Zapatero se enroca en el silencio y exige a los ‘barones’ que aparquen la sucesión
No es momento de seguir hurgando en las propias heridas y lo que toca ahora es aprovechar la bocanada de aire fresco que ha otorgado al Gobierno, y al país, el pacto social alcanzado la semana pasada con sindicatos y empresarios. Exactamente eso es lo que, de modo nítido y claro, transmitió ayer José Luis Rodríguez Zapatero a su partido durante la clausura de la convención autonómica celebrada durante el fin de semana en Zaragoza.
La reprimenda venía a cuento porque el presidente del Gobierno venía de percibir en la distancia, desde el palacio de la Moncloa, cómo el cónclave que debía haber servido para dar un pistoletazo de salida moderadamente optimista a las elecciones autonómicas y locales del próximo 22 de mayo acabó eclipsado por el runrún continuo sobre su próxima marcha y la probable designación de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato del PSOE hasta 2012.
Nadie que conozca al líder socialista podía albergar la más mínima esperanza de que ayer fuera a acabar con la incertidumbre que genera su silencio. No lo hizo e incluso vino a decir a los suyos que se armen de paciencia porque aún tendrán para rato. «Me alegro de que estemos dedicados, en esta convención y en el tiempo que queda hasta 2012, no a hablar de nosotros sino de España -dijo-, no del futuro del PSOE sino del futuro de los españoles».
Por algo afirman quienes le rodean que Zapatero es un político con «piel de elefante», que es «frío» e «indescifrable» y que aguanta la presión como nadie. «Respetaremos tus tiempos y respetamos tu decisión -le había dicho apenas unos minutos antes el secretario de Organización del partido y presidente aragonés, Marcelino Iglesias-; no te faltará y no te falta el apoyo sólido y rocoso de este partido acostumbrado a pasar por situaciones más difíciles que esta, pero con grandes expectativas». Una disculpa o un desmarque frente a quienes en las últimas semanas han contribuido a avivar la especulación. «Sé -había dicho también Iglesias- que hay debates difíciles y que nosotros mismos los complicamos, pero he encontrado al partido firme apoyando al presidente del Gobierno».
Respaldo oficial
De los miedos de los ‘barones’ a ser penalizados en los próximos comicios por el desgaste del presidente del Gobierno y su política económica dan cuenta las declaraciones que han vertido en distintos medios a lo largo de los últimos meses. Y de que en Ferraz creen que los dirigentes territoriales y los cuadros del partido tienen que hacer un mayor esfuerzo por «interiorizar» y «hacer suyas» las impopulares reformas hay también claras evidencias. Pero Zapatero las pasó por alto. «Gracias por ese apoyo incondicional y permanente y gracias por ese afecto que siento cada día en la manera de dirigir el gobierno y el partido -señaló-; así se pueden afrontar todos los retos». Unos retos que, señaló, también corresponden a las comunidades autónomas.
Si hay quien se queja de que la dirección del partido haya asumido que no pasa nada por sacrificar los próximos comicios si con ello se evita llegar a las generales hecho unos zorros, Zapatero le dio una vuelta de tuerca al asunto. «Ahora, para este tiempo, tenemos que poner las políticas activas de empleo y la Formación Profesional (competencia de las comunidades) como la gran prioridad para ganar las elecciones del mes de mayo en España», animó. La clave de su discurso estuvo, en todo caso, en el modo en que trató de poner en valor el cambio de tendencia que puede generar en el voto socialista el aval de sindicatos y empresarios a las reformas estructurales.
«Es seguramente el acuerdo político y social más importante desde los Pactos de la Moncloa y por eso pido a los partidos que se sumen», señaló. La referencia a semejante hito histórico, todo un emblema de la Transición, sonó a aldabonazo porque, pese a que fueron los propios ‘barones’ los que en el encuentro celebrado hace una semana en la sede del PSOE instaron a Zapatero a conseguir el ‘sí’ de los agentes sociales por todos los medios posibles, en esta convención autonómica el ansiado logro se dio casi por amortizado. «Quiero hacer un llamamiento al PSOE, a todos los candidatos, al Gobierno: Sí, tenemos elecciones por delante, pero es más importante llegar a acuerdos y tenemos que unir al mayor número de fuerzas políticas, empezando por el PP», indicó.
Más arenga y más petición de sacrificio a los suyos. «Pongámonos esa prioridad; es más importante España y su futuro», insistió. «Y sabed que tenemos un pueblo maduro, sensato, que sabe atravesar dificultades y que las atraviesa con capacidad de crítica, a veces con distancia ante lo que entiende son decisiones distintas de lo que dijimos que haríamos en nuestro programa -admitió-, pero tenemos que entenderlo». En todo caso, se mostró convencido de que el acuerdo social coloca al primer partido de la oposición en una situación complicada porque desbarata la estrategia que había llevado hasta ahora, ese ponerse de perfil cada vez que el Gobierno ha optado por decisiones drásticas. «A ver si esta ola de reformas llega también al PP y se reforman ellos -ironizó-; aunque lo de Rajoy parece difícil».