Pese a reducirse los derechos sociales de ancianos y trabajadores, la sanidad pública catalana lleva costeadas 40 operaciones de cambio de sexo en 2010
Cuarenta pacientes ya se han operado en el hospital Clínic de Barcelona para cambiar de sexo, en una cirugía costeada por la sanidad pública catalana. El pago de estas operaciones por la sanidad pública hace años que se debate, pero la consellera Marina Geli prometió hace tres años que empezaría a sufragar esta cirugía antes de finales del 2008.
Desde hace más de diez años, las asociaciones de transexuales reclaman que la sanidad pública española costee el cambio de sexo, al ser tratamiento de un trastorno de identidad sexual que les causa graves problemas psicológicos y, además, acarrea según ellos rechazo y hasta marginación social. La inclusión de esta prestación en la sanidad pública ha sido contestada desde algunos sectores que consideran que hay otras necesidades de atención más prioritarias. Pese a planes y estudios diversos, sólo la sanidad andaluza cubre operaciones de este tipo desde hace unos años; en otras autonomías se ha aprobado la atención a transexuales, pero sólo se habrían costeado algunos casos aislados de cirugía. La anterior ministra de Sanidad estudió costear algunos casos.
En el 2006, Salut acordó con el hospital Clínic de Barcelona que la unidad de trastornos de identidad de género de este centro sería de referencia para toda Cataluña y se organizó para atender la demanda asistencial de los transexuales. Ofrece diagnóstico (hay que pensar que un 10% de quienes acuden padece en realidad otros problemas psiquiátricos no sexuales, como psicosis u otros), tratamiento psicológico y hormonal y el último paso es la cirugía, y Salut avanzó que también se cubriría.
Dado que la cirugía genital requiere cierta especialización, se fichó a un cirujano plástico con experiencia para la coordinación de la unidad: Iván Mañero, que ha realizado unas 500 operaciones para cambio de sexo en su clínica privada de Barcelona.
Las primeras tres operaciones a cargo de la sanidad pública se realizaron a finales del año pasado y ya se han hecho otras cinco en lo que va de año, aunque Salut ha evitado publicitarlo. De los ocho pacientes operados, tres eran transexuales masculinos (querían pasar de sexo femenino al masculino) y cinco querían pasar del sexo masculino al femenino. Responde a las proporciones generales de transexuales: dos tercios de ellos se sienten mujer y un tercio, hombre, corrobora Esther Gómez, psiquiatra de la unidad especializada del Clínic.
Los pacientes ya operados son diversos, la mayoría entre los 25 y 35 años, hay estudiantes, un ingeniero, una profesora, un médico que no ejerce… La mayoría trabaja y casi todos tienen pareja estable y cuentan con el respaldo de sus allegados.
El 90% de los transexuales que inician el proceso de cambio de sexo quiere llegar a la cirugía, aunque no todos acaban operándose o no todos se someten a la cirugía genital. La operación para pasar de hombre a mujer (vaginoplastia) ofrece buenos resultados en cuanto a apariencia del aparato genital y funcionalidad sexual. Las técnicas para pasar de mujer a hombre (se puede hacer sólo un micropene o recurrir a injertos y prótesis) no siempre ofrecen buen resultado en funcionalidad sexual. Algunos pacientes temen la cirugía, el rechazo de futuras parejas…
En el caso de los tres pacientes operados por la sanidad pública para ser hombre, todavía no se han sometido a cirugía genital, de hecho (seguramente alguno lo haga), sino que se les han extirpado las mamas. Porque el cambio de sexo suele comportar operaciones complementarias a la genital: se extirpan las mamas yel útero y ovarios (al pasar de mujer a hombre), se puede aumentar las mamas, reducir la nuez del cuello o incluso intervenir las cuerdas vocales al pasar de hombre a mujer o hacer intervenciones más estéticas. Salut no sufragará la cirugía complementaria a la genital, excepto extirpación de mamas y útero a los transexuales masculinos, explicaron Francesc Brosa y Dolors Costa, director de servicios del Servei Català de la Salut (Catsalut) y adjunta a la dirección de Planificació de la conselleria, respectivamente.
Agregaron que Salut no ha destinado un presupuesto específico a la cirugía del cambio de sexo, sino que se incluye dentro del convenio económico de Catsalut con el Clínic. Salut prevé hacer no más de 20 operaciones al año, lo que supondría atender a unos 15 pacientes. El programa aún está en fase de evaluación, según Salut, de manera que la actividad quirúrgica de este año permita precisar qué supondría la prestación: qué cirugía se requiere y cuántas intervenciones para atender a la demanda. Andalucía llegó a calcular entre 23.500 y 32.000 euros el coste por paciente; estimaciones hechas en Catalunya rebajan esos costes a poco más de la mitad, aunque los responsables de Salut y del hospital no precisan cifras. Sí apuntan que no supone una gran sobrecarga para el limitado presupuesto sanitario, porque son muy pocos pacientes.
Mañero explicó que la intervención se hace con los equipos quirúrgicos del Clínic – el hospital también ofrece esta cirugía en su clínica de pago Barnaclínic-;la operación requiere unos cinco días de ingreso en el hospital. El centro aprovecha para hacer esta cirugía en horas de tarde en que no suele emplear todos los quirófanos.
La unidad de trastorno de identidad sexual del Clínic recibe unos 80 o 90 nuevos pacientes transexuales al año y se estima que habría al menos 100 susceptibles de pasar ya por el quirófano.
Una cuestión planteada cuando se ha discutido si la sanidad pública debe sufragar o no el cambio de sexo es que si sólo se ofrece en una autonomía o dos pueden verse desbordados los servicios por la demanda de pacientes de toda España. Desde Salut se recuerda que sólo accederán a la cirugía los pacientes tratados en la unidad del Clínic, tras seguir el tratamiento de masculinización o feminización, que lleva en torno a dos años. Como el Clínic atendía a transexuales (sin operarlos) desde 1999, su bolsa de pacientes ya supera las previsiones anuales de cirugía – y eso que algunos ya se han ido operando estos años por su cuenta, en la sanidad privada-,así que puede darse rápidamente una larga lista de espera para cirugía.
Lo decís como algo terrible, estáis esperando comentarios negativos sobre este tipo de operaciones…
Más terrible es el gasto que suponen los fumadores activos y pasivos. Tendría que priorizarse a los pacientes para cirugía del corazón, p.e.