Europa League.- El Atlético de Madrid, donde solía (2-3)
El Aris se adelantó con un tanto de Koke al aprovechar una mala salida de De Gea, pero Forlán y el Kun le dieron la vuelta al marcador en un cuarto de hora. Koke volvió a empatar el choque al transformar un penalti cometido por Domínguez y Lazaridis volteó el resultado al aprovechar un barullo defensivo en el área rojiblanca.
Le faltó temple al conjunto madrileño. Hicieron lo más difícil, remontar un 0-1 desde el primer minuto de partido, pero no supieron mantener esa ventaja. Pudieron, incluso, aumentarla, pero no lo hicieron. Esa dosis de suerte o de oficio acabó con el Atlético hoy y, muy probablemente, con su experiencia europea de este año.
No se le puede reprochar al Kun y Forlán que no tiraran del carro, porque lo hicieron. Quizás se quedaron a medias, pero fueron el faro del equipo.
El batacazo
Los problemas reales tuvieron lugar en la segunda parte. El Atlético salió como un tiro y dispuso de dos claras ocasiones para adelantarse, pero una se estrelló en el larguero y otra se marchó fuera. Dejaron vivo al Aris y el equipo griego se rehizo.
En concreto con un penalti de Domínguez sobre Lazaridis que Koke se encargó de transformar.
Con el empate, poco a poco, le dejaron de salir las cosas a los rojiblancos. Dispusieron de alguna ocasión, pero se fueron diluyendo lentamente. Ese bajón lo aprovecharon los de Cúper para dar la sorpresa y darle la vuelta al partido. Lazaridis se convirtió en el héroe de la noche al ser el más vivo dentro de un barullo dentro del área colchonera. Los defensas rojiblancos se hicieron un lío y ninguno despejó con la contundencia requerida. Un error imperdonable que le puede salir muy caro al Atlético.
Alguno querrá escudarse en el penalti que un jugador griego cometió en la primera parte al tocar el balón con la mano dentro del área. Quizás la cosa hubiera sido diferente. Aún así, el Atlético no estuvo a la altura de lo que es. El campeón del torneo.
Ahora los madrileños tendrán que sorprender al Bayer Leverkusen en su casa y esperar que el Aris tenga un tropezón en la última jornada. Parece improbable.