“¿Los inmigrantes son pobres que huyen de la guerra? Las cifras demuestran lo contrario”, indicó Anna Bono, una experta en la historia y las instituciones de África en la Universidad de Turín.

“Sólo el 5% de los que vienen a Italia son realmente refugiados. Estos son los menos pobres porque pagan miles de dólares para el viaje y para obtener documentos falsos”, explicó la profesora universitaria, refutando de esta forma  las versiones oficiales sobre las causas de inmigración.

Una voz que emerge en una soledad casi total en el ámbito académico. Anna Bono es también la autora del libro ¿”Migrantes?”?” de la editorial Segno, que tiene como objetivo, como ella misma apunta, arrojar luz sobre el problema más grande del tercer milenio.

“¿Refugiados? Casi ninguno”, subrayó tajante en una entrevista con Daniele Capezzone, del diario La Verità. “El Ministerio del Interior actualiza las solicitudes de asilo de mes en mes. Todos los que llegan la solicitan porque esta es la única manera para no ser expulsado inmediatamente. En el año 2015, de estas peticiones , sólo unos 3.500 tuvieron éxito. En 2016, menos de 5000. El año pasado, algo más de 6.000. En porcentajes, entre el 5% y el 8%. Todos los demás son inmigrantes económicos”. “Dado que son viajes ilegales, el 90% de ellos dependen de las organizaciones criminales y, por tanto, aquellos que quieren embarcar deben ser capaces de pagar miles de dólares para asegurarse los servicios de los traficantes. No todo el mundo puede pagar estas cantidades, por lo que no son tan pobres”, añadió.

Preguntada si los gobiernos africanos necesitan más ayuda, declaró: “Ya se les ayuda mucho, hay una especie de Plan Marshall cada año. África es el continente con mayor asistencia en materia de ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo. Pero el problema es que gran parte de ese dinero no se utiliza correctamente. La corrupción gubernamental y el tribalismo alimenta a mucha gente. Es necesario un cambio de paradigma, el desarrollo de África no se puede importar. África tiene el deber de valerse por sí misma. Menos dinero y mejores gobiernos. Eso sería el principio de la solución”, manifestó Bono.

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Interpelada asimismo si los gobiernos africanos colaboran para limitar las salidas, Bonno se mostró igual de tajante: “Al contrario. Los gobiernos son a menudo los primeros responsables de ellas. Las migraciones son protagonizadas por individuos que tienen medios, no de personas que vienen de aldeas remotas. Por lo tanto, la responsabilidad principal recae precisamente en el desánimo inducido por el amiguismo y la corrupción que lleva a muchos a ver la salida como última esperanza”.

El miedo al terrorismo

“Al menos durante los dos últimos años, las redes terroristas están implicadas en el tráfico de personas, del que sustraen recursos para adquirir armas. La existencia de estas rutas de migración también puede facilitar la circulación de terroristas de África a Europa”, denunció por último.