“Yo acuso”, en defensa de la verdad y el Estado de Derecho
Permítaseme que plagie a Emilio Zola cuando escribió su “Yo acuso…” con motivo del caso Dreyfus, sucedido en la Francia de 1894, affaire escandaloso que convulsionó al país vecino y que tuvo enorme eco en todo el mundo; más si se tiene en cuenta que también estaba aliñado con antisemitismo…
Pero mi escrito no va por esos derroteros, les voy a contar una sabrosa anécdota que me ocurrió los días 21 y 22 de febrero de 2005. Asistí junto con otro compañero de la asociación de Padres y Madres Separados de Extremadura a unas jornadas organizadas por la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) con formato de conferencia-coloquio, con el título de “Jornadas sobre violencia de género y doméstica” que tuvieron lugar en Mérida. En las mencionadas jornadas es importante destacar que estuvieron presentes como ponentes D. Julio Márquez de Prado (Presidente de Tribunal Superior de Justicia de Extremadura) Montserrat Comas, Presidenta del Observatorio de la “Violencia de Género”, el Magistrado del Tribunal Supremo y antiguo Fiscal General del Estado, D. Carlos Granados y la segunda de a bordo de la Fiscalía General del Estado (ya por entonces dirigida por el prestigioso jurista Sr. Cándido Conde-Pumpido). Durante los dos días el salón de actos del centro de la UNED en Mérida estuvo especialmente concurrido, casi abarrotado por gente del mundo del derecho, funcionarios del Ministerio de Justicia, psicólogos, policías, y hubo una importante presencia de “feministas” de Extremadura.
Tras la intervención de tan destacados ponentes, empezando por Doña Montserrat Comas (presidenta del Observatorio de la Violencia de “Género” del Consejo General del Poder Judicial, miembro de Jueces para la Democracia y de la Asociación de Mujeres Juristas “Themis”) cada vez que se daba la oportunidad de intervenir al público; una vez tras otra, tomé la palabra y formulé las mismas preguntas e hice las mismas reflexiones (causando un enorme malestar a los ponentes, así como al director del Centro de la UNED en Mérida)
– ¿Por qué no se habla nunca de que España ocupa uno de los últimos lugares de los países de la Unión Europea en cuanto a violencia intrafamiliar? Por cierto, son los países supuestamente más civilizados los que tienen el “honor” de ocupar los primeros lugares: Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca, Alemania…
– ¿Por qué solamente hablan de la violencia ejercida sobre las mujeres y nunca o casi nunca sobre los ancianos, de los niños, y mucho menos cuando las víctimas son varones adultos?
– ¿Por qué no hablan del enorme número de varones que inmersos en procesos de separación y divorcio, acaban suicidándose? (Durante el año 2003 fueron más de 400 en España, y el año siguiente los suicidios fueron más de 600, siendo las cifras de suicidios de mujeres absolutamente anecdóticas)
– ¿Por qué ocultan los datos de denuncias falsas (contra varones) por malos tratos y abusos? Y lo más preocupante e importante ¿Qué pretenden hacer para evitarlas y procurar que no queden sin castigo?
– ¿Qué opinan ustedes de que la aplicación de la legislación relativa a “violencia de género”, órdenes de alejamiento y de protección, etc. suponga la conculcación de preceptos constitucionales como el derecho a la tutela judicial efectiva, el derecho a un juicio justo, a la presunción de inocencia, el derecho a no ser discriminado por razón de sexo u otra circunstancia personal, etc.?
– ¿Qué nos pueden ustedes contar acerca del Síndrome de Alienación Parental y otras formas de maltrato a los menores, presentes cada vez más en los procesos de ruptura de pareja y que en el caso del SAP, según los expertos, supera ya más del cuarenta por ciento de las rupturas matrimoniales cuando se dan disputas por custodias de menores?
También, en todas mis intervenciones di lectura a estadísticas del Ministerio del Interior, de la Asociación Unificada de la Guardia Civil y otras no coincidentes con los datos del Observatorio Nacional de la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, presidido por la Juez Montserrat Comas. En ninguna de las ocasiones se me contestó a mis preguntas (a veces se salieron por la tangente) y nadie pudo rebatir las estadísticas a las que hice referencia…
Durante los descansos, entre ponente y ponente, nadie se atrevía a acercarse a mí y a mi compañero de asociación y casi todo el mundo guardaba una importante distancia física de nosotros cuando estábamos en el hall de entrada… Durante los dos días repartimos una enorme cantidad de copias de un texto similar al que sigue, y que me he permitido actualizar (que una vez y otra teníamos que reponer pues los asistentes lo recogían con bastante interés)
Ya al final de las jornadas hubo algunas, muy poquitas, personas que vencieron el miedo y se nos acercaron en algún bar fuera del Centro de la UNED. Durante los días siguientes, meses incluso, hubo gente, mucha gente: abogados, procuradores, psicólogos, policías que de forma privada se me acercaron y me dijeron cosas como “ya era hora de que alguien se atreva a decir lo que tú dijiste en las jornadas de Mérida…” (Huelgan comentarios)
La gran mentira (y el enorme fraude) de la “violencia de género”
Goebbels (Ministro de Instrucción Pública y Propaganda de Hitler) es el autor de una máxima que tiene muchísimos adeptos: “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”. “La violencia doméstica es unidireccional, hombre =maltratador; mujer = víctima”; esta afirmación que, el feminismo “políticamente correcto” ha conseguido imponer como verdad influye especialmente en las decisiones de los poderes ejecutivo, judicial y legislativo, e incluso del “cuarto poder”…
¿De veras es creíble que cuando un hombre –porque la versión oficial y socialmente correcta solo habla de los varones como los únicos que recurren a la violencia- se rebaja, se envilece hasta tal punto de que se transforma en un monstruo capaz de acabar con la vida de su compañera, esposa, novia, amiga, amante, o ex amante, o ex esposa… se debe a la Historia y a la Cultura, y es resultado de las relaciones de poder, de dominio, y de posesión que han ejercido secularmente los hombres sobre las mujeres, y que todo ello los lleva a no aceptar que las mujeres ocupen espacios que antes no se les permitía? Somos muchos (y muchas) los que discrepamos, y pensamos que el asunto obedece a causas mucho más complejas y que si se quiere coger el toro por los cuernos, hay que ser más rigurosos y hacer un mayor esfuerzo de inteligencia, y por supuesto dejarse de monsergas y consignas ideológicas. Pero, realmente ¿Por qué está fallando la Ley Integral contra la Violencia de “Género”?
Han pasado ya seis años de su aprobación (diciembre de 2004) y el número de mujeres asesinadas no para de aumentar (por supuesto, también la cifras de varones, de niños, de ancianos…) ¿Qué está fallando?
Sin duda alguna, la ley no está sirviendo de nada. Desde que la polémica ley entró en vigor el número de mujeres asesinadas es más o menos similar a los años 1997, 1998, 1999, 2001, 2002, 2003 y 2004. Durante los años 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, y en lo que llevamos de 2011 se ha mantenido el mismo tono…
Con fecha 26 de septiembre de 2002 se creó el Observatorio de la Violencia de “Género”, presidido por Montserrat Comas (Juez del Tribunal Supremo). Desde su toma de posesión casi todas sus manifestaciones han ido en la línea de ofrecer información sesgada respecto de la violencia intrafamiliar.
He aquí algunos datos llamativos sobre personas muertas por violencia doméstica (información del Ministerio del Interior, ¡¡0jo!!)
Año 1997: 40 hombres, 52 mujeres. Año 1998: 50 mujeres, 44 varones. Año 1999: 37 hombres, 56 mujeres. Año 2000: 67 mujeres, 44 varones. Año 2001: 38 hombres, 68 mujeres. Año 2002: 77 mujeres, 52 varones. Año 2003: 49 hombres, 86 mujeres. Año 2004: 79 mujeres, 31 hombres. Año 2005: 71 mujeres, 56 hombres. Todos los años se mantiene el “mismo tono”: Año 2009: 52 mujeres muertas, 33 hombres muertos… Año 2010: alrededor de 70 mujeres muertas de cada 100 adultos muertos en el ámbito doméstico… Cualquiera que “sepa leer” llega de inmediato a la conclusión de que de estas cifras poco o nada se habla en los medios de comunicación… Y por supuesto, no son opiniones, son datos reales de la violencia intrafamiliar en España.
Otro asunto más, del que por descontado tampoco se hacen eco los medios de comunicación: España ocupa el segundo lugar por la cola de los países de la Unión Europea en violencia intrafamiliar; “ranking” que tienen el dudoso honor de encabezar países tan “civilizados” como Alemania, Gran Bretaña, Países Nórdicos… Insistimos: son estadísticas oficiales.
¿Por qué se oculta de manera premeditada que el maltrato a los ancianos y a los menores proviene de mujeres en más de un 60% de los casos?
Generalmente en no más del 35% de los crímenes violentos las víctimas son mujeres; pese a ello, el Parlamento ha legislado una normativa especial para castigar “la violencia contra las mujeres” como si ésta fuera un crimen más horrendo que el de “la violencia contra los hombres”. Es absolutamente una necedad, una idea delirante, un insulto a la inteligencia, que haya quienes afirmen que las mujeres no son proclives a la violencia (también afirman que poseen superioridad moral respecto del hombre…) y que el recurso a la violencia es algo propio de la identidad masculina. Es absolutamente increíble que sólo se hable de la violencia que los varones ejercen sobre las mujeres, que se la compare con el terrorismo o cosas parecidas, y que todo ello haya llevado a que el Poder Legislativo haya creado tribunales especiales para juzgar exclusivamente a hombres, que se hayan creado normas que violan el derecho constitucional a la presunción de inocencia (por supuesto cuando se trata de un hombre) el derecho a un juicio justo y con todas las garantías legales, o que si dos personas cometen el mismo delito sean castigadas de manera diferente si se trata de un hombre o una mujer. Es realmente alucinante que el propio Ministerio de Justicia reconozca, que todo ello ha llevado a un aumento descomunal de las denuncias falsas por maltrato por parte de mujeres inmersas en procesos de ruptura de pareja, con la intención única de obtener ventajas procesales en los pleitos por custodia de los hijos y las disputas por cuestiones patrimoniales; y lo más grave: que se diga que esto es un daño soportable… ¡HACE YA CASI UN AÑO QUE SE SUPERÓ LA CIFRA DE UN MILLÓN DE HOMBRES DENUNCIADOS FALSAMENTE POR SUS ESPOSAS, NOVIAS, EXCOMPAÑERAS…!
Todo ello nos lleva a una reflexión: ¿A QUIÉNES BENEFICIA TODO ESTO? Asuntos Sociales (ahora dependiente del ministerio que dirige Leire Pajín) subvenciona con carácter ordinario o extraordinario a Asociaciones que se dedican a los “temas de la mujer”: se financian puntos de encuentro, casas de acogida, “acciones formativas”, supuestos “planes de igualdad”, “seminarios”, “simposios”,…Y, ¡¡qué casualidad!! Suelen coincidir los órganos de gobierno de determinadas “asociaciones” con las-los titulares de los determinados bufetes de abogados, psicólogos, que ¡¡será casualidad!! Consiguen un enorme éxito en las solicitudes de órdenes de protección-alejamiento (de varones, por supuesto) que promueven en los tribunales… Todo ello genera un lucro inmenso, una ubre gigantesca…
Todo individuo con independencia del sexo al que pertenezca, debe ser considerado de la misma manera cuando es víctima o agresor, puesto que la existencia de delito no radica en una mera y simple cuestión de sexo-género.
¡EXIGIMOS LA DEROGACIÓN DE LA “LEY INTEGRAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO”!
Me parece muy lúcido este análisis y lo suscribo plenamente. Acabo de sufrir una situación de denuncia sin fundamento, 24 horas de calabozo, hundimiento moral y un dolor indescriptible por mi hija, que aún no tiene tres años. En internet hay ingente información sobre maltrato al hombre, denuncias falsas, ocultación de estadísticas, inconstitucionalidad de la Ley de Violencia sobre la mujer, etc., pero me da la impresión de que esta moda extremista no tiene visos de terminar, y que los movimientos de concienciación social sobre el daño que estamos sufriendo miles de hombres y nuestros hijos, apenas tienen fuerza ante… Leer más »
Sí, exigimos la derogación de la ley integral contra la violencia de género y pedimos igualdad de trato sin distinción de género. Para evitar que exista un coladero por el que pueda aprovecharse parte de la ciudadanía.