Veto a la verdad
Ahora sí. No había querido abordar antes el asunto de la dimisión de Velasco, el número dos del PSOE andaluz y diputado autonómico. Me parecía más coherente esperar la reacción socialista ante nuestra solicitud de aclaración parlamentaria de una serie de irregularidades producidas en la petición y concesión de subvenciones a la empresa de su mujer. La respuesta ha sido la prevista: NO.
Cuando conocimos que el centro de formación propiedad de la mujer de Velasco había recibido ayudas de la Junta de Andalucía por valor de 730.000€ en cuatro años, se produjo la primera mentira. El marido, molesto, salió a los periódicos a asegurar que el centro en cuestión no tenía fin de lucro. Resultó ser falso. Se trata de una sociedad limitada constituida el 12 de diciembre de 2005, justo tres días antes de finalizar el plazo para tramitar la solicitud de subvención. Sorprende, por razón de calendario, que en ese cortísimo periodo el expediente montado al efecto fuese tan perfecto y completo que las ayudas se otorgaron no sólo en la primera ocasión, sino de manera continuada a partir de entonces.
Además de los costes de la formación, las ayudas recibidas han permitido a la mujer de Velasco disponer de un sueldo de 90.000€ al año como coordinadora del centro. Es vergonzoso que en una comunidad con más de un millón de parados, el gobierno socialista sea tan “generoso” que destine subvenciones concebidas para fomentar el empleo, a salarios equiparables al del presidente de la Junta de Andalucía.
Esta empresa ha recibido fondos en base a una orden que establecía la posibilidad de acceder a las ayudas, sólo a las entidades, administraciones y organismos públicos. Ahora nos cuentan que la redacción de la orden estaba equivocada y que por eso se benefició de la subvención una empresa privada que en absoluto cumplía tal requisito. No obstante, el error en el BOJA no se corrigió hasta el pasado jueves coincidiendo con nuestra petición parlamentaria de fiscalización y aclaración de unas cuentas demasiado extrañas.
Para lograr subvenciones en formación para el empleo, es imprescindible realizar la homologación como centro colaborador de la Junta. Si la empresa en cuestión se constituyó tres días antes de la fecha tope para solicitar la subvención, es de pura lógica afirmar que en las 72 horas restantes no dispuso de tiempo material para pedir, tramitar y conseguir la homologación del centro. El gobierno andaluz tarda mucho más de tres días en otorgar esta calificación.
La empresa constituida el 12 de diciembre de 2005, no se inscribió en el Registro Mercantil hasta el 19 de enero de 2006. A partir de esa fecha es cuando aparece la mujer de Velasco como socia y administradora única de la sociedad. La ley establece que para presentar solicitudes debe acreditarse la representación. Es evidente, por tanto, que este requisito sólo podía cumplirse un mes después de realizar la petición de subvención.
La forma general de concesión de subvenciones se regula por concurrencia competitiva. Es correcto brindar las mismas posibilidades a todos los aspirantes, protegidos por la garantía del rigor. En el caso que nos ocupa, la imparcialidad no ha sido la norma de conducta. De los cinco criterios puntuables, la empresa sólo podría haber sido evaluada por dos. En cada uno de los otros tres, obtendría cero puntos. Con ello podemos deducir que la subvención no debió aprobarse bajo ningún concepto.
El otro día en el debate parlamentario, la actitud de los socialistas fue de hermetismo absoluto. No se ofreció explicación. No se facilitaron datos ni documentos. Con su voto negativo se vetó la sinceridad. Es la misma respuesta desde el principio del caso. Es la respuesta permanente cada vez que son descubiertos en ayudas desproporcionadas, con dinero público, a empresas de cargos del PSOE o de sus abundantes familiares.
La dimisión de Velasco no aporta ética ni moralidad. No es el desenlace de nada. No resuelve un proceso escabroso. No aporta aclaración. Por el contrario. Podemos sospechar que pretende convertirse en tapadera o cierre en falso de una tramitación irregular. Para callar repuestas. Para evitar preguntas.
La dimisión de Velasco no se produce por lo que sabemos. Es por lo que se oculta.
*Alcaldesa de Fuengirola y portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía.