Chevron, condenada a pagar la multa más elevada de la historia por contaminar la Amazonia ecuatoriana
Una de las sentencias más esperadas de los últimos años acaba de hacerse pública. El juez de la corte de justicia de Sucumbíos en Lago Agrio (Ecuador) ha considerado que la compañía norteamericana Chevron-Texaco es culpable de la contaminación que afectó durante decenios a la Amazonía ecuatoriana a causa de las operaciones de extracción de petróleo que efectuó esta compañía. El juez dictaminó que la Chevron-Texaco debe pagar más de 8.500 millones de dólares por los daños causados. “Es la multa más importante puesta hasta ahora en el mundo por un daño ambiental”, declaró Pablo Fajardo en conversación telefónica.
El conflicto que ha venido enfrentando a las poblaciones de la Amazonia ecuatoriana y la petrolera Chevron-Texaco no sólo es el litigio ambiental más importante de la historia, sino una lucha de titanes entre grandes abogados. La gran paradoja es que mientras la compañía norteamericana tiene un potente bufete de letrados, en la otra trinchera se encuentra un abogado de 39 años, un mestizo que arañó horas de sueño para acabar sus estudios nocturnos en una chabola de la selva ecuatoriana.
La voz indígena
Ese hombre, Pablo Fajardo, que representa a los indígenas, ha puesto contra las cuerdas a la compañía petrolera en un tribunal de Ecuador. Fajardo ha venido pidiendo denodadamente que Texaco (actual Chevron-Texaco) repare los daños ecológicos que causó en la Amazonia ecuatoriana desde que empezó a extraer petróleo en 1964. Fajardo actúa en nombre del Frente de Defensa de la Amazonia, una agrupación que reúne a unos 30.000 habitantes del norte de Ecuador, que presentaron la demanda contra Texaco. “Es una sentencia histórica y debe servir para hacer justicia para que las empresas actúen con responsabilidad, de forma que cuando causen un daño quedan obligadas a restaurarlo”, añadió este abogado.
El conflicto por el denominado “Chernobil del Amazonas” dura ya 18 años. La demanda fue presentada en nombre de 30.000 personas cuya salud y medio ambiente fueron dañados presuntamente por el agua cargada de residuos químicos vertidos por las operaciones de Texaco entre 1972 y 1990. Chevron adquirió Texaco en 2001.
El corazón de las tinieblas
El relato de daños provocados por los yacimientos petrolíferos en las poblaciones indígenas parece el espectáculo dantesco que describe Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas. Como describe Fajardo, millones de litros de agua tóxica y productos altamente contaminantes procedentes de las perforaciones fueron arrojados directamente a los ríos o se vertieron en improvisadas piscinas que también contaminaron las aguas subterráneas. Estos desechos tóxicos afectaron a las culturas y las poblaciones indígenas y también a los colonos; “y se presume que son la causa de que cientos de personas murieran de cáncer y los niños de leucemia”, agregó ayer Fajardo.
“Destruyeron las poblaciones indígenas, porque acabaron con su forma de alimentación: la caza y la pesca. Los peces murieron y los ríos también”, sentencio Fajardo en una visita que hizo hace dos años a Barcelona. Con la llegada de los operarios de la compañía petrolera también aparecieron “el licor y las enfermedades”, que mermaron las comunidades indígenas, hasta que dos de ellas desaparecieron. El empleo de cromo-hexavalente (un aditivo cancerígeno usado para extraer el petróleo) “causó la muerte de cientos de personas por cánceres” y, hoy, el riesgo de sufrir cáncer en algunas poblaciones es el triple de la media, explicó Fajardo.
Las poblaciones locales presentaron una demanda contra Texaco en la corte de Nueva York en noviembre de 1993, y, después de nueve años (en agosto del 2002), sus jueces dictaminaron que la causa debía verse en Ecuador.
Perforar pozos
El caso se remonta a la década de 1970, cuando Texaco se asoció al gobierno con la petrolera Petroecuador para perforar pozos. Texaco terminó sus operaciones en Ecuador en la década de 1990 y se le asignó la responsabilidad de la limpieza de sitios proporcional a su participación en el proyecto. La empresa afirma que invirtió 40 millones de dólares en la limpieza, aunque Fajardo desmiente este extremo.
La sentencia precisa que Chevron deberá pagar 5.396 millones de dólares para limpieza de suelos, 1.400 millones para construir sistemas de salud, 800 millones para planes de salud y atención a los pacientes con cáncer, 600 millones para limpieza de aguas subterráneas, 200 millones para recuperación de especies nativas, 150 millones para proyectos de dotación de agua y 100 millones para reparar el daño cultural.
Según Fajardo, “han pasado 40 años que la petrolera Texaco, hoy Chevron, inició sus trabajos para la extracción de hidrocarburos, y con ello, la peor catástrofe ambiental, causados por la actividad petrolera en la historia de la humanidad”.
Crimen ambiental
Añadió que durante más de 17 años, los habitantes de la amazonia norte ecuatoriano han luchado “jurídicamente para lograr que la empresa Chevron responda por su crimen ambiental y pague el costo económico”.
El portavoz de la empresa estadounidense, James Craig, confirmó a la agencia AP que la petrolera fue también informado de la sentencia, y en un comunicado, señaló que “la sentencia no es legítima ni ejecutable. Es producto de fraude y contraria a la evidencia científica”.
En el comunicado, Chevron destacó que “tanto las cortes en Estados Unidos como tribunales internacionales ya han tomado medidas para prevenir la aplicación de la sentencia emitida por la corte ecuatoriana. Chevron entiende que el fallo pronunciado hoy no es aplicable en ninguna corte que se apegue al Estado de Derecho”.
Añadió que Chevron “procurará que aquellos que han perpetrado este fraude respondan por sus acciones y su conducta impropia”.
Fue una referencia a la decisión de un juez federal en Nueva York, que concedió a Chevron una protección temporal contra cualquier fallo que le ordene el pago de una indemnización multimillonaria por supuestos daños ambientales en Ecuador.
Por el contrario, los grupos de defensa ambiental, Amazon Watch y Rainforest Action Network, elogiaron el fallo. “Es hora de que Chevron limpie su caos desastroso en el Ecuador”, dijeron.