Rebelión en Egipto: ya hay 20 muertos y Mubarak le pide la renuncia a su gabinete
En una jugada para desactivar la rebelión popular que ya dejó 20 muertos, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, le pidió esta noche la renuncia a todo su gabinete, al tiempo que aseguró ser consciente de las demandas de reformas que exigen los manifestantes. Fue su primer discurso desde el inicio de las protestas.
“He ordenado que renuncie el Gobierno y que sea formado mañana otro, para que adopte nuevas funciones”, anunció Mubarak, de 82 años y en el poder desde 1981. “Soy consciente de las aspiraciones en favor de más democracia, el combate del desempleo, la lucha contra la pobreza y el combate de la corrupción”, afirmó. Y dijo que siempre estuvo “muy cerca de las peticiones de la gente”.
Mubarak, sin embargo, defendió la actuación de las fuerzas de seguridad, que reprimieron a los manifestantes. “Los objetivos que se buscan -añadió- no pueden ser logrados por la violencia, sino por el diálogo nacional y esfuerzos que unan a las partes”, señaló.
Los militares salieron a las calles de El Cairo para reforzar el toque de queda dispuesto por el Gobierno, en una jornada de motines y caos que dejó al menos 20 muertos.
Millares de personas desafiaron el toque de queda en la capital, extendido luego a todo el país, y trataron de irrumpir en dos edificios del gobierno, la televisión estatal y la cancillería. Otros oraban en las calles al caer la noche.
En varias ciudades del país los manifestantes incendiaron neumáticos y patrulleras policiales. La sede central del partido gobernante aún ardía en llamas como consecuencia de la indignación, resentimiento y frustración con un régimen considerado corrupto, represivo y negligente de la pobreza que afecta a casi la mitad de los 80 millones de egipcios. Algunos manifestantes saqueaban televisores y ventiladores eléctricos del edificio en llamas.
“No puedo creer que nuestra propia Policía, nuestro propio gobierno, nos esté golpeando así”, se asombró un manifestante en El Cairo, Ahmad Salah, de 26 años. “Este es un gobierno cobarde y tiene que caer. Vamos a asegurarnos de que así sea”.
Los servicios de Internet y teléfonos celulares fueron interrumpidos, en la medida más extrema hasta ahora para impedir que los opositores se organicen. Sin embargo, eso no impidió que decenas de miles de personas salieran a las calles, envalentonadas por el reciente levantamiento en Túnez, otra nación árabe del norte del Africa.
Las manifestaciones reiteradas y crecientes plantean serios interrogantes acerca de si Mubarak podrá aferrarse al poder. Egipto es el principal aliado árabe de Estados Unidos, pero Mubarak, de 82 años, podría estar perdiendo el apoyo de Washington. El gobierno de Barack Obama le ha aconsejado públicamente que efectúe reformas y se abstenga de usar la violencia contra los manifestantes.
En una de muchas escenas insólitas, miles de manifestantes antigubernamentales provistos de piedras, vidrios y garrotes desalojaron a cientos de policías antimotines de la plaza central y varios de los policías se despojaron de sus uniformes e insignias y se unieron a los manifestantes.
Un reportero de la agencia AP vio a los manifestantes recibir sorprendidos y contentos a los policías que se les sumaban y cómo llevaban a algunos en andas en señal de triunfo. Después de desalojar a la Policía, miles de manifestantes colmaron la plaza Tahrir.
Los opositores se alegraron hoy por el regreso del Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, uno de los principales promotores de la democracia. Regresó al país anoche después de un mes en el exterior y declaró que estaba dispuesto a conducir a la oposición en busca de un cambio de régimen.
Cuando se unió a los manifestantes después de las oraciones del mediodía, la policía les disparó chorros de agua a presión a él y sus partidarios. También golpearon con sus garrotes a algunos de los allegados a ElBaradei que lo rodearon para protegerlo. Después que ElBaradei regresó a su casa, un contingente policial se estacionó en la entrada y le dijo que no podía volver a salir.
HOLA