Cuando el Plus Ultra del hermano de Franco llegó a América
La tozudería de dos militares acabó en un festival de patriotismo español en Buenos Aires. El comandante Ramon Franco y el capitán Julio Ruiz de Alda junto con el teniente Juan Manuel Durán, un mecánico y un fotógrafo cruzaron en febrero de 1926 en el hidroavión Plus Ultra el Atlántico -de España a Argentina- emulando el viaje que cinco siglos antes había realizado Cristóbal Colón. El expedicionario era, en este caso, el hermano rebelde de Franco.
El Plus Ultra llegaba a su destino, Buenos Aires, un 10 de febrero de 1926 rodeado de expectación y de clamor popular. Era el primer hidroavión que lograba completar la travesía. Fue tal el interés por la gesta que incluso el diario La prensa publicó un número extra. La entrada del aparato comandado por Ramón Franco llegaba a la capital argentina y era custodiado por una veintena de aviones antes de amarar en la dársena de Madero. Era miércoles pero la ciudad cerró sus comercios para poder seguir el acontecimiento. La gesta fue tan laureada que invitaron a Franco a la Casa Rosada y tuvo que salir al balcón a saludar a la muchedumbre.
Atrás quedaban casi 20 días de una travesía repartida en cinco etapas que se había iniciado en la localidad onubense de Palos de la Frontera el 22 de enero. En el punto de partida, Franco y los suyos ya pudieron sentir el calor popular mientras la Marcha Real, ya en el aire, despedía a los aventureros.
De Las Palmas a Buenos Aires
Las Palmas, Cabo Verde, Pernambuco, Río de Janeiro y Montevideo fueron las escalas realizadas por el Plus Ultra antes de amerizar por última vez y triunfalmente en Argentina. Pero antes de hubo que sortear algún que otro inconveniente. La segunda etapa, la que debía unir Las Palmas con Cabo Verde tuvo que ser aplazada a causa del mal tiempo. Y una de las que se siguió con mayor interés fue la de la llegada a América tras cruzar el Atlántico.
En febrero, Pernambuco fue el primer alto en el camino en tierras americanas y tras la valerosa hazaña Ramón Franco pronunció estas palabras: “Mi hermano es muy bravo, pero yo en cuanto se me suba la sangre a la cabeza haré una trastada y le dejaré chiquito”. El hidroavión había amarado rápidamente a causa de la rotura de la paleta de la hélice y los aventureros fueron recibidos con banderas españolas y brasileñas. Unas 100.000 personas aguardaron la llegada del Plus Ultra.
La efusiva acogida hacía presagiar un éxito aún mayor en el destino final: Buenos Aires. Pero antes tocaba llegar a Rio de Janeiro -previo amaraje en la Bahía- y entrevista con el presidente de Brasil. Empezaba así la última etapa del viaje, con escala en Montevideo.
Fiesta en el país del tango
Todos los periódicos argentinos dedicaron muchas de sus páginas a la llegada del Plus Ultra. Los militares españoles que fueron agasajados nada más llegar al país del tango… Una semana después de aterrizar en Argentina y cumplir con el objetivo marcado desde España los tripulantes del Plus Ultra continuaban de fiesta en fiesta.
Y aunque estaba previsto que el hidroavión regresara a España, finalmente se decidió que se quedara en Argentina. Los que sí que volvieron fueron los héroes de la gesta aérea. Lo hicieron a principios de marzo y en barco. Más tarde, Carlos Gardel les dedicó una canción.