Calma en Egipto a la espera de nuevas decisiones políticas
Egipto está pendiente hoy de nuevas decisiones políticas tras la masiva manifestación de ayer contra el régimen de Hosni Mubarak, quien se resiste a dejar el poder y confía en que tenga éxito el diálogo que ha ofrecido a la oposición. Mientras, en la plaza de la Liebración de El Cairo se siguen concentrando miles de ciudadanos para pedir la dimisión del presidente, que pasan el tiempo ente bailes, rezos y cánticos.
Durante la noche el sonido de disparos de armas de fuego ha vuelto a ser escuchado en la plaza Tahrir -el epicentro de las manifestaciones- sin que se hayan registrado hasta el momento heridos o fallecidos. Un manifestante ha asegurado que el Ejército, que se encuentra separando a ambas partes para evitar los enfrentamientos, ha disparado al aire como aviso después de que se escucharan varios tiroteos en el área en que los leales a Mubarak están apostados. “Mubarak se debe ir, Mubarak se debe ir” y “Agárrate a tu tierra, Dios está con nosotros”, han sido los gritos escuchados, llamando a la gente a las barricadas alrededor de la plaza, mientras que a través de los altavoces se han emitido canciones patrióticas. Las imágenes de televisión muestran a la gente dando vueltas en la plaza, aunque no hay señales de violencia.
Los disparos son una muestra más de que los manifestantes no están dispuestos a dar su brazo a torcer, pese a que Mubarak sigue aferrándose al cargo y el conocido como ‘Día de la Partida’ finalizó sin que los opositores consiguiesen la pretendida renuncia del ‘rais’. Según la cadena de televisión Al Yazira, hasta dos millones de manifestantes se congregaron en la plaza Tahrir, donde corearon al unísono consignas como “Vete, Mubarak” y “Abajo Mubarak”. Para poder acceder a la plaza, los manifestantes tuvieron que pasar numerosos controles militares y esperar varias horas de colas alrededor del perímetro defensivo instalado por el Ejército. Por el paso del puente de Qasr el Nil, el ritmo de acceso a la zona por los puestos de control militar fue de tres manifestantes por segundo. Aparte, las cadenas humanas creadas por los manifestantes efectuaron sus propios registros para evitar la entrada de provocadores próximos a Mubarak.
Mientras se esperaba el comienzo de la manifestación, el ministro egipcio de Defensa, Mohamed Tantawi, se personaba en la plaza junto a otros altos responsables militares y era recibido por los manifestantes al grito de “Ejército y pueblo están unidos”. Se trataba del primer alto responsable que visitaba el lugar desde que comenzaron las movilizaciones, el pasado 25 de enero.
A pesar de la masiva manifestación, la posición gubernamental sigue siendo la misma. El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, subrayó ayer que la demanda de los opositores para que Mubarak abandone el puesto de inmediato no puede cumplirse y afirmó que la mayoría de los ciudadanos de su país quiere que el presidente deje el cargo “con dignidad”. “No creo que el presidente aceptaría entregar sus responsabilidades al vicepresidente”, señaló Shadiq en su Twitter, subrayando que el país necesita a Mubarak “por motivos legislativos” y “por el bien de la seguridad”.
Más presión desde Washington y Bruselas
Y mientras la posición oficial seguía sin moverse un ápice, EEUU continuaba aplicando su presión sobre el ‘rais’. El presidente Obama era claro. “El futuro de Egipto debe ser decidido por el pueblo egipcio”, manifestaba tras una rueda de prensa junto al primer ministro canadiense, Stephen Harper. El mandatario estadounidense instaba a su homólogo egipcio a tomar “la decisión correcta” y comenzar de inmediato una transición “verdadera” y “significativa”, en la que se resuelvan las quejas legítimas de la sociedad civil. Obama no lanzó un llamamiento directo a la marcha de Mubarak, algo que ha evitado muy a propósito desde el inicio de las manifestaciones. En cambio, sí subrayó que Mubarak ha anunciado que renuncia a presentarse a la reelección en las presidenciales de septiembre, con lo que pondrá fin a su mandato. “Tras haber roto esa barrera psicológica, creo que lo más importante es preguntarse cómo lograr una transición efectiva, duradera y legítima”, destacaba Obama. Según él, lo que Mubarak debe plantearse es “cómo dejar un legado en el que Egipto pueda superar este periodo de transformación”.
Obama se encargó de subrayar que no corresponde a “EEUU ni a ningún otro país” intervenir en cómo se desarrollará esa transición. Con estas declaraciones, el presidente aludía aparentemente a las informaciones publicadas en el diario ‘The New York Times’ acerca de que Washington ha abierto conversaciones con funcionarios del régimen actual sobre la marcha de Mubarak.
Hasta ahora, el Gobierno estadounidense ha tenido buen cuidado en no tomar partido directamente en los acontecimientos en Egipto, uno de sus principales aliados en el mundo árabe, un elemento clave en el proceso de paz para Oriente Medio y responsable del estratégico canal de Suez. Según Obama, Washington observa con atención los acontecimientos y reclama una serie de principios en la transición, que incluyan el abrir un diálogo con representantes de la sociedad civil, de cara a la celebración de unas elecciones libres e imparciales.
Las palabras de Obama venían a unirse a las de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que reclamaron a Hosni Mubarak que permita una transición “rápida y ordenada” y condenaron la violencia contra los manifestantes pacíficos que reclaman reformas “legítimas”. El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, viajará el domingo a El Cairo para llevar un mensaje de los líderes europeos al ‘rais’.