Cristina Fernández estuvo presente durante la hora en que se trató de reanimar sin éxito a su marido
La presidenta argentina, Cristina Fernández, acompañó en todo momento a su marido desde que se desmayó en su residencia en El Calafate (sur) hasta que falleció en un hospital de dicha localidad y estuvo presente en la casi una hora que los médicos estuvieron tratando de reanimarle sin éxito, sosteniéndole la mano y pidiéndole que no la dejara.
Según relata el diario ‘La Nación’, Fernández, en visible estado de shock, acompañó a su marido en la sala de urgencias en el que le atendieron y en todo momento no le soltó la mano, mientras con la otra le acariciaba el pelo, la frente y la cara. “No me dejes. Vas a poder”, eran las palabras que la presidenta repetía una y otra vez, hundida en el llanto, a su marido.
Kirchner se había desmayado poco antes junto a ella en su casa y la presidenta le acompañó en la ambulancia en la que fue trasladado al hospital, en el que, por el espacio de 50 minutos, doce médicos, dos cardiólogos y cuatro terapistas, junto con el médico presidencial, Benito González, trataron de reanimarle.
A su llegada al hospital, Fernández no dudó en seguir la camilla de su esposo hasta la sala de urgencias y el personal del centro no se atrevió a decirle que la abandonara, según el diario.
Según ha relatado a ‘La Nación’ uno de los facultativos que estuvo presente, la presidenta les insistía “todavía estamos a tiempo”. Sin embargo, el personal subraya que “entró con muerte súbita”. “Su cuerpo ya hacía presagiar un resultado así. Lo mismo hubiese pasado acá o en el mejor hospital del mundo”, aseguran.