21 muertos en la mayor muestra de descontento social en Túnez
El Gobierno tunecino ha confirmado este martes la muerte de cinco civiles en disturbios con la Policía en la localidad de Gassrine y ha elevado a 21 el número de fallecidos en las protestas contra el Ejecutivo desde principios de año. El Ministerio del Interior había informado esta mañana de 18 muertos en los diferentes enfrentamientos registrados en las últimas 72 horas y ahora ha actualizado la cifra con dos fallecidos más en protestas anteriores. Además de esos 20 muertos, dos personas se han quitado la vida como señal de protesta contra el Gobierno.
Las organizaciones de Derechos Humanos mantienen que el balance de fallecidos por las manifestaciones contra el Gobierno es aún mayor. Amnistía Internacional ha elevado el número de fallecidos hasta los 23. Por su parte, la presidenta de la Federación de Derechos Humanos, Souhayr Belhassan, ha asegurado que han muerto 35 personas y ha advertido de que el balance “podría empeorar”. Fuentes sindicales elevan la cifra hasta 50.
Las protestas y los incidentes violentos que vive Túnez desde hace más de tres semanas se han recrudecido también en otras zonas del país, como en la región minera de Gafsa y otros puntos del centro y el suroeste.
Tres semanas de disturbios
Los disturbios estallaron el pasado 17 de diciembre cuando Mohamed Bouazizi, un joven de 26 años, se quemó a lo bonzo en la localidad de Sidi Bouzid para denunciar abusos administrativos después de que la policía le confiscara las frutas y legumbres que vendía en la calle, con el argumento de que carecía del permiso para esa actividad. El joven, un desempleado con estudios superiores, falleció el pasado 4 de enero en un hospital de la capital tunecina, adonde fue trasladado.
Desde el día en que se quemó el comerciante se han producido disturbios y manifestaciones de solidaridad en numerosas localidades de la región de Sidi Bouzid y otras del suroeste tunecino como la de Kaserín, junto a la frontera argelina. Debido a las protestas, sin precedentes en el país, en algunas regiones se ha declarado el estado de sitio y los militares han salido a las calles para intentar mantener el orden público. Se trata de la mayor muestra de descontento social en los 23 años de mandato del actual presidente, Zine al Abidine Ben Ali, que ayer tachó las revueltas de “acto terrorista” orquestado por extranjeros que intentan dañar a Túnez.
Cerca de un centenar de periodistas tunecinos se han reunido en la sede central del sindicato de periodistas en la capital para protestar contra las restricciones del Gobierno para informar sobre la violencia. Los informadores han mostrado fotos de personas muertas en los enfrentamientos y han coreado proclamas como ‘Libertad para la prensa tunecina’.