez les juega una mala pasada a algunos. Sirva de ejemplo un diálogo detectado por este diario del portal mossosdesquadra.com (no oficial), en marzo de este año.

«Agente con plaza definitiva en Tarragona desea permutar con algún compañero de la Región Policial Ponente o incluso Montblanc. Se puede hablar de todo… Daniel (y un teléfono móvil)». «O sea, que estás dispuesto a bajarte los pantalones y a pagar por una plaza. OK. Sigue habiendo gente sin dignidad y sin principios en este cuerpo», le contesta uno. Y añade;: «por cierto, prepara más de 45.000 euros y hay que ser imbécil para dejar el teléfono» (este diario intentó sin suerte contactar con el tal Daniel).

«Vox populi»

En ese mismo diálogo, otro forero se suma para decirle: «Hay un comañero que te la vendería con mucho gusto, no es la primera vez que lo hace y está en Reus (…)».

«Es vox populi que ocurre, sobre todo desde los últimos 15 años», afirma Castejón, quien asegura que la Generalitat propicia en parte este mercadeo por su política de limitar las plazas que pone a concurso en zonas como Lérida o Gerona, en favor de las de la provincia de Barcelona. «No les interesa porque mucha gente dejaría de ir a Barcelona, donde hay más carga de trabajo y los mandos están más encima. Incluso hay competencia entre comisaría de distrito », esgrime.