Miles de personas se han concentrado este viernes en la capital de Bahréin, Manama, para participar en los funerales por las víctimas mortales de la redada de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes antigubernamentales han reclamado el fin de la monarquía, según informó el corresponsal del diario británico ‘The Guardian’, informa Reuters de fuentes recogidas por Europa Press.

Hasta el momento, las protestas se habían centrado sobre todo en el Gobierno y en la defensa de los derechos de mayoría chií y no se habían dirigido específicamente contra la dinastía suní que reina en el país.

“Nos habíamos limitado por lo general a pedir la dimisión del primer ministro, pero ahora reclamamos lo mismo para la familia real”, declaró Ahmed Makki Abu Taki, cuyo hermano Mahmud, de 27 años de edad, falleció en la madrugada del miércoles al jueves durante el desalojo por parte del Ejército del campamento de protesta instalado en la plaza La Perla, en Manama.

Los funerales servirán este viernes de punto de partida para nuevas manifestaciones. Las imágenes de la televisión qatarí muestran escenas de tristeza y de indignación y, de momento, no se aprecian fuerzas de seguridad en la zona.

Entre y cuatro seis personas murieron y más de 200 resultaron heridas ayer en Manama, en un día marcado por el desalojo por parte del Ejército del campamento de protesta instalado en la plaza La Perla y por los posteriores incidentes violentos en distintas zonas de la ciudad, según los datos de la cadena por satélite Al Yazira.

En las primeras declaraciones públicas del Gobierno sobre los incidentes de ayer, el ministro de Asuntos Exteriores, Jalid al Jalifa afirmó este jueves que la represión era necesaria porque los manifestantes estaban “polarizando el país” y poniendo a Bahréin “al borde del abismo sectario”.

Revueltas tras la caída de Mubarak en Egipto

Partes de Oriente Próximo y el Norte de África podrían ver demostraciones renovadas de rabia pública hacia sus gobiernos el viernes cuando manifestantes en Bahréin entierren a cuatro personas que murieron mientras la policía disolvía un campamento de activistas.

Multitudes ocuparon las calles de Libia, Yemen, Irán y Bahréin en los últimos días exigiendo más representación o el derrocamiento de gobiernos, informa Reuters.

Las protestas, inspiradas por revueltas populares en Túnez y Egipto en las que los veteranos líderes de ambos países fueron sacados del poder, han obligado a las autoridades a reaccionar, en algunos casos con consecuencias fatales.

En Bahréin, tropas en vehículos blindados tomaron el control de la capital después de que la policía disparase perdigones y utilizase gases lacrimógenos para expulsar a los manifestantes que acamparon durante la noche en la central Plaza de la Perla en Manama.

Esta es la peor violencia en décadas en el reino isla del Golfo Pérsico y una señal del nerviosismo sentido por la familia real suní de Bahréin, consciente del descontento de la mayoría chií del país. El aspecto sectario de la violencia en Bahréin podría alimentar el descontento de la minoría chií de la propia Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de petróleo.

La agitación contribuyó a que los precios del crudo Brent de Londres llegaran a tocar el jueves un máximo de 28 meses de 104 dólares el barril, y que fueran un factor en la subida de los precios del oro a máximos de cinco semanas.

Los funerales podrían servir como lugar de concentración

Los funerales de cuatro personas que murieron en la operación policial durante la madrugada del jueves en Manama se realizarían el viernes y podrían servir como un punto de concentración para los manifestantes. Una persona murió esta semana mientras asistía al funeral de un activista.

“Va a haber violencia, va a haber choques”, dijo un manifestante llamado Sayed a la cadena de televisión BBC el viernes temprano, en referencia a los funerales planeados. “Bahréin está entrando en un túnel muy oscuro”, declaró, agregando que temía por su seguridad. “Si (las autoridades) supieran mi nombre, podría perder mi empleo, podría perder mi vida”, explicó.

Las fuerzas armadas de Bahréin, un país de 1,3 millones de habitantes de los cuales 600.000 son nativos, emitieron una orden advirtiendo a la gente que se mantenga alejada del centro de la capital y dijeron que harán lo que sea necesario para mantener la seguridad.

El jueves en Yemen, cuatro manifestantes murieron en el puerto de Aden en protestas que comenzaron hace siete días y que no muestran señales de ceder.

Los manifestantes quieren la salida del presidente Ali Abdulá Saleh, quien ha gobernado por 32 años pero es visto por Washington como un aliado clave en su lucha contra los militantes de Al Qaeda refugiados en Yemen.

En Libia, hubo reportes no verificados de cinco fallecidos en una inusual protesta que desafió al líder Muamar Gadafi. En Irak, dos personas murieron y 47 resultaron heridas cuando la policía abrió fuego contra manifestantes antigubernamentales en la ciudad norteña de Sulaimaniya.