El Papa: “Es necesario que Dios vuelva a resonar bajo los cielos de Europa”
Durante la Santa Misa oficiada en la Plaza del Obradoiro, Benedicto XVI ha dado las gracias por “poder estar aquí, en esta espléndida plaza repleta de arte, cultura y significado espiritual”. En este Año Santo, ha proseguido, “llego como peregrino entre los peregrinos, acompañando a tantos como vienen hasta aquí sedientos de la fe en Cristo resucitado. Fe anunciada y transmitida fielmente por los Apóstoles, como Santiago el Mayor, a quien se venera en Compostela desde tiempo inmemorial”. Lea aquí íntegra la homilía del Papa en la Plaza del ObradoiroPDF
Benedicto XVI ha destacado que “todo lo que el cristianismo ha sido y sigue siendo no se halla una gesta o un proyecto humano, sino Dios, que declara a Jesús justo y santo frente a la sentencia del tribunal humano que lo condenó por blasfemo y subversivo; Dios, que ha arrancado a Jesucristo de la muerte; Dios, que hará justicia a todos los injustamente humillados de la historia”
Para el Pontífice, es necesario “seguir el ejemplo de los apóstoles, conociendo al Señor cada día más y dando un testimonio claro y valiente de su Evangelio”.
Además, ha indicado que “Jesús se dirige también a los ‘jefes de los pueblos’, porque donde no hay entrega por los demás surgen formas de prepotencia y explotación que no dejan espacio para una auténtica promoción humana integral”.
En este sentido, ha querido mandar un mensaje a los jóvenes y ha señalado que “renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcance, y asumiendo el de Jesús, podáis realizaros plenamente y ser semilla de esperanza”.
“Esto es lo que nos recuerda también la celebración de este Año Santo Compostelano -ha proseguido- y esto es lo que en el secreto del corazón, sabiéndolo explícitamente o sintiéndolo sin saber expresarlo con palabras, viven tantos peregrinos que caminan a Santiago de Compostela para abrazar al Apóstol.
“Quien peregrina a Santiago, en el fondo, lo hace para encontrarse sobre todo con Dios que, reflejado en la majestad de Cristo, lo acoge y bendice al llegar al Pórtico de la Gloria”, ha señalado.
El Papa se ha preguntado también por el destino de Europa, por sus necesidades, temores y esperanzas y por la aportación de la Iglesia a este continente. En este sentido, ha afirmado que “su aportación se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida.
“Es una tragedia que en Europa, sobre todo en el siglo XIX, se afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de su libertad”, ha asegurado.
Por ello, Benedicto XVI ha señalado que “es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios.
“Europa ha de abrirse a Dios, salir a su encuentro sin miedo, trabajar con su gracia por aquella dignidad del hombre que habían descubierto las mejores tradiciones”, ha indicado.
Benedicto XVI ha advertido de las amenazas a la dignidad del hombre, “por el expolio de sus valores y riquezas originarios, por la marginación o la muerte infligidas a los más débiles y pobres”. “La Europa de la ciencia y de las tecnologías, la Europa de la civilización y de la cultura, tiene que ser a la vez la Europa abierta a la trascendencia y a la fraternidad con otros continentes, al Dios vivo y verdadero desde el hombre vivo y verdadero. Esto es lo que la Iglesia desea aportar a Europa: velar por Dios y velar por el hombre, desde la comprensión que de ambos se nos ofrece en Jesucristo”, ha dicho,
“Levantemos una mirada esperanzadora hacia todo lo que Dios nos ha prometido y nos ofrece. Que Él nos dé su fortaleza, que aliente a esta Archidiócesis compostelana, que vivifique la fe de sus hijos y los ayude a seguir fieles a su vocación de sembrar y dar vigor al Evangelio, también en otras tierras”, ha concluido Su Santidad.