Una querella por ironizar sobre el Valle de los Caídos
Algunos dicen que el mejor amigo del hombre no es el perro sino el chivo expiatorio. Algo así debió pensar Franco cuando se decidió construir el llamado Valle de los Caídos y enterrar en él no solo a los suyos, sino a quienes habían erigido aquel mausoleo que todavía sigue ahí demostrando el camelo de lo que ha sido la transición “ejemplar” de la dictadura a la democracia. Tan ejemplar que el general sigue ahí ya que nadie de momento ha osado mandarle a un cementerio familiar, sino se le ha permitido que él como verdugo, descanse en paz junto a sus víctimas.El caso es que aprobada la ley de la Memoria Histórica parece algo anómalo que ese mamotreto siga siendo una parada turística. Se va a El Escorial y se hace una paradita en el Valle, se sacan fotos y se cuenta luego en casa. Todo como se ve inocente y amable.
La iniciativa para acabar con esto partió del único representante de IU en el Senado, Josep Nuet.
El senador recordó que el Monumento es propiedad del Estado y que la sociedad tiene por tanto derecho a opinar qué hacer con él. Mientras no se actúa, nos aseguró que “los grupos de ultraderecha campan a sus anchas” y se celebran “muchos días” misas en las que se recuerda “al hermano Francisco”. “No es un benedictino, es el generalísimo Franco”, dijo, para preguntarnos a los senadores: “¿Se imaginan que en la catedral de Colonia se recordase en una misa al hermano Adolf?”.
ENTERRADOS “JUNTO AL VERDUGO”
Por parte del PSOE, Enrique Cascallana defendió una enmienda de su grupo a la moción, aceptada por Nuet, y por la que se incluye entre los objetivos de la reforma del Monumento el de rehabilitar y honrar a todos los muertos en la Guerra y por el franquismo y el de fomentar la reconciliación.
Enrique Cascallana recordó cómo se construyó el lugar y denunció entre otras cosas el traslado allí de docenas de cadáveres, “junto al verdugo” y sin consentimiento familiar. Por eso pidió que no sólo se elimine el carácter de mausoleo al dictador que a su juicio tiene el Valle sino que se aproveche para enseñar la historia a las nuevas generaciones y fomentar la reconciliación.
En una línea similar se expresó el senador de CiU Josep Maldonado, quien lamentó que sea necesario darle un “toque de atención” al Gobierno por no haber transformado ya el Valle de los Caídos. El portavoz ha exigido al Ejecutivo que aproveche esta iniciativa para ir “más allá” y hacer inventario de todos los símbolos de la dictadura que quedan por retirar del espacio público.
Cuando me tocó el turno, desde el escaño, se me ocurrió ironizar con la voladura del Valle. Dije así:
“Esta es una iniciativa procedente del Grupo Parlamentario de Entesa. Nos ha gustado la intervención del señor Nuet, incluso el tono. ¡Parecía usted un benedictino! (Risas.) Yo hubiera sido mucho más radical en un tema como éste. En fin, es mejor tratar este tipo de cosas con cierta calma, sobre todo porque veo que es una magnífica fotografía de lo que ha sido la transición política española, que no fue una ruptura, sino una reforma.
“No es muy comprensible que 35 años después del fallecimiento del dictador estemos hablando del Valle de los Caídos y sobre todo de que esté presente allí el cadáver del propio dictador. No es muy presentable que 35 años después, como me comentó ayer el senador Bofill, se tuvieran que manifestar en la Puerta del Sol, reivindicando que el juicio al presidente de la Generalitat, Lluís Companys, sea anulado. Es una cosa absolutamente incompresible. No es muy comprensible que la Junta de Andalucía ayer aprobara una serie de pensiones o tipo de bonificación a personas, sobre todo mujeres, que fueron perseguidas y que les cortaron el pelo al cero. Y no es muy comprensible el hecho de que los nietos del dictador se paseen por la televisión y que sean gente con mucha notoriedad y mucha fama. No, no es muy comprensible y por eso nosotros nunca hemos creído en eso de la modélica transición política española, porque esto es un fiel reflejo de que no fue tan modélica porque hubo que tener grandísimas tragaderas.
“En fin, nosotros estamos más con lo que decía nuestro amigo José Antonio Labordeta, recientemente fallecido: que había que lograr que, con el tiempo, aquellos caballeros mutilados tan respetados, frente a aquellos -perdone, presidente la expresión, lo decía Labordeta- putos rojos renqueantes, tuvieran el estatus que tenían que tener. Y, sin embargo, en 35 años todavía hay cosas pendientes, como este anacronismo del Valle, sobre todo porque es un símbolo del franquismo hecho con el sudor de los propios republicanos.
“A un dirigente de mi partido político, Juan de Ajuriaguerra, le querían obligar a ir al Valle de los Caídos a trabajar con aquella famosa y maldita fórmula de la redención de penas por el trabajo pero se negó y acabó su estancia carcelaria, después de haber sido condenado a muerte en 1943, en Canarias.
“Finalizo. Señor presidente, yo soy más radical en todo esto. Fíjese, recuerdo aquella película de “El Puente sobre el río Kwai”, cuyo coronel acaba volando el puente sobre el río Kwai, que habían construido, o esas imágenes de la Cancillería del Reich siendo volada o el símbolo de la esvástica nazi siendo volado. Pero igual si se vuela, el hermano Francisco se despierta y tampoco conviene. (Risas.) Por tanto, vamos a apoyar esta moción. Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos.)
Pero esto no ha gustado a una Asociación que protege el monumento y me han anunciado una querella. He cometido el pecado de lesa patria de ironizar sobre algo tan serio corno un monumento a la Victoria franquista, a la Santa Cruzada, y eso no se debe tolerar. ¡No caerá esa breva de la querella!.
Así están las cosas 35 años de la muerte del general en su cama torturado por su yerno. España sigue siendo diferente.
Sí, Ignacio. Es diferente por impresentables como tú. ¿Por qué no nos hablas del racismo pre-nazi del fundador de tu partido, Sabino Arana?