Cuando tres arzobispos cristianos de Siria fueron invitados en 2016 a acudir a la consagración de la primera catedral siríaca ortodoxa de Reino Unido (un acto al que asistió el príncipe Carlos), el Departamento de Interior británico no sólo les negó la entrada, sino que además se burló de ellos diciéndoles que no había “sitio en la posada”.
Cuando tres arzobispos cristianos de Siria fueron invitados en 2016 a acudir a la consagración de la primera catedral siríaca ortodoxa de Reino Unido (un acto al que asistió el príncipe Carlos), el Departamento de Interior británico no sólo les negó la entrada, sino que además se burló de ellos diciéndoles que no había “sitio en la posada”.