Puigdemont y la extrema derecha: de los polémicos apoyos europeos al ‘no’ a Orriols
Gerard Recasens.- La cuenta atrás para la campaña electoral en Cataluña se avecina al final. El próximo viernes, 26 de abril, se pondrá en marcha de forma oficial el período oficial de propaganda electoral. Sin embargo, desde hace semanas el ambiente previo a los comicios autonómicos marca totalmente la actualidad política en la región.
Desde hace semanas, las declaraciones de los candidatos centran todas las miradas, en un panorama que las encuestas dibujan ajustado entre blogs. La mayoría independentista cuelga de un hilo, en un contexto en el que el PSC parece ser el candidato destacado a la victoria, seguido de Junts per Catalunya, al alza, y un ERC que tiende a la baja ya la que la campaña se les hace larga. Con el socialista Salvador Illa y el republicano Pere Aragonès, el otro gran candidato a la victoria en los comicios es Carles Puigdemont.
Quien fue ‘presidente’ entre 2016 y 2017, los años más álgidos del ‘proceso’ con el 1-O y la declaración de independencia, ha revivido políticamente gracias a los resultados de las últimas elecciones generales. Los siete decisivos diputados de Junts en el Congreso propiciaron el acuerdo para la ley de amnistía con el PSOE, norma que permitiría, de aplicarse, el libre retorno de Puigdemont. La convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña fue aprovechada por el expresidente para liderar de nuevo Junts en pleno trámite de la amnistía y volver a situar en su figura a todos los focos mediáticos.
Fruto de ello, Carles Puigdemont cuenta en las últimas semanas con una importante presencia mediática en comparación con la que había tenido en los meses anteriores. Tras una larga etapa en segundo plano, como europarlamentario y con otros rostros comandando el día a día del partido, Puigdemont vuelve a aparecer, como candidato, como el que siempre ha sido: el único líder de Junts. En los últimos días, ha concedido de nuevo entrevistas a diversos medios de comunicación.
Un ‘no’ rotundo a Aliança Catalana
En una entrevista con el periodista Xavier Graset en el programa ‘Más 3/24’ de la televisión pública catalana, Puigdemont fue preguntado por la posibilidad de un acuerdo con Aliança Catalana, la formación encabezada por la alcaldesa de Ripoll Sílvia Orriols. En las recientes declaraciones públicas, Puigdemont se había mostrado partidario de buscar un nuevo acuerdo independentista tras las elecciones. Algunas encuestas dan entrada a Aliança Catalana en el Parlament, formación que se define como nacionalista e independentista, por lo que la pregunta de Graset en Puigdemont resultaba pertinente.
Su respuesta exhibió, sin citarla, contundencia contra Sílvia Orriols y Aliança Catalana. “Yo nunca negociaré con ninguna formación de extrema derecha. No participaré en dar alas a un fenómeno extraparlamentario como hizo Miterrand con Jean Marie Le Pen, porque basta con mirar dónde está ahora el partido socialista francés y dónde está la ultraderecha”, afirmó, añadiendo que no negociaría “con quien no comparta los derechos humanos”.
Así pues, Puigdemont calificaba de “extrema derecha” la formación liderada por la alcaldesa de Ripoll y rechazaba cualquier acuerdo con Aliança, tal y como lo hace con Vox. Este rechazo al que Junts considera “extrema derecha” resulta contradictorio, en cambio, si echamos un vistazo a algunos encuentros de Puigdemont ya algunos apoyos públicos al expresidente en los últimos años. El candidato de Junts ha recibido apoyos y se ha reunido con representantes de formaciones asimilables a lo que ahora considera “extrema derecha”.
Reuniones polémicas en su etapa como ‘expresidente’
En marzo del 2018, cuando regresaba a Bélgica por carretera, Carles Puigdemont fue detenido en territorio alemán. Pasó unos días encarcelado en Neumünster, y fue allí donde recibió una visita polémica. Concretamente, Puigdemont tuvo ocasión de encontrarse durante hora y media con uno de los cofundadores de Alternative für Deutschland (Alternativa por Alemania), Bernd Lucke.
Lucke era en ese momento eurodiputado electo por esta formación, considerada de extrema derecha, euroescéptica y populista, aunque ya formaba parte de una escisión del partido. En cualquier caso, el interlocutor de Puigdemont se sitúa ideológicamente a la derecha del centroderecha clásico y es un vehemente detractor del euro.
Formó parte hasta el 2019 (por tanto, también cuando se reunió con Puigdemont) del grupo europarlamentario de los Conservadores y Reformistas Europeos, donde ahora está Vox, compartiendo espacio con el partido de Meloni.
Pero esta no fue la única reunión polémica de Carles Puigdemont con políticos que pertenecen a lo que ahora califica de “extrema derecha”. A finales del 2021, el ahora candidato de Junts per Catalunya mantuvo un encuentro con Roberto Ciambetti, miembro de la formación italiana Lega Nord (la Liga Norte). Es la formación nacida en el norte del país que lidera el vicepresidente italiano Matteo Salvini.
Ciambetti, presidente del Consejo Regional de Véneto, mantuvo “una cena enmarcada en las agendas privadas” con Puigdemont. Sin embargo, cuando salió a la luz pública, todos los medios catalanes se hicieron eco de la noticia y despertó críticas. El partido de Ciambetti se caracteriza también por un discurso antiinmigratorio, identitario y euroescéptico.
Las reuniones de Puigdemont con Lucke y Ciambetti, procedentes de espacios políticos que encajan con lo que Junts considera ahora extrema derecha, chocan con la oposición mostrada por el expresidente en Orriols esta misma semana.
Plano medio de Carles Puigdemont de pie detrás de un atril con un fondo azul en una rueda de prensa en Bruselas
El partido flamenco Vlaams Belang mostró su apoyo al expresidente. | CamaraEuropa Press
El apoyo del Vlaams Belang belga
A estos encuentros hay que sumarle un apoyo polémico que Carles Puigdemont ha tenido en Bélgica. En los primeros compases de su estancia en Bélgica, en otoño de 2017, uno de los partidos que mostró públicamente su apoyo a Puigdemont fue el Vlaams Belang. El partido es de cariz nacionalista flamenco, euroescéptico y con un discurso antiinmigratorio, y situado a la derecha populista, en la extrema derecha del espectro político.
Puigdemont siempre mantuvo sus más estrechos vínculos con la Nueva Alianza Flamenca, formación también nacionalista flamenca, pero encajada en postulados de derecha mucho menos radicales. Ahora bien, el Vlaams Belang nunca escondió sus simpatías por el expresidente.
Su líder, Tom van Grieken, se manifestó en apoyo a Carles Puigdemont al inicio de su llegada a Bélgica. El partido, sometido a un cordón sanitario en Bélgica desde los años 80 y tuvo que refundarse en el 2004 tras una condena por racismo, defendió una moción parlamentaria favorable al reconocimiento de Cataluña como estado. Además, la formación emitió notas públicas de apoyo a Puigdemont, por ejemplo, cuando fue detenido en Cerdeña.
En definitiva, Puigdemont recela ahora de cualquier contacto con lo que considera extrema derecha pese a mantener contactos con formaciones asimilables a lo largo de sus años en territorio belga, y haber recibido apoyos que han suscitado polémica por la misma razón.