Mundial de Suecia.- La selección de balonmano busca pelear de nuevo por las medallas
La selección española de balonmano viaja a Suecia dispuesta a dar el salto cualitativo que le permita volver a pelear por los podios internacionales, que no pisa desde que se colgó el bronce olímpico en Pekín, con un polivalente equipo que parece haber alcanzado la madurez necesaria para luchar nuevamente con los más grandes y fruto de un doloroso camino que arrancó hace dos años en Croacia, donde España se vio apartada de la élite mundial tras la conquista en 2005 en Túnez de su primer y único título universal.
El proceso de renovación en el que se embarcó Valero Rivera recién aterrizado en el equipo nacional fracasó por completo en el Mundial disputado en Croacia, en el que el conjunto español, tras una desastrosa primera fase, en la que solo fue capaz de ganar a Cuba y Kuwait, se vio condenado al decimotercer puesto.
La obligación de compartir cartel en la segunda fase del Mundial con potencias de medio pelo, cuando no con auténticas comparsas, quedó grabada a fuego en el alma de la selección y en especial en la de su entrenador Valero Rivera, acostumbrado a ganar. El técnico revisó sus planes iniciales, reajustando las piezas de un equipo que fue adquiriendo cuerpo durante la fase de clasificación para el Europeo de Austria 2010. Construcción que se completó con la llegada al equipo nacional en noviembre de 2009 del portero de origen serbio Sterbik, para no pocos el mejor guardameta del mundo junto con el francés Omeyer, y uno de esos jugadores capaces por sí solos de ganar cualquier partido. Sin embargo, una inoportuna lesión apenas permitió al cancerbero del Ciudad Real disputar unos minutos en Austria, donde España recuperó parte del prestigio perdido con una esperanzadora actuación, en la que solo una inoportuna derrota con Polonia le impidió colarse en las semifinales.
Solidez
Una meta por la que volverá a pelear en el Campeonato del Mundo de Suecia, al que España llega cargada de argumentos, tras el excelente rendimiento de los últimos meses, en los que el equipo nacional se ha mostrado como uno de los más sólidos del panorama internacional. Solidez cimentada en una intensidad defensiva, uno de los puntos donde más se nota el trabajo de Rivera, que se antoja clave para superar la primera fase de un Mundial en el que la selección se medirá con los dos últimos campeones mundiales, Alemania y Francia, además de las siempre correosas Túnez y Egipto. El campeonato empieza hoy, aunque el debut de España no llegará hasta mañana viernes, frente a Bahréin.
Una fortaleza defensiva que permite a España mostrar una de sus tradicionales armas, un veloz contragolpe en el que ejercerán como punta de lanza los rapidísimos extremos, entre los que no figurará por lesión Víctor Tomás, uno de los motores emocionales del equipo, reemplazado por el siempre efectivo Rocas.