Es impresentable, indignante y una tomadura de pelo que anticorrupción manifieste que son “indicios extraordinariamente débiles” las grabaciones de Corinna.

Es evidente, que el Rey Emérito conserva todavía la protección y el amparo de las instituciones del Régimen del 78.

Las gravísimas acusaciones de Corinna, que se autoinculpa de ser la testaferro del Rey Emérito de haber sufrido amenazas por parte del CNI, representan indicios sólidos de delito y las Fiscalía tiene la poca decencia para archivar una investigación al decir que son indicios extremadamente débiles.

Esta actuación impresentable de archivo ha puesto de manifiesto:

a) Que el Rey Emérito, es un ciudadano que goza de privilegios por encima del resto de ciudadanos.

b) Que puede cometer todo tipo de comportamientos no conformes a la Ley y quede impune.

c) Que su cobertura y amparo, lo ha encontrado así mismo en el rechazo de los Grupos Parlamentarios, de crear una comisión de investigación.

d) Con el rechazo por parte de la Audiencia Nacional (Juez Egea) y del Fiscal Anticorrupción de iniciar una investigación al respecto desacreditando el testimonio de Corinna.

e) Queda la última denuncia de Manos Limpias ante la Inspección de la Agencia Tributaria, pero mucho nos tememos que no tendrá la más mínima viabilidad.

f) Es una patraña manifestar que estamos en un estado de derecho, que los jueces y fiscales son independientes y que todos los españoles somos iguales ante la Ley.

Hay un ciudadano español, el Rey Emérito, que conserva el privilegio de estar por encima del “bien y del mal” con el consentimiento de los tres poderes del Estado.

Un país, como Brasil, que no presume de democracia consolidada, ha dado un ejemplo de dignidad, de decencia, y de independencia de los poderes, juzgando y condenando a Lula da Silva y encarcelándole.

Con esta resolución de la Audiencia Nacional quiebra también el principio de seguridad jurídica, al admitirse denuncias anónimas y se rechazan o archivan denuncias relevantes con nombres y apellidos (caso Corinna).

Dentro de la regeneración democrática, se encuentra la asignatura pendiente de los aforamientos y el código ético, son privilegios de la Jefatura del Estado.

Un Rey Emérito que todavía conserva una licencia que no tiene límites para hacer y deshacer lo que le venga en gana.

El cinismo de Podemos en el caso que nos ocupa, avala que forma parte de casta política. Esos falsos republicanos para quedar bien con sus correligionarios republicanos han reducido su actuación a solicitar en el Congreso una serie de preguntas al respecto.

*Jurista y secretario general de Manos Limpias.