La Justicia española sigue favoreciendo a las mujeres: Absuelta la acusada de colgar fotos de la novia de su ex pareja ofreciendo sexo
El Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid ha dictado sentencia absolutoria en el caso de la joven vallisoletana R.G.L. que fue acusada de colgar en marzo de 2007 en Internet varias fotografías de la novia de su ex pareja ofreciendo sexo ocasional.
Frente al año y ocho meses de prisión y al pago de una multa de 4.500 euros que solicitaba el fiscal y los dos años de privación de libertad que pedía el acusador particular, junto con una indemnización de 12.000 euros interesada por los dos acusadores, por un delito de descubrimiento y revelación de secretos y una falta de vejaciones -esta última la había incluido la segunda acusación-, el juez estimó la pretensión absolutoria de la defensa basado en el principio ‘in dubio pro reo’, según informaron fuentes jurídicas.
Y es que, en su sentencia, contra la que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, el magistrado recuerda que el ordenador investigado no sólo era utilizado por la acusada sino por otros miembros de su entorno familiar, de ahí la imposibilidad de establecer sin ningún género de duda que la persona que colgó las fotos en Internet fuera R.G.L.
“Aunque pueda hipotéticamente concebirse un mayor grado de probabilidad en el caso de la acusada, en atención a la naturaleza de su relación con J.S.I, no pueden descartarse otras posibilidades en cuanto a la autoría de los hechos”, especialmente teniendo en cuenta la “laguna existente en la investigación” puesto que ningún miembro de su entorno familiar fue citado a declarar al objeto de aclarar la autoría.
Durante el juicio, la ahora absuelta aseguró que ni siquiera conocía que su anterior pareja había iniciado una nueva relación sentimental y alegó además que el ordenador de su padre, usado supuestamente para ‘robar’ esas fotos y exhibirlas en la red de redes, era de fácil acceso para un montón de personas, entre ellos sus tres hermanos, una cuñada, otro de sus novios e incluso hasta para un vecino.
La acusada rechazó categóricamente ser la autora del delito informático y también rebatió las tesis del Ministerio Fiscal y de la acusación particular de que, despechada por la ruptura de la relación que mantuvo durante dos años con Javier S, ideó utilizar el buscador Loquo.com para colgar dicho material gráfico y desacreditar y menoscabar así el honor de la nueva pareja de su ex. De hecho, R.G.L. precisó que la relación la rompieron ambos cuando Javier, ingeniero informático, se mudó a Barcelona tras encontrar trabajo.
“¡Yo no estaba dispuesta a mantener una relación a distancia”, afirmó la imputada, quien recordó igualmente que por aquel entonces trabajaba como cajera en un ‘súper’ y que difícilmente pudo cometer el delito debido a sus escasos conocimientos de Informática.
Al respecto, la imputada sostuvo que desconocía la contraseña de la cuenta de correo electrónico de su ex novio y de la pareja de éste, de las que, supuestamente, se extrajeron dos fotografías de la víctima para confeccionar el anuncio de contenido sexual, y reiteró que el ordenador existente en el domicilio de su padre, en la calle Gavillas de Valladolid, era de uso comunitario para toda la familia, pese a que era su progenitor el titular de la línea conectada al operador ONO.
“A ese ordenador tenía acceso mucha gente, no sólo mis padres y otros tres hermanos, sino también mi cuñada, otro novio que tuve y un vecino”, insistió.
La principal damnificada, la abogada catalana Marta C.F, explicó que a principios de 2006 inició una relación con Javier S, hoy su actual marido, y que no fue hasta enero de 2007 cuando recibió los primeros mensajes en su cuenta de hotmail, uno de ellos en los términos ‘no vales nada’ y ‘tu novio te engaña’ y otro, “el más inquietante”, en el que el emisor parecía estar al corriente del viaje que ella y su pareja tenían previsto realizar a Granada entre los días 11 y 12 de marzo de ese año.
“Me preocupó bastante, la verdad”, confesó la letrada, aunque lo peor estaba por llegar ya que de regreso del referido viaje entró en su cuenta de correo y se encontró con 80 email de gente que solicitaba sus favores sexuales e incluso adjuntaban fotos mostrando sus órganos genitales.
Indagación de los Mossos d’ Escuadra
Fue entonces cuando la víctima accedió a Internet y descubrió que en el buscador Loquo.com habían sido colgadas, sobre las 16.42 horas del día 10 de marzo, dos fotos suyas que tanto ella como su novio guardaban en sus respectivas cuentas de correo. Una de las instantáneas correspondía a la boda de un amigo y había sido manipulada por cuanto habían sido borradas las personas que había a su alrededor, mientras que la otra se la había hecho su novio en casa.
Ambas fotos constituían el principal reclamo del mensaje que se adjuntaba en el anuncio ofreciendo sexo ocasional en Barcelona, de ahí que la afectada y su novio acudieran a interponer la oportuna denuncia ante los Mossos d’ Escuadra.
Las indagaciones de la brigada especialista en la materia de la policía catalana permitieron descubrir entonces, a través del IP del ordenador emisor, que el anuncio procedía de Valladolid, en concreto de la computadora conectada a la línea de ONO y que sufragaba el padre, a quien, sin embargo, las acusaciones pública y particular colocaron totalmente al margen de lo ocurrido.
Durante el juicio también declaró el ex novio de la imputada, Javier S.I, quien, a diferencia de su ex pareja, sostuvo que la relación con R.G.L. comenzó a deteriorarse a raíz de que él pasara dos meses de formación en Barcelona, periodo tras el cual tomó la decisión de romper con ella. El testigo apuntó también que tras la ruptura la acusada le confesó que había accedido a su cuenta de correo y se había enterado de que mantenía una relación con otra joven, de ahí que Javier S. optara por cambiar la contraseña de acceso.
El ex novio reconoció asimismo que antes de que modificara la clave de acceso no tenían aún en su cuenta de correo las dos fotos de su nueva pareja que aparecieron colgadas en Internet, afirmación esta última que beneficiaba claramente los intereses de la defensa, ya que generaban todavía más dudas sobre cómo R.G.L. pudo acceder al material gráfico y hacer uso de él de forma ilícita.