Lo sentimos, nos gustaría que fuera una inocentada pero por desgracia no lo es: Zapatero sigue al frente del Gobierno de España
Lo sentimos, pero no se nos ocurre una inocentada peor y al mismo tiempo más real que la presencia de José Luis Rodríguez Zapatero al frente el Gobierno de España. Al lado de la gestión de Zapatero, se haría deseable cualquier inocentada que nos pusiera ante una perspectiva menos macabra y más saludable que la actual. Porque inocentada, lo que se dice una terrible inocentada, ha sido la gestión del Gobierno de Zapatero desde el comienzo de la crisis.
Lamentablemente, los hechos que se reseñan pertenecen a la más cruda y trágica crónica del momento presente, sin que en una fecha como la de hoy quepa más que el deseo de que alguien nos hubiese anunciado la muerte política de Zapatero antes incluso de nacer. Estas son algunas de sus irreverenes inocentadas al pueblo español:
– Una crisis económica nacional brutal (más allá de la internacional) que amenaza con convertir a España en la Argentina de Europa (con el famoso “corralito”)
– Una tasa de paro superior al 20 por ciento.
– La destrucción jurídica del matrimonio, al acabar de desnaturalizar la institución básica en la que descansa la sociedad y perpetrar el mayor ataque a la familia en su unidad y estabilidad.
– El mayor atentado a la libertad de educación, creando un plan adoctrinador que pretende convertir a nuestros hijos en clones que tengan un pensamiento acorde al del presidente
– La desprotección de la vida en su etapa inicial.
– La creación de un conflicto territorial que puede llevar al Estado diseñado en la Constitución de 1978 a ser un “Estado fallido” por su inviabilidad jurídica, económica y social.
– La destrucción, de facto, del orden constitucional de 1978 al cambiar la Constitución por la vía de los hechos, aprobando leyes de dudosa constitucionalidad.
– Subida de los impuestos a todos los españoles, proporcionalmente mucho más a las rentas menos favorecidas, ahogando la libertad individual a manos del Estado leviatán, con objeto de seguir financiando su política de compra de ayudas parlamentarias y la expansión de su política en otros países
– El deterioro de las instituciones en la que descansa nuestra muy imperfecta (por no decir inexistente) democracia, al ser usadas según su voluntad partidista y no con vista a la integración de toda la sociedad española
– Tratar de dividir a los españoles en malos y buenos mediante su ley de memoria histórica, creando nuevas heridas allí donde ya habían cicatrizado
– Atentar contra la religión en la que nuestra patria y toda Europa sienta sus raíces, favoreciendo otras que no han demostrado ser mejores defensoras de los derechos fudamentales de la persona.
Por desgracia, que el presidente Zapatero exista no se trata de ninguna inocentada.
Y seguirá por un tiempo, hasta 2012, hasta que caiga de bruces sobre el ring español, y aplaste de paso, toda la miseria que ha generado, que saldrá despedida hasta más allá de su califato progre y masón que ha amparado los reinos de taifas que desangran España.
A ver si esta es la buena y se desintegra con los suyos (que son muchos, parásitos y cobardes).