(El Confidencial)

José Manuel Otero Lastres.- Como era de esperar, las reacciones al triunfo de Pablo Casado en las elecciones a la presidencia del PP no se han hecho esperar. La oposición ha vuelto a actuar en bloque y ha coincidido en dos mensajes: que Pablo Casado representa más de lo mismo, lo que significa que sigue el mismo PP, y que el PP se ha derechizado. Por las reacciones, no parece haberles gustado mucho el triunfo del joven candidato, lo cual no es mal indicio: si no le gustas a tus rivales tal vez se debe a que como adversario te temen más de lo que dan a entender sus apreciaciones despectivas.

Pero más allá de lo que sea el “nuevo” PP lo que anuncia puede conmocionar a las formaciones a la que habían huido los antiguos votantes de este partido. Me refiero a Vox por su derecha y a Ciudadanos por su izquierda.

En más de una ocasión he escrito que el PP es un partido con varias sensibilidades, por lo que abarca un espectro ideológico muy amplio. Lo cual lo convierte en una formación política en la que es muy difícil contentar a todos. Pues bien, probablemente la razón del triunfo de Pablo Casado hay que buscarla en que hizo la propuesta programática más inclusiva: tendió la mano a todas las corrientes del partido para intentar que regresaran los que se fueron a Vox y los que emigraron a Ciudadanos.

Y claro, si cumple sus promesas y logra que sus propuestas lleguen a buen puerto, los demás partidos podrían encontrarse con que el PP recuperase una buena parte de sus votos perdidos y que volviese a ocupar la posición de partido más votado que parece haber perdido en los últimos tiempos.

Yo no sé si eso es derechizarse o no y si caso de serlo es negativo para España. Pero para mi tengo que las propuesta de Pablo Casado de reforzar la Constitución más que reformarla, fortalecer las instituciones, y reformar el Código Penal para evitar cualquier desafío secesionista, podrán ser muy derechas, pero visto lo visto, de haberse actuado con anterioridad de este modo, nos habríamos evitado muchos dolores de cabeza.

Y otro tanto podría decirse de modificar la ley electoral para incorporar un sistema de doble vuelta, lo cual evitará en el futuro que haya pactos que enriquezcan a algunas comunidades en perjuicio de las demás. ¿Puede alguien que no sea de esos territorios estar en contra la aplicación efectiva del principio de solidaridad interterritorial?

Lo que me suscita muchas dudas, en cambio, es la propuesta de primar la partido ganador, porque esa vía podría chocar con el principio constitucional de la proporcionalidad provincial.

En suma, el que parece que será el nuevo PP tendrá un mensaje más nítido, y eso ayudará a clarificar el panorama político nacional, siempre que, claro está, que si llegan al gobierno actúen sin complejos y cumplan sus promesas.