Gómez Damborenea: Un buen español, un mal viceconsejero vasco
Pedro Gómez Damborenea, no confundir con García Damborenea, aunque los dos sean socialistas, me acaba de dar un pellizco de monja en su artículo del domingo “Cuestión de Marca” publicado en El País, del que es periodista excedente y tan sectario como éste medio para todo lo que huela al PNV. En la actualidad Gómez Damborenea es Viceconsejero del Gobierno Vasco al servicio del Consejero Bernabé Unda, al que asesoró en su día para que éste, enfático, dijera aquello de “viene de Madrid, es un real decreto, se cumple y punto” en aquella infausta charla en La Bilbaina.
Gómez Damborenea no me tiene mucha simpatía a cuenta de la respuesta que le di ante su inapropiado comentario hecho a raíz del fallecimiento de Jose María Vizcaino. Dijo en él que Vizcaino fue abandonado por las Instituciones Vascas y yo le saqué todas las gestiones que hicimos en su día con el vicepresidente Rodrigo Rato, sin que Vizcaino nos agradeciese nunca nada. Tampoco lo hicimos por eso sino para que una empresa vasca no cayera en suspensión de pagos. Pero si eso hicimos nosotros en Madrid, desde las instituciones vascas se le ayudó cuanto se pudo para que al final, este sujeto en la hora del obituario cargara contra el PNV. Como siempre.
Ahora es Viceconsejero y no sabe que es muy feo que desde un puesto institucional se critique a la oposición. Para eso están los parlamentarios de su partido o el propio Consejero, pero de éste poco puede esperarse. Sustituyó a Pedro Hernández, aquel inefable Pedro Tolosa (To lo sabe) y al parecer no le van bien las cosas con el cambio.
Lo que si me extraña es que en su artículo nombraba la palabra España y españoles doce veces y solo una Gobierno Vasco, del que es viceconsejero. Este dato nos indica donde están sus amores y afanes, aunque a la hora de cobrar le paguen las arcas vascas. Ya tenemos pues el primer dato. Es un buen español. Y lógicamente defiende con uñas y dientes la Marca España, Marca por cierto sin que haya ningún vasco en su gerencia.
El párrafo en el que me aludía, sin venir a cuento es éste:
“La guerra comercial es ardua y sucia, y hay interés en vapulear la marca España con el único fin de eliminar una competencia. La sorpresa es ver cómo hay quien recurre al simplismo y quiere dar la vuelta a los argumentos. Es un buen ejemplo el nacionalismo virtual que lleva, por ejemplo, al señor Iñaki Anasagasti a afirmar sin mover un pelo sobre otros españoles: “Espero que se hagan europeos de una vez por todas”. Es un titular de apariencia graciosa, pero con el que se permite mirar por encima del hombro a otros ciudadanos. No es sino una bobada, se analice como se analice, pero que siempre procura dañar la marca España con la que operan nuestras empresas”.
Ya ven. Un viceconsejero del Gobierno Vasco sumamente respetuoso con un senador de su querido reino.
He dicho más de una vez que los vascos nacionalistas tenemos claro que para que Euzkadi vaya bien, España y Francia deben ir bien. Sería de tontos e insolidarios desear gratuitamente el mal a nadie y encima echarnos piedras sobre nuestro tejado, pero lo que ocurre es que al carecer de una Marca Euzkadi y al ser la Marca España tan deficiente, eso nos perjudica. Y debería ser trabajo de un Viceconsejero tratar de buscar ese camino y no mover la cola genuflexo ante la Marca España, el príncipe, el rey y hasta ante su Consejero, que no se distingue precisamente por su simpatía.
Y me reitero en lo dicho, porque además creo que a más Europa, menos España y más Euzkadi. Una España profunda que no ha asimilado su europeidad, que pasa de lo europeo salvo para tender la mano, que está alejada del núcleo duro de las decisiones del continente, que ha estado a punto de ser intervenida, que no hace pedagogía de Europa, que ha rescindido hasta el contrato que mantenía con Euro News, que no nos hace ni caso cuando le pedimos que en cada informativo de Radio Nacional de España y de Televisión Española incluyan como mínimo una noticia europea política y otra social… y tantas cosas.
Con este tipo de viceconsejeros el Gobierno Vasco puede hacer poca cosa. No solamente no hacen nada sino destruyen lo hecho en el pasado y su exacerbado españolismo les hace perder el tiempo metiéndose con senadores de otros partidos en lugar de trabajar en cosas concretas, que si las hicieran las reconoceríamos.
En definitiva, un buen español pero un mal viceconsejero vasco. Nada sorprendente.