Helena Maleno

De entrada, AD defiende el derecho de cualquier nación soberana a blindar su dignidad nacional frente a cualquier gualtrapas progresista que pretenda que ese país arregle sus asuntos conforme el dictado de la agenda mundialista. Ocurre sin embargo que cuando esa caterva de oenegeros progres españoles viaja a un país extranjero esperando recibir la misma dosis de panfilismo que aquí en casa, cuando lanzan sus consignas de manual contra esto y contra aquello, siendo casi siempre que esto y aquello es contrario al interés general, lo lógico entonces es que no sean bien recibidos.

No justificamos la violencia en ninguna de sus formas, pero tampoco la impunidad de la que gozan los activistas oenegeros al injerir en los asuntos de otros países y terminar exigiendo la ayuda diplomática a la nación que tanto odian. Quien a mal árbol se arrima no tiene derecho a exigir buena sombra. Que España, como el resto de la UE, haya tirado la toalla en el asunto de la inmigración ilegal y abierto sus fronteras a cualquier ilegal por razones falsamentes humanitarias, no da derecho a ningún indeseable europeo a pretender que un Estado como Marruecos, con apego a sus intereses nacionales y al instinto de supervivencia, acabe haciendo lo mismo.

Agredida la madrugada del sábado

A Helena Maleno nunca olvidará la madrugada del sábado. La activista española dice que fue agredida e insultada en Tánger durante unos incidentes que se han producido cuando medio centenar de marroquíes armados con machetes y palos han atacado a un grupo de inmigrantes subsaharianos.

Según el testimonio de la activista, a través de su cuenta de Twitter, el ataque se ha producido delante del comisario de la policía. “Los machetes, las piedras, las agresiones sexuales… Todo ha pasado delante de la policía sin que hayan intervenido”.

Mientras, ha relatado que “me agredían, me tocaban las tetas al grito de ‘puta española, vete a Tindouf’. Además, se han negado a arrestar a mis agresores a los que he identificado. Si esto me pasa a mí, imaginad qué no puede pasarle a una subsahariana”.

El ataque, que según la activista ha sido premeditado, ha confesado que “si hoy estoy viva es gracias a los compañeros subsaharianos que han hecho un cordón de fuerza, y han recibido los golpes”. En el mismo relato a través de su red social, Maleno ha señaladoq ue “ante la pasividad de la policía hemos podido salir de Boukhalef pidiendo socorro a un taxista. Hemos sido tres mujeres agredidas sexualmente. La última imagen que he visto antes de correr ha sido a un policía empujándome lejos de la furgoneta y detrás un machete que me esperaba”.