Lo que va a pasar y lo que hay que hacer
No hace falta ser un lince para discernir los rasgos principales que sigue hoy la política en España y que pueden concretarse en los siguientes:
–Fomentar los separatismos hasta el límite de la disgregación nacional.
–Fomentar la inmigración masiva (se dice que salvará el estado de bienestar ) y al mismo tiempo un abortismo masivo.
–Fomentar la ideología totalitaria feminista-LGTBI e imponer la no menos totalitaria de “memoria histórica”.
–Disolver progresiva y aceleradamente la soberanía nacional en la burocracia a su vez LGTBI de Bruselas.
–Satelizar a España cultural y militarmente en la OTAN y en la UE.
Hay otros muchos rasgos, pero estos son evidentísimos y mantenidos, con matices, por los partidos actualmente en las Cortes, sean los separatistas o los cuatro “nacionales”. Y son tendencias que inevitablemente dividen el país internamente, fomentan odios como los de la república y conducen a la catástrofe.
Para entender el proceso es preciso remontarse a la guerra civil. El Frente Popular fue una alianza de separatistas y totalitarios, que básicamente tendían a destruir la nación española y la cultura cristiana. Esa alianza derrotada por las fuerzas nacionales, dando lugar al régimen franquista. Al morir Franco se planteó nuevamente el problema, porque los antifranquistas no habían aprendido nada de la historia y querían volver a la situación previa a la guerra civil: basta ver las alianzas que se organizaron entonces en juntas y plataformas “democráticas”. Su objetivo era la “ruptura” con el franquismo. Sin embargo eran fuerzas muy débiles, y la decisión muy mayoritaria fue otra: democracia, pero desde el franquismo, no contra él.
La debilidad de las fuerzas antifranquistas ha hecho necesario un largo proceso hasta volver a imponer su ruptura, proceso culminado básicamente con Zapatero. A partir de ahí el sistema salido de la Transición simplemente ha ido pudriéndose hasta la situación actual de golpe de estado permanente.
El factor principal en este proceso no han sido, como podría suponerse, las demagogias separatistas, socialistas y similares, sino la colaboración con ellas por parte de la derecha, desde Suárez. Este es un fenómeno nuevo en la historia, que ha desarmado cualquier oposición a las tendencias arriba citadas y otras menores concomitantes.
Por otra parte, el hecho de que hayan necesitado tantos años de insidias, calumnias, propaganda subvencionada y presiones de todo tipo para ir imponiéndose, demuestra la solidez de la sociedad creada por el franquismo, y explica el odio feroz que la figura de Franco ha inspirado a todos ellos y que ahora se manifiesta en el plan de profanar y ultrajar sus restos. Franco fue el artífice de una sociedad próspera y reconciliada, condiciones para una democracia que funcione; y lo fue también de la monarquía, aparte de salvar literalmente de la destrucción a la Iglesia católica. El hecho de que la democracia se haya convertido en una palabra mágica sin verdadero contenido explica que la reacción democrática a tales planes sea (aún) débil. Y el hecho de que ni la monarquía ni la Iglesia estén moviendo un dedo contra el bestial y delictivo plan del gobierno, indica precisamente esa anomalía histórica que nos lleva muy previsiblemente al desastre.
Como decía, el factor principal en estas deriva no ha sido el antifranquismo rupturista, sino una derecha que ha colaborado con él hasta hacerse igualmente antifranquista, y ha bloqueado cualquier alternativa. Lo que debe planteársenos es, como decía Julián Marías, “no lo que va a pasar, sino lo que podemos hacer”. Y para hacer algo hay que partir de un análisis claro. Porque la situación es muy difícil y exigirá grandes esfuerzos.
Suárez debió de creer que para prosperar en los nuevos tiempos de la democracia, le convenía mostrarse adaptado y transformado. Adaptado a la mentira, claro.
La cuestión ya no es Franco, sino saber defender la nación, la patria y el Estado con sus fronteras por encima de todo , conservando su soberanía.
Pero, como dice usted, entre los separatismos, la OTAN, la UE y demás mierdas, nos vamos al carajo , mientras los que nos llevan cobran a destajo, los políticos. Aquí vale todo para ganarse un sueldo vitalicio, y luego critican al Rey, cuando todos ellos se comportan como monarcas del Absolutismo.
Magnifico análisis, y completamente de acuerdo todo lo que dice. Falta saber lo que podemos hacer, y como hacerlo, espero que halla una continuación de este magnifico articulo.
Genial, Sr, Moa. El síndrme de Estocolmo de la derecha, salvo honrosas excepciones, es apabullante.
Muy Bueno, el articulo de Don Pio. Como siempre es un gran historiador y que ve la realidad de España, y de como los enemigos de siempre, los que inventaron la leyenda negra, y los que fomentan los odios y las divisiones entre españoles, son los mismos a través de la historia. el ODIO CONTRA España, viene desde el siglo de oro, cuando los buenos reyes, mantenían a los enemigos de la Europa protestante y masónica a raya. Hoy esos mismos de la UE, masónica, son los que hacen de España, lo que les da la gana y nos ordenan… Leer más »
Como siempre D. Pío, poniendo el dedo en la llaga.