Según Iniciativas Virtuales aumentan los tratamientos para ser padres en España
Buscar ampliar la familia. Esa es la meta de miles de parejas que ven cómo, de foma natural, no consiguen el ansiado embarazo. El retraso de la edad en la que se es por primera vez madre, que ya ha superado la barrera de los 30 años de media, el estrés del día a día o problemas médicos como la infertilidad hacen que cada año sean más y más quienes optan por intentar cumplir su sueño a través de la reproducción asistida.
Sin embargo, hay muchas dudas para quienes se acercan a este nuevo mundo.
Desde la consultora Iniciativas Virtuales, con los estudios que ha ido realizando los últimos años en relación a este campo, proponen un desarrollo de aspectos que hay que valorar y conocer antes de comenzar cada tratamiento.
Pinceladas que se deben aprender antes de arrancar
Lo primero es saber qué tipo de tratamiento se va a seguir.
Inseminación artificial, fecundación in vitro, vitrificación o la estimulación ovárica suelen ser los más habituales, pero cada uno tiene sus propias peculiaridades.
“En el caso de la inseminación articicial, se transfieren al útero femenino, en el momento más idóneo, el esperma – bien de la pareja, bien del donante – y es uno de los métodos menos agresivos. De hecho, la ventaja de este método es el estudio previo de los espermatozoides de más calidad y que no se limitarían los intentos como en otros métodos más invasivos” explica Germán Piñeiro, CEO de Iniciativas Virtuales.
La fecundación in vitro o la estimulación ovárica van casi de la mano. “Es fácil que el médico a cargo de ayudar en el tratamiento a la pareja, comience con la estimulación ovárica, que consiste en una estimulación hormonal para que los ovarios puedan estimularse antes de llevar a cabo la fecundación in vitro convencional” explican desde Iniciativas Virtuales. En este caso, la unión de óvulo y espermatozoide se realiza en laboratorio, tratando de que se fecunde por sí mismo en un entorno controlado e implantado en el útero en los 5 días posteriores a este proceso.
Es en los últimos años cuando más se ha oido hablar de la vitrificación, que ha consistido en extraer tanto óvulos como espermatozoides y congelarlos hasta el momento en el que se decida comenzar la aventura de buscar el embarazo. Así, la edad tiene menos repercusión que la natural ya que se podrían utilizar los de una década anterior.
Uno de los escollos a los que se enfrentaban muchas parejas era la posibilidad de poder optar a través de la Seguridad Social a este tipo de tratamientos o, si por el contrario, la opción era apostar por la vía privada.
En el caso de la Seguridad Social, hay una serie de requisitos para que pueda ser viable el tratamiento a través de la atención pública: ser menor de 40 años (hay que tener en cuenta que la lista de espera puede ser de hasta dos años, con lo que hay que plantearlo con tiempo suficiente), que cada intento fallido vuelve a poner a la pareja en la lista de espera.
“Estos son solo algunos de los requisitos porque, hay otros, que no están cubiertos por la sanidad pública. La donación de óvulos no está contemplada en las opciones de la FIV, salvo la vitrificación en caso de necesitar tratamientos como la quimioterapia con vista a poder intentar el embarazo pasado un tiempo. Tampoco cubren revisiones cromosómicas o diagnósticos cromosómicos previos” explica Germán Piñeiro.
En cuanto al precio, cada tratamiento lleva implícito una inversión tanto particular como, si entra dentro de la Seguridad Social, un desembolso estatal.
“Según hemos podido comprobar, cada intento de FIV con su ciclo y con la donación de óvulos puede ascender hasta 8000 euros, algo que hace inviable para muchas parejas el comenzar el proceso siquiera ante la duda de ser capaces de poder afrontar los gastos que conllevaría todo el proceso” comentan desde Iniciativas Virtuales.
Tanto es así, que el mundo de la reproducción asistida ha ido viendo cómo fondos de inversión se interesaban por su actividad para incluso abrir clínicas. “Está previsto que este sector, visto a nivel económico, mueva para 2023 cerca de 27500 millones de euros. Solo hay que echar un vistazo en España. Mientras que en 2008 los ciclos de inseminación artificial rozaban los 38.500, una década después ya superan los 139.000” comentan desde la agencia Iniciativas Virtuales.
Ya sean por los hábitos alimentarios, por el ambiente que rodea a las ciudades e incluso afecta a nivel interno con los llamados disruptores endocrinos, por la edad o por problemas acarreados de otro tipo de enfermedades patentes, cada año son más las parejas que no consiguen llegar al embarazo sin ayuda, lo que ha puesto en el foco de atención un negocio que, aunque busca cumplir sus sueños, también conlleva beneficios que no siempre pueden considerarse del todo éticos.
“Muchos dicen que formar una familia así es solo para gente con dinero. Es cierto a medias ya que la Seguridad Social, en el caso de España, financia algunos tratamientos cuando se cumplen los requisitos que plantea. Sea como fuere, las fusiones de las empresas están abriendo esscenarios muy distintos a los que no hay que perder de vista. Es necesario asegurar y garantizar cada proceso individual y eso, no siempre se avala abiertamente”, comenta Germán Piñeiro, de Iniciativas Virtuales.
Esta nueva década, con los avances e investigaciones médicas que están en proceso, pueden cambiar considerablemente loss nuevos escenarios familiares. Habrá que esperar para saber cómo funcionará el proceso y custodia en adelante.
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