«Oí gritos de hijo de puta, me asomé y vi que tres tíos le estaban pegando»
«Oí gritos de ‘hijo de puta’, me asomé a la ventana y vi a tres tíos pegándole». Así recuerda la agresión sufrida por el consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, su único testigo. Pese a que Cruz se encontraba solo en la Calle Cánovas del Castillo de Murcia en el momento en que fue agredido, este vecino de la zona, alertado por los chillidos, observó parte de la agresión desde la ventana de su domicilio. Su posición le impidió, sin embargo, llegar a verle la cara a los agresores.
«Mi mujer fuma, así que tenía la ventana abierta para que saliera el humo», explica este vecino, que conoce personalmente al consejero. Los gritos e insultos de los tres jóvenes, de entre 26 y 29 años, le advirtieron que algo ocurría en la calle y se asomó a la ventana. No tardó en comprender lo que estaba ocurriendo: «Pegué un grito y los energúmenos salieron por patas».
La primera reacción de este vecino fue levantar el teléfono de su casa y avisar a la Policía. Después, bajó al portal de la vivienda. «Me crucé con el consejero que subía a su casa», recuerda. «Llevaba la cara descompuesta y el ojo fatal».
Pese a lo valioso de su testimonio, este vecino no logró, por su posición, verle la cara a ninguno de los agresores. En su indumentaria tampoco observó nada fuera de lo normal: «Eran tres chicos normales. No les vi ninguna pinta».
La Policía Nacional está trabajando a todo tren para tratar de dar, cuanto antes, con los tres responsables de esta brutal agresión que, curiosamente, se produjo a apenas 200 metros de la Comisaría. Prácticamente toda la Jefatura se ha volcado en la resolución de este caso, aunque son los servicios de Información los que están llevando la voz cantante. Por el momento, sin embargo, no hay visos de una detención inminente y, según ha podido saber ‘La Verdad’, la investigación se plantea bastante complicada.
Actualmente, el Cuerpo Nacional de Policía baraja dos únicas hipótesis. Una de ellas es que el consejero fuera agredido por tres jóvenes ‘sharperos’ -de ideología de extrema izquierda’- que, avivados por el clima de tensión de las últimas semanas, decidieran darle un escarmiento. La otra que sus agresores fueran tres sicarios, pagados para ajustarle a Cruz alguna ‘cuenta’ relacionada con su gestión. Ambas hipótesis se encuentran, por el momento, encima de la mesa.
En pro de la primera de estas teorías, juega el clima de presión social que, desde hace algunas semanas, se vive en la Región a raíz del ‘tijeretazo’, las múltiples manifestaciones y las acusaciones de despilfarro que se han vertido sobre el Gobierno regional y, más concretamente, sobre el consejero Cruz. La Policía valora como una posibilidad, quizás la más sencilla, que los agresores fueran tres jóvenes de extrema izquierda que, avivados por este clima, decidieran, por su cuenta y riesgo, agredir al consejero. No hay que olvidar que estos grupos están acostumbrados a la utilización de la violencia.
Sin embargo, hay algunos detalles que a los agentes policiales no les cuadran y que apoyan la segunda de las hipótesis. Uno de ellos, es el hecho de que los agresores fueran a cara descubierta. Según han explicado fuentes policiales, este detalle podría indicar que los agresores no son vecinos de Murcia -con miedo a poder ser identificados-, sino más bien personas de fuera que podrían abandonar la ciudad tras la agresión.
Sin indumentaria radical
A favor de esta hipótesis juega, también, el hecho de que los agresores vistieran una indumentaria corriente. Los tres jóvenes no llevaban un atuendo propio de grupos radicales (botas, chaquetas de cuero, cabezas rapadas, pinchos…) y su apariencia era, al parecer, bastante normal.
La última pista, y quizás la más importante, se deriva de las declaraciones del consejero en las que éste afirma que, en los últimos días, se sentía observado, perseguido. Según ha sabido ‘La Verdad’, unos desconocidos rompieron hace unos días el telefonillo del portal de su vivienda, pero Cruz no llegó a denunciar este hecho. Los agentes policiales creen que un ataque de grupos radicales habría estado caracterizado por su improvisación y que, el hecho de que esta agresión se perfile como algo premeditado, podría apuntar a la actuación de unos profesionales.
Con ambas puertas abiertas, la Policía Nacional está visualizando vídeos de las manifestaciones y protestas callejeras de los últimos días. Además, está tratando de reconstruir el recorrido de Cruz aquella tarde a través de las cámaras de seguridad de comercios, bancos… de la zona en busca de una pista. Trabaja a contrarreloj.