El Papa dice que el purgatorio no es un lugar del espacio sino «un fuego interior»
El papa Benedicto XVI dijo ayer que el purgatorio no es un lugar del espacio, del universo, «sino un fuego interior, que purifica el alma del pecado». El pontífice hizo estas manifestaciones ante unas 9.000 personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó a la figura de santa Catalina de Génova (1447-1510), conocida por su visión sobre el purgatorio.
Benedicto XVI señaló que, en su experiencia mística, Catalina de Génova jamás hizo revelaciones específicas sobre el purgatorio o sobre las almas que se están purificando, frente a la imagen de la época que lo representaba siempre ligado al espacio.
«El purgatorio no es un elemento de las entrañas de la Tierra, no es un fuego exterior, sino interno. Es el fuego que purifica las almas en el camino de la plena unión con Dios», afirmó el papa.
El Obispo de Roma añadió que la santa no parte del más allá para contar los tormentos del purgatorio e indicar después el camino de la purificación o la conversión, sino que parte de la «experiencia interior del hombre en su camino hacia la eternidad».
Benedicto XVI añadió que el alma se presenta ante Dios aún ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado y que eso le imposibilita gozar de la visión de Dios y que es el amor de Dios por los hombres el que la purifica de las escorias del pecado.
El Pontífice invitó a los fieles a rezar por los difuntos para que puedan gozar de la visión de Dios y les exhortó a la caridad y a prestar una mayor atención hacia los pobres y más necesitados.
Preocupación histórica
El paraíso, el purgatorio y el infierno han preocupado a lo largo de la Historia tanto a los fieles como a los papas y así Benedicto XVI, el Papa teólogo, afirmó en 2007 que el infierno, «del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno para los que cierran su corazón al amor de Dios».
Su antecesor, Juan Pablo II, coincidió con Ratzinger en que el purgatorio existe, pero que no es «un lugar» o «una prolongación de la situación terrenal» después de la muerte, sino «el camino hacia la plenitud a través de una purificación completa».
El Papa Wojtyla también aseguró durante su pontificado que tanto el paraíso como el infierno no son realmente lugares físicos, sino estados del espíritu.
Según Juan Pablo II, las imágenes utilizadas por la Biblia para presentarnos simbólicamente el infierno deben ser interpretadas correctamente y «más que un lugar, es la situación de quien se aparta de modo libre y definitivo de Dios».
Del paraíso aseguró que existe, pero que no es «ni una abstracción ni un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con Dios».
Fuego interno es lo que tenemos muchos cuando vemos el estercolero en que se a convertido España.