EEUU dice que Chávez y el narcotráfico financian al Gobierno de Nicaragua
El Gobierno de Nicaragua, presidido por Daniel Ortega, se financia con el narcotráfico internacional y, desde hace unos años, por “maletas llenas de dinero” enviadas por el presidente venezolano, Hugo Chávez, según documentos filtrados por la organización Wikileaks.
En general, la mayoría de los cables divulgados por Wikileaks hacen un repaso de datos y acusaciones revelados anteriormente por el Departamento de Estado en sus informes anuales sobre Nicaragua, pero amplía los detalles de las relaciones entre Ortega y Chávez, y los presuntos vínculos del Gobierno de Managua con el narcotráfico.
Uno de los cables de la embajada de EEUU en Managua señala que, durante la campaña electoral que lo llevó al poder en 2007, Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) obtuvieron dinero del narcotráfico a cambio de que jueces sandinistas “pusieran en libertad a traficantes capturados por la Policía y militares”.
El mismo cable, que lleva el número 153018 y tiene fecha del 8 de mayo de 2008, señala que Ortega es un fiel seguidor de Chávez y que su alianza con el ALBA “finalmente ha comenzado a producir un beneficio monetario para Ortega y el FSLN”. “Tenemos informes de primera mano de que funcionarios del Gobierno de Nicaragua reciben maletas repletas de dinero al contado de funcionarios venezolanos durante viajes oficiales a Caracas”, indica también parte del cable.
Agrega que “múltiples contactos” han indicado a las autoridades estadounidenses que Ortega utiliza el dinero procedente del petróleo venezolano para financiar los llamados Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y las campañas electorales municipales del FSLN. Según las autoridades estadounidenses, informes no confirmados dan cuenta de que Ortega habría tenido a su disposición hasta 500 millones de dólares durante todo el 2008.
El mismo cable, firmado por el entonces embajador de EEUU en Managua, Paul Trivelli, también apunta que Ortega “ha fortalecido sus vínculos con Irán y Venezuela, y ha demostrado abiertamente una simpatía” con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Por otra parte, el cable señala como punto positivo que, al menos, las fuerzas de seguridad de Nicaragua, en concreto el Ejército y la Policía Nacional, son “dos de las pocas fuerzas independientes y apolíticas” en ese país, pese a la “clara meta” de Ortega de convertir a ambas entidades en “órganos” del FSLN.
Velando por los ricos
En otro cable, enviado en la primavera de 2009 desde la Embajada de Managua a distintos departamentos de Washington, un informe declara que “el presidente está completamente loco” y que éste “se ha convertido en una amenaza para el país. Hasta cree que las monjas viejas están rezando para que lo asesinen”.
En otro largo despacho, identificado como el 63040 y también escrito por Trivelli, la embajada de EEUU ofrece una especie de compendio sobre los delitos y abusos de poder del régimen de Ortega, comenzando con su historial durante la década de 1980. Ese cable critica las medidas económicas del Gobierno de Ortega y acusa a los sandinistas de velar por los ricos “mientras los pobres sufren”. En un apartado destaca la ironía de que, mientras Ortega y la elite sandinista viven en mansiones y se pasean con chóferes en Mercedes Benz y otros coches de lujo, los mismos líderes sandinistas “promueven huelgas que impiden que los pobres adquieran cuidado médico y acceso a transporte público”.
En un informe enviado a Washington el 25 de febrero de 2010, el actual embajador de EEUU en Nicaragua, Robert Callahan, pone en tela de juicio el repentino interés de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, por limar asperezas con Estados Unidos. Callahan desconoce la verdadera motivación de la “amable ofensiva” de Ortega pero, a su juicio, en el pasado los esfuerzos conciliatorios de Ortega sólo han servido para lograr un objetivo a corto plazo. Así, el embajador acude a su experiencia para concluir que las expresiones de amabilidad de Ortega y su esposa son “de corta duración y poco sinceras”.