La subida del IVA apea a España del tren de la recuperación en Europa
El bajón en el consumo derivado de la subida del IVA y la caída de la inversión son los culpables del estancamiento que sufrió la actividad económica en el tercer trimestre del año. Un frenazo que apea a España del tren de la recuperación en Europa después de medio año de tímidos avances. Entre julio y septiembre lideraron ese despegue Alemania y Reino Unido. La economía española esquivó la recaída por solo dos centésimas al registrar el PIB un progreso trimestral del 0,015%, que el INE redondeó a 0,0%, pues en la práctica equivale a una parálisis.
El cambio en la evolución de la demanda nacional en sus dos principales componentes, consumo e inversión, fue determinante en ese parón. El gasto en consumo final de los hogares sufrió entre julio y septiembre una caída del 1,1% respecto de abril-junio. Es la primera variación negativa del consumo de las familias desde el tercer trimestre de 2009, cuando cayó un 0,4%.
Sus motivos son múltiples. Los principales fueron la entrada en vigor el 1 de julio de la subida del IVA, que desincentivó el consumo, y el fin de los incentivos a la compra de coches. La demanda interna pagó las consecuencias de las compras anticipadas al segundo trimestre -automóviles, inmuebles y otros bienes duraderos- para eludir la subida fiscal. Un fenómeno cuyas consecuencias fueron mayores de lo estimado hace tres meses: El INE revisó el crecimiento trimestral de abril-junio y lo elevó una décima, al 0,3%.
Bajadas de salarios
Estadística también culpa del descenso del consumo a «la continuada reducción de la remuneración de los asalariados, principal ingreso de los hogares». El gasto en consumo de las administraciones públicas bajó un 0,4% al acusar la entrada en vigor de los programas de ajuste aprobados en mayo en aras de la consolidación fiscal.
La inversión, por su parte, sufrió un descenso medio del 3%, muy acusado en el caso de los bienes de equipo (5,2%) y de la construcción (3,2%). El sector exterior redujo bastante su aportación al PIB y las exportaciones apenas avanzaron un 0,1% intertrimestral. Por sectores económicos, los peores resultados fueron para la construcción (1,9%) y la industria (1,3%).
El traspiés de España contrasta con lo ocurrido en el resto de Europa. La zona euro creció de media un 1,9% y el conjunto de la UE, un 2,1%, por el dinamismo exhibido por sus principales economías. Alemania actuó otra vez como locomotora y creció al 3,9%. Le siguieron Reino Unido (2,8%), Austria (2,5%), Francia y Holanda (1,8%) e Italia (1,3%).
El Gobierno, preocupado por cualquier signo negativo que pueda llegar a los mercados, prefirió ver en el nulo avance del PIB trimestral una «estabilización». Optó por aferrarse al único dato positivo que confirmó el INE, el crecimiento interanual del 0,2% que marcó el PIB.